Yo he recibido sólo una llamada de teléfono, pelada y mondada (de una señorita muy amable, eso sí); nada de carta. Me ofrecían cambiarme a otra localidad (de hecho, mejor que la actual mía), pero no podían asegurarme, al 100%, que la temporada próxima fuera a tener el mismo abono que ahora (junto a pasillo). Y en mi caso concreto ese asunto resulta de vital importancia, pues, por cuestión de espacio y comodidad, necesito ese lugar para poder mover mis piernas. Conclusión: he pedido que me devuelvan el importe de todo el abono restante (y, en consecuencia, he dejado de ser abonado del Real).
Cuando uno se para a pensar en lo que está ocurriendo esta temporada, sólo puede llegar a la conclusión de que es una verdadera vergüenza, una tomadura de pelo, un ciscarse en el público y un asunto lo suficientemente grave como para que Marañón y García-Belenguer dimitieran
ipso facto por su falta de previsión y su sinvergonzonería a la hora de gestionar el problema (que ellos mismos crearon al no dejar pasar la temporada, dadas las circunstancias). Tener a la gente sin saber qué va a ocurrir (aunque ya se hayan quedado con tu dinero por adelantado); moverla continuamente de localidad según las necesidades de cada momento o función; la falta absoluta de transparencia en los procesos (como bien ha preguntado arriba otro forero: ¿qué criterios se están utilizando, por ejemplo, para eliminar localidades?); el desprecio general hacia el espectador; la soberbia de los responsables del Real cuando el público ha protestado por una situación que cualquiera consideraría inaceptable... En fin...
Creo, sinceramente, que debería hacerse lo posible para elevar la cuestión a escándalo nacional, y tendría que organizarse algún tipo de iniciativa legal para interponer una demanda contra el Teatro Real y sus máximos responsables por lo que está ocurriendo. ¿De verdad no habrá ningún abogado entre el público afectado, dispuesto a hacer algo para que se responda, al menos política y gerencialmente, por todo esto? Porque este desaguisado no se soluciona, sólo, con que te devuelvan el dinero y ya está. Imagino que habrá multitud de personas a las que tan desastroso asunto les ha trastornado en su vida diaria; gente que se distribuyó sus vacaciones o días libres pensando en las futuras funciones; que sacó billetes de avión para viajar a España; que decidió pedir días para venir al teatro; que regaló localidades que ahora ya no existen... En fin, un trastorno que alguien tendría que pagar de alguna manera, más allá de con una simple devolución del dinero.
Miren cómo se ríen de nosotros: