Registrado: 12 Ene 2010 18:39 Mensajes: 1806 Ubicación: Zaragoza
|
Acto IV Interior de la Curia Hostilia. El Senado está reunido. Los senadores se compadecen de la desgracia que ha caído sobre Fabius, doblemente deshonrado por su sobrina: primero, al cometer el sacrilegio; y después, al huir con su amante. Están quietos, petrificados, como si los hubieran pintado. Para romper el hielo, el Sumo Sacerdote comenta con laconismo que el esclavo galo ya ha muerto bajo tortura. De pronto, desde fuera, se oye la voz de Fausta, que se lo ha vuelto a pensar y ha decidido regresar a Roma. Fabius siente renacer la esperanza: si vuelve, es que es inocente. Pero no, Fausta no ha venido a defender su inocencia, sino, al contrario, a reconocer su culpa y morir. A la parte final del dúo destina Massenet una marcha heroica y unos breves pero solemnes acordes. Oigamos el dúo entre tío y sobrina, y así conocemos también la voz del barítono: Dúo de Fausta y Fabius Fausta (dans un élan, allant se blottir contre Fabius) Mon père!
Fabius (la pressant contre lui) Ma fille! Mon enfant! Mon enfant!. O ma Fausta si chère! O ma Fausta! Va! ne te trouble pas: mon espoir te défend, et tu dois dans mes yeux voir trembler ma tendresse.
Fausta (tremblante, émue) Je sens croître, a vous voir, le remords qui m'opresse! Ici! je viens mourir.
Fabius (terrifié) Mourir! As-tu donc pu trahir tes devoirs, tes serments?
Fausta (courbant le front, d'une voix brisée) Mon père je l'avoue! Ce n'est pas un coeur pur qu'à la mort je dévoue!
Fabius Que dis-tu?
Fausta (éperdue) Je brûle d'un amour coupable et triomphant. Je mérite la mort, je suis la Vestale flétrie infidèle à ses Dieux, fatale à sa Patrie!
(Tendrement émue)
En écoutant sa voix, oui, j'ai tout oublié! Et, pour le voir heureux, j'ai tout sacrifié! Mais de Rome et de vous je me suis souvenue J'ai trompé sa tendresse et je suis revenue! Libre, pour tout sauver, j'ai volé vers la mort! Que j'implore, que j'attends! Que j'implore! Je suis la Vestale flétrie!
Fabius (frémissant de colère) Fille des Fabius! Toi Vestale, o prêtresse! Toi par qui Rome expire en d'atroces détresses, Comment as-tu trahi ton nom? Ton sang? Nos Dieux! Les berceaux des enfants? Les tombes des aïeux? Et toutes les vertus à ta garde commises? Et toutes les grandeurs à nos Romains promises? Par toi, c'est le pays sous le joug des vainqueurs Qui pleure sur ses fils, sa gloire et ses malheurs. Triomphez, ennemis! Triomphez, ennemis de ma race souillée! Triomphez, ennemis! Sa couronne de gloire, à mes pieds effeuillée, Au front des Fabius laisse le déshonneur! Notre nom qui fut grand devient un mot d'horreur! Sur toi, qui perdis Rome, anathème! Anathème!
Fausta (sans force, balbutie) C'est heure suprême ne me refusez pas, hélas, ne me refusez pas le dernier don qu'à vos pieds!
Fabius (attendri) Que veux-tu? Parle!
Fausta (écrasée aux pieds de Fabius qui la regarde; elle l'implore) Votre pardon!
Fabius (dans une sublime émotion) Sauras-tu bien mourir? Le promets-tu ma fille?
Fausta (qui s'est relevée, dans un emportement radieux) Les Fabius n'ont pas de lâche en leur famille! En vos bras je retrouve une âme de Romaine; D'un pas ferme je marche au devant de la peine!
Fabius (vibrant d'émotion) Dans mes bras, maintenant, ô Fausta, sois Romaine; Viens! Marchons d'un pas ferme au devant de la peine! Dans mes bras! Dans mes bras! Ah! Dans mes bras!
Fausta D'un pas ferme Je marche au devant de la peine! Dans vos bras! Dans vos bras! Ah! dans vos bras! | Fausta (En un arrebato, acurrucándose contra Fabius) ¡Padre mío!
Fabius (Estrechándola contra sí) ¡Hija mía! ¡Mi niña! ¡Mi niña! ¡Oh, mi Fausta querida! ¡Oh, mi Fausta! ¡Ven! No te preocupes: mi esperanza te defiende, y debes ver en mis ojos temblar mi ternura.
Fausta (Temblorosa, conmovida) ¡Al veros siento aumentar el remordimiento que me oprime! Vengo aquí a morir.
