EL SHOW DE NETREBKO & FRIENDS
Tengo que aprender a escuchar más a los foreros más sensatos, que ya habían advertido que el concierto podía ser más un show que un recital al uso. Yo esperaba un recital donde la diva nos ofreciera un repaso de sus grandes caballos de batalla, y que si al menos el programa oficial era parco en sus intervenciones, en los bises fuese un poco generosa.
Pues bien, la Netrebko cantó poquísimo, bastante menos que su marido y el Sr. Maltman.
Para mí, el director Denis Vlasenko fue una agradable sorpresa, pues hizo que la orquesta del real sonara mucho mejor que en la mayoría de recitales que normalmente escuchamos.
También me gustó mucho el Sr. Maltman, porque lejos de ser la típica voz anglosajona que en ópera italiana está fuera de juego, me pareció un cantante de raza, entregado, que lo dio todo. Es verdad que el sonido, el timbre, no entusiasma precisamente, suena como desgastado, pero frasea y acentúa decentemente. Cuando ya estaba bastante avanzado en Nemico della Patria, empezó a sonar una alarma antiincendios o similar, y de hecho, como yo estaba en los laterales de tribuna pares de arriba del todo, puede ver cómo salió la Netrebko por el lateral de la zona impar, y le dijo en italiano que era una alarma, una vez el director paró la orquesta. Se volvió a empezar desde el principio, previa ovación al barítono, que cantó todavía más entregado.
Aclaro a nuestros foreros que no fue amplificación sino una alarma. Yo estuve en la famosa función del Chénier que hubo que interrumpir porque se acopló la megafonía y sonaba como amplificado. En esa ocasión salió Antonio del Moral a aclarar lo ocurrido y nos aseguró que en el Teatro Real no se amplifica (al menos, entiendo, en ópera tradicional, que ya sabemos que ha habido espectáculos amplificados).
Cuando escuché a Yusif Eyvazov al principio, sobre todo en el Giá nella notte densa y en el Oh! Feder negar potessi, me quedé sumamente frustrado y preocupado, pues la voz es tremendamente caprina y de un timbre muy áspero. Esto resultó especialmente molesto hasta el final de la primera estrofa de Quando le sere al placido, pero en la repetición que la cantó más a media voz, matizando, etc, etc, comprendí que es un cantante con un material difícil, que se lo debe haber currado un montón y que ofrece lo mejor que tiene. Tanto en Mamma quel vino è generoso como en E lucevan le stelle, me pareció digno pero sobre todo cantando con mucho sentimiento y se le veía muy emocionado al final de cada aria. En definitiva, una voz problemática y nada agradable pero un cantante que se lo debe currar mucho y que siente lo que canta. Eso sí, en relación a lo que comentaba el forero Hizan06, a mí me pareció no muy squillante, con poca pegada, con un volumen no muy grande pero digno para lo que hay hoy en día.
Y ahora voy con la rusa. Me moría de ganas por escucharla, era la primera vez, y mis amigos siempre la han puesto por las nubes. Indudablemente, es una voz que impacta, sobre todo comparativamente por el sopranismo que hoy escuchamos por los teatros. Pero creo que ayer se reservó, que vino a hacer su bolo y no a darse por completo. Eso no quita para que disfrutase de esa voz mórbida, oscura, opulenta, esmaltada, con un volumen importante, pero que creo que ayer no lo exhibió del todo. Por ejemplo, Sondra Radvanovsky tiene un volumen y una pegada, por ejemplo en el último Chénier del Liceu, bastante mayor que el de la rusa, si bien Netrebko no tiene una emisión con un cierto vibrato como el de la norteamericana. Netrebko hace ataques en piano muy bonitos y es muy musical. Pero me pareció impresentable que cancelara La luce langue sin que se diera una explicación. Antes, cantó una muy buena Tu che le vanitá, sobre todo comparando con lo que hace poco se ha escuchado en el Real. No sé si fue un defecto en la escucha pero me pareció, justamente cuando dice Tu che le vanitá, como si en algún momento acortase alguna sílaba porque parecía que se iba a desestabilizar un poco la voz al poner intensidad en el aire, o que quizás como ya se ha comentado, la escasez de fiato le obligue a ello. En las escenas de conjunto, como en Tace la notte del Trovatore, se reservaba mucho. Es decir que cantó dúos y tríos reservándose y al cancelar La luce langue, solo quedaron como arias propias la de Don Carlo antes comentada, la de La wally y el O mio babbino caro.
En el vicino a te del Chénier, puedo asegurar que los he escuchado en vivo más vibrantes y con mayor entrega que lo que ofreció el matrimonio. Netrebko desde luego no se desmelenó, en un momento que pide decibelios y pasión. Lo compensaron con miraditas, abracitos, etc.
Al final, a pesar de los interminables aplausos, solo ofreció como bis el O sole mío, en donde ella cantó a solas un trocito de nada para mostrar voz y dar algún trino, pero en definitiva, mi sensación es que su voz la entregó con una racanería injustificable, reservándose para muy puntuales momentos. Sobraron muchos bailecitos, mucho almibaramiento, mucho rollo kitch y faltaron arias que realmente nos muestren lo mejor de su repertorio.
En mi opinión, estaba claro que no iban a dar otro bis más, pues después del O sole mio, claramente dijeron con las manos adiós en señal de despedida, y a pesar de las ovaciones y que tuvieron que salir varias veces, pude ver como Netrebko comentaba algo a su marido, y finalmente decidió no dar una segunda propina, volviéndose a despedir con las manos. Vamos que venía a piñón pijo a dar una mínima muestra de su arte y no regalar ni un minuto más al público del Real.
|