Slezak y Melchior. Se vieron en la misma desagradable tesitura (alrededor de 1906 y 1936), cual fue que, en sendas representaciones de Lohengrin, llegado el momento de la partida final, encontraron que el cisne ya se había ido. Al parecer, Slezak -y Melchior posteriormente- se dirigió al público y vino a decir algo como... ¿A qué hora sale el próximo cisne? Genuino. O al menos así lo afirma Hugh Vickers

Ahí va otra:

Esta es muy divertida. Se trata de un baritono de iniciales AGM (ignoro si aun vive). Se sabia publicamente que el hombre era gay. Una de sus creaciones era El Caballero de Gracia de la La Gran Via. El hombre salia, muy elegante, con su frac y su baston y empezaba a cantar....

- Caballero de Gracia me llaman...

Y del gallinero alguien gritaba

- MARICON!!!!!!!

Y el hombre seguia impasible....

- Y efectivamente, soy asi.....

Y otra:

Un conocido tenor argentino ensayaba el Aria de la Flor ("La fleur que tu m'avais jetée...") de "Carmen" con su no menos famosa profesora, quien le solicitaba reiterada e infructuosamente que cante más piano.

Finalmente, le dijo la Maestra al tenor:
"Querido, Carmen era puta, no sorda

No es operística pero es genial:

Einstein erá aficionado al violin pero siempre entraba a destiempo y un día le dijo su profesora: "Señor Einstein ¿Sabe vd contar?"

Otra:

Caruso estaba en un hotel descansando de una función cuando oyó que unos aficionados se quejaban amargamente de no haber conseguido entradas. El muy coloso salió a la ventana y les agasajó con los principales pasajes de la ópera.

juajuajuaaaaaaaaaaaaaa
Seguid, seguid

Nueva anécdota:

Sir Thomas Beecham estaba dirigiendo "La Bohème" de Puccini. La pobre Mimí se estaba muriendo tumbada en un jergón (colchón), y no conseguía lo que Sir Thomas quería; éste la recriminó, a lo que la cantante replicó :
"Maestro, no puede hacerse mejor en posición horizontal".
La respuesta fue :
"Pues, señora, en esa posición he obtenido yo mis mejores éxitos".

Sigamos:

No tenemos la seguridad de que esta anécdota haya tenido lugar en el Teatro Colón, pero dado que Giuseppe Taddei encarnó allí al Scarpia de Tosca en cuatro temporadas (en el '53, '54, '62 y '65), bien podría haber sucedido en el teatro argentino este incidente en el que el gran barítono demostró que los años sobre las tablas pueden servir para cubrir espaldas ajenas.

El papel de Sciarrone (jefe de Policía) en Tosca tiene unas pocas intervenciones a lo largo de la ópera. En la primera, cuando el Barón Scarpia le pregunta si Cavaradossi ha confesado ("Sciarrone, che dice il Cavalier?), debe responder "Nega" ("Niega"). Más tarde, al "Tutto?" del Barón debe replicar "Tutto". Tan simple secuencia es ideal para un debutante, pero esta vez (como tantas) el hilo fue a cortarse por lo más delgado.

El inexperto Sciarrone contestó al "Sciarrone, che dice il Cavalier?" con un contundente "Tutto" . Si era verdad que Cavaradossi había confesado todo, la acción tal como seguía sería totalmente absurda. Por lo tanto, Taddei se vio en la obligación de cambiar imprevistamente el texto, y agregar :

- Como tutto? Sei sicuro? Ma va' rinchiedere un altra volta!
(¿Cómo que todo? ¿Estás seguro? ¡Pregúntale de nuevo!")

Cantaba la soprano Katia Ricciarelli acompañada al piano. En una de las piezas, justo tras la introducción del piano, la cantante detiene al pianista y dirigiéndose a un señor del público le dijo en un castellano bastante bueno :

- "Por favor, guarde el caramelo para el final, yo también tengo hambre y no estoy comiendo".

Una anécdota, cuya opinión no comparto:

Como ya sabéis, al principio la música de Wagner gustaba a muy pocos. Y los mismos músicos no la comprendían. Rossini, en 1865, le decía a un hijo de Weber:

- Nunca entenderé esta música, por mucho que lo intente.

También decía:
-Admito que en esta música hay algunos minutos de mucha belleza, pero separados por cuartos de hora que no hay quien los aguante.

Sentado al piano, intentaba tocar la partitura de Tannhäuser ante unos amigos. Uno de ellos advirtió que había puesto la partitura al revés y le preguntó:
- ¿La pone al revés?
- Sí, lo prueblo así. Antes la he tocado al derecho y me ha parecido mucho peor.

En 1839, un joven alemán, poeta y músico, intentaba abrirse camino en Francia. Llegó a París con una carta de recomendación para Meyerbeer. Y este mismo músico le dio otra carta de recomendación para el director de ópera Léon Piller, que se la dio cerrada, lo cual no era de muy buena etiqueta. La carta decía:
"Querido amigo: Deshazte como puedas de este imbécil".
Sí, ya lo habréis adivinado, el "imbécil" se llamaba Richard Wagner.

Viena, 1958. En la Staatsoper se cantaba Don Giovanni y todo había marchado bien. Bien, sí, pero quedaba, ay, la escena del descenso a los infiernos de Don Giovanni, para la que, como en tantos otros montajes, se dispuso una trampilla por la que descendería el burlador. Pues bien, el señor Siepi lanza su úliima imprecación y se sitúa en el sitio adecuado. La trampilla se abre y comienza a descender..... pero se queda trabada a mitad de camino de modo que hombros, cuello y cabeza quedan a la vista. Y entonces llegó el momento del espontáneo, a quien no le faltó tiempo para soltar-dicen que en italiano: ¡Dios mío! ¡El infierno está lleno!

Falleció si no me equivoco en la década de los 90 o a finales de los 80.
Un gran barítono del que no quedan apenas testimonios, pero que fue una gran voz en el repertorio zarzuelero de comienzos de los 70.

Grcias por la información Melchior

Melchior:

"Falleció si no me equivoco en la década de los 90 o a finales de los 80. "

Me quedo con la curiosidad ¿?

Ya la he contado varias veces, pero me parece muy curiosa:

Verdi después de asistir al estreno de una ópera de Wagner dijo a sus acompañantes: "No me había aburrido tanto en toda mi vida".

Al igual que Rossini, ¿por qué estos dos siendo grandes genios musicales no podían tener la sensibilidad musical necesaria para entender la magia de la música wagneriana, aunque estilísticamente fueran mundos diferentes?

Gracias Raul por tu contribución, nadie visitaba este post