Buenos días:
Estoy seguro de que nuestros queridos foreros no se molestarán si hablamos de Galdós, mientras ellos siguen estableciendo la estrategia ante la pandemia y la crisis, o hablando de fútbol.
En lo que llevamos de 2020, son varios los escritores que han debatido a favor y en contra de Galdós. Si no recuerdo mal, los que empezaron una cierta polémica fueron Cercas y Muñoz Molina:
https://elpais.com/cultura/2020/02/11/b ... 11186.htmlhttps://elpais.com/elpais/2020/02/03/ep ... 32115.htmlhttps://www.elplural.com/autonomias/and ... _233325102Después, Andrés Trapiello, la mejor cabeza de la cultura española, no termina de centrar su defensa, pero algo queda:
https://www.elmundo.es/cultura/laesfera ... b45ff.htmlOtros han ido más al grano, poniendo en valor lo liteario:
https://elcultural.com/palos-de-ciego-a-galdosPor último, Vargas Llosa dice que tercia a favor de Galdós, pero le perdona la vida en un ladino artículo donde le llama anticuado pero buena gente. Váyase a la porra, don Mario:
https://www.losandes.com.ar/article/vie ... rgas-llosaEn mi opinión Galdós no es antiguo ni moderno, sino siempre contemporáneo (a pesar de los indudables resabios decimonónicos). Narrador, además, dotado del don de ser ameno casi siempre (es muy importante no aburrir al personal). Al hilo de lo que le reprocha VLL, yo opongo que el narrador de Galdós es historiador de lo grande y lo pequeño a la vez, por tanto forzosamente omnisciente o, por lo menos, investigador insaciable. ¿Importa más la técnica con que se narra o narrar bien y qué se narra? Flaubert es aburrido más veces que Galdós (no digo más, ni tampoco menos). Era Galdós un buen creador de personajes; también es culto (siempre se aprende algo de sus libros). Pero lo más importante para mí era lo que nos enseña del alma humana: no sólo porque fuera buen psicólogo, sino porque era un sabio, lo cual implica que tenía un poco de poeta y un poco de filósofo, aunque casi nunca se pusiera ni lírico ni filosófico. Su literatura no pretendía redimir al mundo ni cambiarlo; ni siquiera juzgarlo - era pesimista sin nihilismo. La tesis de toda su obra es que detrás de la Historia siempre está el ser humano. Quien quiera conocer algo de España, pero sobre todo de los españoles, siempre tendrá que pasar por las páginas de Cervantes, Galdós y Unamuno (en tiempos recientes, añadiría a Trapiello). Eso lo hace tan importante para nosotros, pero no reduce su interés, como no reduce el interés de Verdi su condición de narrador de lo italiano.
Esperando a los galdosianos, les saludo.