Adjunto mi crítica del DIARIO DE SEVILLA
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Programa: 'Die schöne Müllerin', op. 25 D. 765, de Franz Schubert. Tenor: Jonas Kaufmann. Piano: Helmut Deutsch. Fecha: Viernes, 22 de octubre. Lugar: Teatro de la Maestranza. Aforo: Algo más de tres cuartos..

Una muestra inapelable de la situación actual del canto lírico es el fenómeno de Jonas Kaufmann. Presente en las portadas de todas las revistas musicales, publicitado hasta el exceso por su casa discográfica, presente cotidianamente en los teletipos operísticos cada vez que afronta un nuevo personaje, alabado tanto por su físico como por su voz, es sin lugar a dudas, el tenor del momento, el cantante de moda. Y, sin embargo, hace medio siglo hubiese pasado desapercibido, hubiese sido calificado de cantante sólo pasable y aceptable para escenarios de segunda o para papeles secundarios y las críticas hubiesen sido menos halagüeñas que las que hoy se leen por doquier.

¿Qué pasa entonces? Muchos son los especialistas en el canto que se preguntan el porqué de la decadencia del canto (especialmente masculino) en las últimas décadas y muchos coinciden en una cuestión: la presión de los teatros y de las agencias artísticas, acicateadas por la demanda creciente de una mucho mayor cantidad de teatros, lanza a la vorágine a cantantes a medio formar, sin la técnica aún consolidada, sin haber madurado todavía su repertorio y sin tiempo material para, con menos de treinta años, acabar de moldear algo tan delicado como la voz.

Ejemplo cabal es el de Jonas Kaufmann. Ante el vacío de voces tenoriles con empaque y anchura, el timbre oscuro, viril y leñoso de Kaufmann, unido a un fraseo incisivo y a una musicalidad indudable, lo han lanzado al estrellato mundial de una manera que no siempre se corresponde con lo que se puede percibir en el directo. Sin lugar a dudas, el centro de la voz es de una belleza arrebatadora, pasional y exultante, con facilidad de proyección cuando canta en forte. Pero en otros terrenos ya no pisa tan firme. Ya desde el estribillo del primer lied se pudo comprobar que al acercarse a la zona de paso (Mi-Fa) la voz se estrangula, se engola, queda sin cubrir y desde allí hacia arriba se adelgaza, se blanquea, pierde vibración y suena plana. Los ataques en pianissimo sobre la zona aguda (inicio del nº 6) suenan siempre blandos y afalsetados, sin que se pueda decir que existe la media voz. Incluso se pudieron escuchar (nº 4 y nº 19) algunos sospechosos roces.

En este sentido, la tesitura aguda de este ciclo juega en contra de las condiciones de la voz de Kaufmann, que naufraga a la hora de intentar un canto íntimo y delicado. Todo lo contrario que en las canciones más expansivas (nº13 al 15), dichas con gran carga dramática y perfectamente fraseadas con gran riqueza de acentos (magistrales los staccati del nº 15).

Deutsch, por su parte, dio toda una lección de sobriedad y riqueza de colorido en el teclado

Gracias por la crónica, señor Mengíbar.



Bueno, pues no todo es malo, ¿verdad?

Gracias, Mengibar.

Totalmente de acuerdo con lo escrito por el sr Mengíbar. Estuve también ayer en el Maestranza, y sí, la musicalidad de Kaufmann es admirable, y la belleza del timbre indudable. No es el tipo de cantantes que no sabe pasar del mezzoforte, y maneja una variedad de acentos y fraseo fantástica. Todo el recital estuvo matizadísimo, con algunos pasajes maravillosos.

Pero luego igualmente tiene -a mi modo de ver- problemas técnicos graves, con una voz que se engola en cuanto pasa a la zona más aguda o intenta pasar al forte, que se afalsetea. Todo suena demasiado artificial, parecen dos cantantes distintos el de la zona más grave y canta piano, donde parece que se siente más cómodo y su emisión parece más natual, y el de la zona más aguda o de canto forte, que engola y afalsetea el sonido. Y el paso de una a otra dejaba ver estrangulamientos que afeaban muchísimo la interpretación.

