The Handmaid's Tale (Ruders). Boston Lyric Opera. Lavietes Pavilion, Harvard University. Boston. 12-V-2019La Boston Lyric Opera no tiene una sede fija. Desde hace años van alquilando un teatro diferente para cada producción y últimamente se han decidido a hacer una «installation» cada temporada en un escenario poco habitual. El año pasado fue
Trouble in Tahiti en una pista de patinaje sobre hielo. Este año, tocaba
The Handmaid's Tale en un pabellón de baloncesto.
Esta ópera pasó sin demasiada gloria cuando se estrenó hace casi 20 años (en Copenhague en danés y luego en Minnesota en inglés). Ahora la reponen, aprovechando el tirón actual tanto de la temática en general como del
Cuento de la criada en particular, a raíz de la serie televisiva. Como el Gilead de la novela tiene su capital en Massachussetts y en particular varias partes tienen lugar en la zona de la universidad de Harvard, han decidido escenificarla allí mismo. De hecho, el pabellón de baloncesto elegido es probablemente el lugar que en la novela se conoce como Red Center.
La acústica es algo mejor de lo que cabría temer a la vista de la foto (aunque hubo amplificación, sobre todo de la orquesta). Por desgracia, me parece que la ópera tiene muy poco interés. El libreto de
Paul Bentley incluye muchísimas miniescenas, muchas de ellas redundantes (no he leído la novela ni visto la serie, pero queda todo claro sin tanto flashback y tanta explicación). Al mismo tiempo, la partitura de
Poul Ruders tiende a buscar apabullarnos con olas de sonido orquestal. Con estas dos cosas, la escritura vocal queda arrinconada, con pocas opciones, y alterna entre estridente y plana. Para mí un fracaso (está teniendo excelentes críticas, pero creo que motivadas solamente como experiencia teatral, que aún así no me convence, pero no como ópera). Como detalle interesante, pero que a la postre no se utiliza bien, el personaje protagonista, Offred, está desdoblado en su versión pre y post-Gilead, que a veces interactúan.
Sí que es de justicia hacer mención al gran trabajo de
Jennifer Johnson Cano en el papel protagonista, que se pasa casi todo el tiempo en escena. Toda una maratón y consigue imprimir de personalidad a su personaje, además de cantar con una buena voz de mezzo en los breves momentos en los que le dejan.