Reverter para Beckmesser. "La interpretación fue cuidada en la línea, depurada en el fraseo, afinada en la entonación y ensoñada: en el fondo alegre; como debe ser. Un canto nada quejumbroso o lánguido, como a veces se ha escuchado.
Ataques certeros, “messe di voce”, medias voces, filados (con la frase “lo vedo”), buen “legato”, silencios estratégicos, la naturales agudos fulminantes –no escritos, pero impuestos por la tradición-, “volata” postrera bien dibujada y cierre en un hilo. Ejemplar, aunque particularmente pueda preferirse una recreación más apasionada y exultante, no más cálida. La larguísima ovación obligó a ese bis, en el que el tenor se dejó llevar en mayor medida –aun contando con la escasa capacidad para el “rubato” del director Capuano- por la cadenciosidad de la página.
Camarena ha vuelto a demostrar, en el curso de una madurez ya reconocida cuando anda por los 43 años, que posee un indiscutible control respiratorio, hábil en la sfumatura y en el filado. A la voz, la de un lírico-ligero, agradable, cada vez más próxima a la de un lírico a secas, bien esmaltada, no le falta cuerpo para Nemorino (sí para Edgardo), ni solidez y llega estupendamente por la frescura de un timbre que en algunas notas puede recordarnos al del joven Di Stefano. Es muy extensa –y lo demostró aquí en un inesperado re bemol sobreagudo- y posee un centro cada vez más carnoso y presente y un grave de momento suficiente.
Maneja con habilidad el viejo truco del “portamento di soto” y controla sin problemas las agilidades, en las que, después de todo, su “particella” no es demasiado abundante, como prototipo de escritura vocal neobelcantista. ".
_________________ ...la scena a' miei tempi era altra cosa.
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