Fabius (Horrorizado) ¡Morir! ¿Has traicionado, entonces, tus deberes, tus juramentos?
Fausta (Agachando la frente, con voz rota) ¡Padre, lo confieso! ¡No es un corazón puro el que entrego a la muerte!
Fabius ¿Qué dices?
Fausta (Agitada) Ardo de un amor culpable y triunfante. Merezco la muerte, ¡yo soy la vestal machita, infiel a sus Dioses, fatal para su patria!
(Tiernamente conmovida)
¡Oyendo su voz, sí, lo olvidé todo! ¡Y por ferle feliz, todo lo he sacrificado! Pero me acordé de Roma y de vos. ¡Traicioné su ternura y he vuelto! ¡Libre, para salvar a todos, he volado hacia la muerte! ¡Qué imploro! ¡Qué espero! ¡Qué imploro! ¡Yo soy la vestal marchita!
Fabius (Temblando de cólera) ¡Hija de los Fabios! ¡Tú, vestal, oh sacerdotisa! Tú, por quien Roma expira entre atroces peligros, ¿cómo has podido traicionar tu apellido y tu sangre? ¡Y nuestros dioses! ¿Y las cunas de nuestros niños? ¿Y las tumbas de nuestros ancestros? ¿Y las virtudes encomendadas a tu guardia? ¿Y todas las grandezas prometidas a los romanos? Por ti se halla el país bajo el yugo de los vencedores. Llorando por sus hijos, por su gloria y sus desgracias. ¡Triunfad, enemigos! ¡Triunfad, enemigos de mi estirpe manchada! ¡Triunfad, enemigos! ¡Su corona de gloria, deshojada a mis pies, en la frente de los Fabios deja el deshonor! ¡Nuestro apellido, que fue grande, es ahora una palabra de horror! ¡Sobre ti, que has perdido a Roma, anatema! ¡Anatema!
Fausta (Sin fuerza, balbuceando) ¡En esta hora suprema no me neguéis, ay, no me neguéis el último deseo que suplico a vuestro pies!
Fabius (Ablandado) ¿Qué quieres? ¡Habla!
Fausta (A los pies de Fabius, que la mira; ella le implora) ¡Vuestro perdón!
Fabius (Con una sublime emoción) ¿Sabrás morir con dignidad? ¿Lo prometes, hija mía?
Fausta (Levantándose con un transporte radiante) ¡No hay cobardes entre los Fabios! En vuestros brazos recupero el alma de romana. ¡Con paso firme marcho hacia el castigo!
Fabius (Vibrante de emoción) En mis brazos, ahora, oh, Fausta, eres romana. ¡Ven! Vayamos con paso firme hacia el castigo! ¡En mis brazos! ¡En mis brazos! ¡Ah! ¡En mis brazos!
Fausta Con paso firme marcho hacia el castigo! ¡En vuestros brazos! ¡En vuestros brazos! ¡Ah! ¡En vuestros brazos! |
“Asunto resuelto; hoy comemos pronto” piensan los senadores: ella lo reconoce, ha venido a propósito... pues a sacrificarla enseguida. Pero falta por entrar en acción un personaje: Posthumia, que, enterada de lo que ocurre, pide clemencia para su ahijada. Algunas de las frases que se cruzan entonces son para esculpirlas en mármol: al grito de Posthumia de “¡Se trata de mi hija!”, Fabius responde gravemente: “Se trata del honor de toda la familia”. El Sumo Sacerdote dice: “La ley no tiene corazón”. Finalmente, Posthumia: “¡Qué me importa a mí Roma! ¡Perdonad a mi niña!”. La ceguera de la anciana, buscando a tientas a los senadores para rogarles, para suplicarles, conmueve al espectador y lleva el patetismo a un punto casi insoportable. Sin duda, es la escena culminante de la obra: la que impactó a Massenet cuando la vio interpretada por Sarah Bernhardt (que, inteligentemente, se reservó este personaje pese a no ser el protagonista), la primera que el compositor imaginó y compuso en cuanto leyó el drama, la de la única voz particular que se alza (pues tanto Fabius como la propia Fausta aceptan orgullosamente el veredicto) frente a la inflexible ley colectiva. Los senadores no admiten la apelación: excepto uno, van girando el puño con el pulgar hacia abajo y la vestal sacrílega queda condenada a muerte para desesperación de Posthumia. Estas son las súplicas de la anciana: Aria de Posthumia Posthumia (désespérée) Pitié! pitié pitié!
(Implorant au hasard de ses supplications)
Mais ce n'est point pour elle, mais pour moi que je prie Hélas! Vieille et sans yeux, Il me semble à sa voix revoir l'éclat des cieux! Je sens moins, dans ses bras, ma douleur endormie En perdant ma Fausta, je perds deux fois la vie! Les Dieux veulent son sang? Eh bien, Pontife, eh bien, Prenez-le dans sa source et versez tout le mien! Pitié! pitié! pitié!
