En el Liceu, el mismo programa, ya sin La luce langue anunciada y con el preludio de Macbeth en vez de la obertura de Les vêpres. Y sin mucha variación sobre lo ya dicho en lo musical; quizás algo diferente en lo referente al público.
Que Netrebko tiene una voz espléndida, oscura, suntuosa y lo que se quiera es inapelable. Que canta bien o que sabe cantar, también. La Iolanta que cantó aquí hace unos años fue fabulosa y mereció todos los aplausos que se le dedicaron. Ahora bien, que el recital de ayer fue mediocre, y también por su parte, no se puede negar. Quitando Tu che la vanità, muy bien cantado, las arias de La wally y Gianni Schicchi las cantó de manera correcta, pero sin gran implicación: O mio babbino caro, en particular, sonó de lo más "normal", incluso con algún problema en un filado que quedó sin voz, y poco expresivo. Vamos: que se han oído mucho mejores interpretaciones de ella, hasta en algún concurso Viñas. En los dúos, Netrebko no era lo mismo: poco implicada igualmente y como si se reservara, ya para no tapar a su marido, ya para lucir en las arias. Pero si se reserva en un recital de mínimos como este, de tan poco esfuerzo, uno piensa que le toman el pelo.
Yo, personalmente, pagué 12 euros por la entrada: por ello, y con un programa poco comprometido pero agradable, tampoco hay motivo de mucha queja. Pero quien pague un pastón porque "ella es ella" (y no por otra cosa) y acabe pagando un tenor mediocre a precio de estrella y pagando una estrella de bolo a precio de estrella de verdad y se encuentre con unos cantantes que pasan a cumplir y punto, pues no sé... Queda muy feo y poco "de estrella". Cualquiera de los recitales del curso pasado en el mismo teatro merecía más atención, con programas trabajados, con piezas fáciles y difíciles, con un cierto hilo conductor, con cantantes que se entregan, con diez, doce o quince piezas... Vamos, lo que ha de ser un recital de un cantante, más si pretende ser la número 1 (y ella se lo cree (o su agente) o no cobraría lo que cobra). De 17 piezas cantadas, ella canta o participa en 8, Eyvazov en 7 y Maltman en 6. Pero las piezas son las que son y con peso, lo que se dice para lucirse... bien pocas.
Lo mejor, el barítono, con diferencia: una voz y una línea de canto muy interesantes y una implicación real. Supongo que sabe que, al meterlo en el recital (supongo que la pareja no quería cansarse mucho y buscaron un tercero), tiene una oportunidad de oro para lucirse y lo aprovecha. Tanto en sus solos como en los dúos, donde no padecía ni por la voz de Netrebko ni por la orquesta, también muy bien llevada.
Eyvazov deja que desear. Alguien dice que es trabajador y voluntarioso: puede ser, pero no le luce. La voz es la que es y él es muy limitado en todo. Sí que tiene un agudo poco brillante, opaco, pero seguro y una cierta capacidad de sostener notas altas durante un tiempo considerable, que hace que destaque, pero esa nota sostenida sigue siendo poco brillante y de un color feo. Se le aplaudió menos, naturalmente, que a su señora y que a Maltman, pero aun así, tras una aria, se oyó una señora que le gritó "grande". Su señora no era, claro; o se refería a sus dimensiones o era del consulado azerí. Un vecino de piso contestó (no se lo oyó fuera de las cercanías) con el consabido "si no fuera su marido, no cantaría en un teatro".
Y es que mira que nos metemos con Berti, Fraccaro, Kim y cualquier tenor de los que corren por el mundo, pero siempre hay algo que te hace mejor y, para ellos, este algo es Eyvazov. Lo mejor que cantó, su aria de Cavalleria. Lo peor, un E lucevan le stelle pésimo: lo quiso hacer ¿íntimo? y le salió como a media voz y sin ningún sentimiento, apático, lineal, como de recital de gala de conservatorio, con miedo casi. Desde José Antonio Urdiain, ya hace "siglos", no había oído esta pieza tan mal cantada en este teatro. Y Urdiain podría tener excusas porque la funció fue como fue, pero Eyvazov...
Se aplaudió mucho. Cierto es que se notaban diferencias en los aplausos a ella (ovacionada, con "diva", "guapa" y flores por el estilo, pero sin una ovación tan cerrada y continuada como en otros casos, incluso recientes: Theorin o Radvanovsky, sin remontarse mucho en el tiempo, han tenido una mejor respuesta y, obviamente, más merecida y, sobre todo, creíble). Aclamación rotunda para Maltman, in crescendo: de la sorpresa inicial a los bravos sinceros tras el aria de Andrea Chenier. Los aplausos para Eyvazov no eran tan acentuados; tampoco "de trámite", pero no eran lo mismo y el chico tendría que darse cuenta. Al final, mucho aplauso, sin espantada para coger el metro: pero no sirvió de nada. Ni los continuados aplausos, sostenidos ni el hecho de que la platea y aledaños se viera llena durante tres o cuatro salidas a saludar hicieron que el trío se dignara en bisar algo. Debían de estar agotados tras el O sole mio de vergúenza ajena que cantaron. Estaría bien cantado (sólo faltaría), pero lo encontré impresentable en el contexto en que se daba, como si hubieran hecho un recital espléndido que había que desengrasar con esa payasada.
Los payasos, para acabar, también estaban entre el público. Una señora, de mediana edad, más joven que mayor, luciendo un vestido brillante se quitó los zapatos y se sentó en la barandilla del foso de la orquesta (como era recital, el foso estaba cubierto con la tarima), apoyando el brazo en la tarima del escenario, como si quisiera dar algo a los cantantes (llevaba como un sobre o una caja... no sé). En un momento, parecía que quería subir y, quizás temiendo que cayera, el bueno de Yusif le da la mano y la sube. Se acerca y lo abraza, y abraza a la Netrebko y no sabe qué hacer allí en el escenario y los aplaude y aplaude a la orquesta... y ves que la Netrebko está que no sabe qué pinta allí y la espontánea vuelve a abrazarla mientras saludan... En fin, que al final vuelve a apoyarse en la barandilla y vuelve a su sitio, en la primera fila. Ya me imagino que, entre bambalinas, la bronca de Ana a Yusif, por haberla ayudado a subir, sería fina: porque le quitó protagonismo, claro, pero es que, igualmente, no deja de ser un fallo de seguridad que se tendría que haber cortado en la misma barandilla, que para eso están los pasillos lleno de acomodadores.
En fin... que si bien el programa agradable y se podía pasar un buen rato, el conjunto tuvo un no sé qué de sonrojante. Aun reconociendo las calidades vocales de la cantante, para ser "una diva" con todo lo que implica, esto no se hace.
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