Una de las primeras Traviatas que escuché hace años, que nada más que por ésto:
https://m.youtube.com/watch?v=8XWDFuXiAcsdebería estar entre las primeras opciones, por lo menos a la hora de escuchar su acto I. Estamos en 1979 y Sutherland da todas las notas en el "follie" agudos, trinos ejecutados a una velocidad de vértigo, notas picadas y unas filigranas después de las notas picadas aún por igualar. Nota MI conclusiva. En el "Strano" se defiende pero no desentona con la cabaletta. Hay sentimiento pero superficial... definitivamente en este aria lo vocal prima. Recuerdo que su Acto II me gustó más que en su Traviata I con Merril (Manuguerra es mucho más expresivo) y su Acto III lo mismo, pero quitando un "addio del passato" concluido con un nota conclusiva que al hacerla crecer patina, siendo su vibrato muy irregular y el crecimiento de la nota también.
Este fallo nos indica que Sutherland era una maestra en la coloratura, pero en la gestión del sonido, del aire - uso de reguladores y pianissimi mayormente - sopranos como Gencer, Caballé o Gruberová le adelantan.Pavarotti en 1979: ideal en el plano vocal. En la interpretación de su personaje, una superficialidad que llega a aburrir.
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Edita Gruberová y su Traviata. Digo "su" porque es su Traviata. Para este que escribe hace una de las Violetas más estilizadas e intimistas de la discográfía. Ciertamente lo que hace esta mujer con la voz es espectacular...pero tampoco se olvida de la interpretación, cuidando la dicción (base de ésta) como pocas...desde luego...más que Dame Joan. Es como una mezcla entre el virtuosismo vocal de Sutherland y la gestión del aire de caballe. Es un..."más difícil todavía" Esto podría hacernos pensar que es sólo en lo vocal dónde está atendible, pero no: no desaprovecha ninguna frase del acto I (que no empieza en el "Strano" no se nos olvide) y en sus actos II y III consigue un maridaje perfecto entre un espectáculo vocal con unos pianissimi bien apoyados, unos crescendi y diminuendi perfectos y una emotividad suave, intimista, detallista (desde luego que hay que escucharla con cascos) Puedo admitir que no pueda gustar a determinados aficionados...pero el espectáculo está servido y la emoción... latente.
La acompaña el buen hacer de Zancarano y un Sicoff que no es un derroche en cuanto a vocalidad y belleza tímbrica (emisión muy muscular...pero segura en las medias voces que rematan Arias y dúos) pero que es más emocionante que Pavarotti...vamos...que compensa.
Dos grandes Violettas. Muy técnicas . El "Strano, strano...ah forze di lui" de Gruberová es un modelo de gestionar el aliento.
Añado : el mismo timbre cristalino, purísimo y un punto metálico, hacen de la Violetta de Edita un personaje etéreo, como de una bondad casi angelical.