(Tendant les bras vers les Sénateurs qu'elle devine à leur banc)
Au nom de vos enfants, dont elle a la jeunnesse; Au nom de vos mères dont j'ai les rides, la faiblesse; Par le Dieu Quirinus, par sa mère Rhéa.
(en s'exaltant toujours davantage)
Par la sainte Pitié que Jupiter créa; Par le rayon sacré dont votre regard brille; Par toutes mes douleurs:
(dans un suprême effort)
Faites grâces à ma fille!
(Palpitante)
Grâce! grâce! grâce! grâce!
Le Souverain Pontife (impassible aux Sénateurs) Aux voix, que votre intégrité décide sur son sort en pleine liberté!
(Le Souverain Pontife consulte le Sénat. Posthumia cherche à deviner, à entendre. Les juges votent par le signe du "Pollice verso ", c'est à dire: en baissant le pouce pour voter la mort)
J'ai recueilli les voix. Un seul juge a fait "grâce"!
Posthumia (égarée) Mais les autres?
Le Souverain Pontife Que justice se fasse!
Posthumia Et comment? Par sa mort? ah! Parlez!
Le Souverain Pontife Par sa mort!
Posthumia (les bras tendus vers Lucius) Bourreau!
Fausta (vivement et sublime de résignation) J'ai mérité mon sort!
Posthumia (folle de rage, désemparée, essayant en vain d'atteindre le Souverain Pontife) Monstre qui m'arraches mes entrailles de mère, comme les Dieux déjà m'ont ravi la lumière; Opprobre des autels que tes mains vont tacher du sang Pris en mes flancs, pourvoyeur de bûchers! Sois maudit! | Posthumia (Desesperada) ¡Piedad! ¡Piedad! ¡Piedad!
(Lanzando al azar sus súplicas)
Pero no para ella, es por mí por quien ruego. ¡Ay! ¡Vieja y ciega, cuando oigo su voz me parece ver de nuevo el resplandor del cielo! En sus brazos sufro menos, mi dolor se adormece. ¡Si pierdo a Fausta pierdo dos veces la vida! ¿Quieren los dioses su sangre? ¡Pues bien, Sacerdote, pues bien, tómala en su origen y derrama la mía! ¡Piedad! ¡Piedad! ¡Piedad!
(Tiende los brazos hacia los Senadores, a los que adivina sentados en su banco)
¡En nombre de vuestros niños, de los que ella tiene la juventud! ¡En nombre de vuestras madres cuyas arrugas y fragilidad yo también tengo! ¡Por el dios Quirino, por su madre Rea!
(Exaltándose progresivamente)
¡Por la santa Piedad que Júpiter creó! ¡Por el rayo sagrado que brilla en vuestra mirada! ¡Por todos mis dolores!
(Con un supremo esfuerzo)
¡Perdonad a mi hija!
(Palpitante)
¡Gracia! ¡Gracia! ¡Gracia! ¡Gracia!
El Sumo Sacerdote (Impasible, a los Senadores) ¡Al votar, que vuestra integridad decida su suerte con total libertad!
(El Sumo Sacerdote consulta al Senado. Posthumia trata de adivinar, de oir. Los jueces votan mediante el signo del “Pollice verso”, es decir: bajando el pulgar para votar por la muerte)
He contado los votos. ¡Sólo uno ha votado por el perdón!
Posthumia (Extraviada) Pero... ¿los demás?
El Sumo Sacerdote ¡Que se haga justicia!
Posthumia ¿Y cómo? ¿Por la muerte? ¡Ah, hablad!
El Sumo Sacerdote ¡Por la muerte!
Posthumia (Los brazos tendidos hacia Lucius) ¡Verdugo!
Fausta (Con sublime resignación) ¡Merezco mi suerte)
Posthumia (Loca de rabia, desamparada, tratando en vano de alcanzar al Sumo Sacerdote) ¡Monstruo que me arrancas mis entrañas de madre, igual que los dioses me robaron ya la luz! ¡Oprobio de los altares que tus manos van a manchar de sangre! ¡Tómala de mi seno, proveedor de hogueras! ¡Maldito seas! |
Impertérrito, el Sumo Sacerdote se retira, junto con los Senadores, dejando solos a Posthumia y Fabius. Este saca a relucir su orgullo: enterrarán a Fausta, sí, ¡pero muerta! Y para lograrlo, le entrega un puñal a la anciana, que se queda acariciándolo mientras baja el telón y nos preparamos para el acto del desenlace.
|
|