En fin, pude verlo en diciembre pasado en la Carmen scaligera y, aunque engoladísimo todo, me convenció mucho más.

El público como siempre tosiendo en los momentos más inoportunos, con la anécdota divertida de aplaudir y empezar a levantarse a mitad del recital, cuando en los subtítulos aparecía el título del siguiente lied "Pausa".

Un saludo.

En comparación con otras noches de funciones de operas las toses no fueron muy molestas y eso que no habia orquesta. algo tuvo que ver Kauffamn que supo conquistar al publico con su interpretación.

No sé cómo ha cantado Kaufmann en Sevilla, pero normalmente es todo lo contrario. El agudo de Kaufmann en forte no se adelgaza para nada. Se puede coger cualquier youtube aleatoriamente y comprobarlo.

No voy a hacer crónica porque sinceramente no me apetece mucho. Simplemente he de decir que el recital me pareció extraordinario, que no comparto en absoluto las opiniones del sr. Mengíbar, y que Kaufmann se confirmó el viernes para mí como un gran cantante.

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Yo tampoco puedo opinar de lo no escuchado en Sevilla, pero de lo sí escuchado a Kauffman en teatro como D.José, Rodolfo y Werther.
Estoy con Le Gouv. en lo que manifiesta del agudo del J.K. : los problemas técnicos de este cantante son en lo apreciado, su engolamiento y no liberamiento de la voz desde el grave al centro, pero nunca en el paso del centro al agudo y la proyección del registro alto.

Efectivamente, Le Gouvernour, así es el agudo de Kaufmann, habiendo escuchado al tenor en en Tosca, Don Carlo y Werther puedo ratificarlo... Se puede confirmar plenamente en los vittoria, vittoria de Tosca...

Quizá es atribuible a un resfriado que nos impidió disfrutar de su recital en el Liceu...

Hombre, pues por si sirve de algo yo estaría muy interesado, sobre todo si hay controversia.

Por ser vos quien sois, mañana me explayo más

Nunca he dicho que el agudo se adelgace en forte, entre otras cosas porque en Die schöne Müllerin no hay que cantar en forte casi nunca. Es cuando tiene que atacar la zona de paso y las notas por encima del Sol en piano cuando tiene verdaderos problemas para que la voz vibre, salga y no se quede atrás. No hubo media voz, sino falsetes más o menos camuflados. Y es que el lied es muy jodido, hay que tener una voz flexible, homogéneea en todo el recorrido, que llegue al auditorio con brillo incluso en los pianissimi. Y, además, frasear y modelar las frases (algo, por otra parte, que Kaufmann sabe hacer de manera maravillosa). La ópera es otra cosa.

Ahora ya lo ha aclarado mejor y estoy bastante de acuerdo, pero si uno lee este párrafo, primero habla del registro medio y hace una excepción al centro de la voz emitido en forte, segundo empieza a hablar del agudo como si fuese un desastre incluyendo el adelgazamiento y no hace ninguna excepción y luego ya termina hablando del ataque en pianissimo.



Respecto a las portadas de Kaufmann, es cierto que nos presentan a este cantante como uno de los tenores del momento y estoy de acuerdo en que hace 50 años, más todavía hace 70 u 80 años no hubiese ocupado un lugar destacado.

Pero lo que nos dicen las revistas en este caso, es que es uno de los tenores del momento, no que sea mejor que Völker. Pienso que en este caso las revistas no están muy equivocadas, porque no hay muchos tenores mejores en la actualidad para cantar los papeles que interpreta Kaufmann.

Tampoco creo que sería lógico que la revistas mostraran una portada, "Kaufmann, el tenor del momento", con un pequeño subtítulo (hace 60 años no se comería una rosca)

Muchas gracias, pero seguro que hay muchos más interesados.

Aunque no seamos tan importantes , a algún aficionado más al lied, y que estima tu opinión a la misma altura que las expuestas más arriba, nos gustaría leer esa crónica