El Madrid parece retroceder, una vez que se había alcanzado un nivel de juego bastante bueno. Pero ante el Ajax el partido fue muy malo, especialmente en la primera mitad, y hoy ha sido al revés con el Girona; una primera parte de juego algo funcionarial, pero aseado, y una segunda, de desastre, encajando dos goles y, para cumplir con todas las tradiciones, una expulsión de Sergio Ramos.
La verdad es que la defensa, por momentos, parecía la de los Keystone Cops, con Marcelo y Odriozola convertidos en los jugadores más peligrosos del Girona.
En fin, a mí no me ha sorprendido lo que ha pasado hoy, ni lo que pasó el miércoles. Mi sorpresa era la racha de buenos partidos. Aunque perder con el Girona en casa siempre es injustificable, los tres puntos en sí no son tan importantes. Hemos abierto brecha con nuestros seguidores para luchar por los cuatro puestos de Champions, y ganar la Liga era una entelequia.
Ganando al Levante el próximo domingo, todo arreglado. Luego, el partido de Copa contra el Barça, tiene mucha importancia para Solari (es la posibilidad de ganar un título que valga algo, aunque no sea mucho, esta temporada, más allá del Torneo de la Galleta), pero menos para el club. Lo fundamental es rematar la eliminatoria contra el Ajax (como salga un partido como el de hoy, ojo que nos quedamos fuera), y esperar un sorteo benévolo en cuartos.
La solución real, o al menos la oportunidad de abordarla, este verano, tras tirar lastimosamente las últimas ventanas de fichajes. La gran noticia de la aparición de Vinicius, hay que ponerla entre algodones, hasta que se confirme con el tiempo si el chico va a mejorar la puntería, o no. En el primer caso, puede ser un crack. En el segundo, tendrá difícil incluso mantenerse en la primera plantilla en el futuro.
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