etc.Heinrich Ignaz Franz Biber - Rosenkranz SonatenHasta ahora no le había dedicado el debido tiempo a estas
Sonatas de los Misterios, una obra - como la mayoría de ustedes sabrá mejor que yo- importantísima por lo que tiene de desarrollo de las posibilidades expresivas –en aquel entonces, imprevisibles- del violín y por la manera en que anticipa los
affetti /Affekten de la ópera barroca a través de un vehículo temático con tantas posibilidades como el rosario católico.
Spotify pone a nuestra disposición una amplia discografía de las
Sonatas, con una calidad media, en mi opinión, muy elevada y con una variedad de enfoques y ejecuciones que demuestran lo dicho en el párrafo anterior. La intención inicial de uno era más modesta pero, como cuentas del susodicho rosario, la audición de unas versiones me ha llevado a otras hasta visitar cerca de la docena y la curiosidad me ha movido a leer algunas cosas sobra la obra. La penitencia la va a tener que pagar el foro aguantando el tocho consiguiente.
En primer lugar, es recomendable incluir en la visita la extraordinaria Passacaglia, que fue publicada en el mismo manuscrito donde aparecieron las
Sonatas (Nuremberg, 1681), pero que no aparece en todas las ediciones discográficas. Permite hacerse una idea cabal del planteamiento, el estilo y la técnica de cada violinista, que obviamente condiciona el resultado de la versión en su conjunto. A este respecto, insisto, el nivel es muy alto, destacando quizás el alemán Reinhard Goebel (DG Archiv) y el británico Andrew Manze (Harmonia Mundi), más creativo (y discutible) el primero, rozando la perfección el segundo.
En cuanto a las
Sonatas propiamente dichas, se podría tener como criterio de elección la naturaleza del continuo, porque este varía bastante de un disco a otro, yendo desde un acompañamiento tan escueto como el de los dos citados anteriormente hasta el despliegue de L’Ensemble La Tempesta (Zigzag Territoires), compuesto por clave, tiorba, violonchelo, contrabajo, violas y lira da gamba. Los resultados, aunque muy diferentes, pueden ser excelentes en ambos casos. Otra decisión importante, tanto del artista como del oyente, es dónde se sitúa el centro de gravedad de la obra. Aunque la ortodoxia teológica apunta a los misterios gloriosos, no todos los músicos parecen verlo tan claro. Se diría que Goebel-MAK enfocan toda la interpretación hacia el drama central de la Pasión –de hecho, se dirigen hacia allí con unos tempi casi vertiginosos-, mientras que la francesa Alice Pierot (Alpha) y el irlandés (¿?) Pavlo Breznosiuk (Avie) proyectan su lectura, más serena, desde los iniciales misterios gozosos. La progresión que apunta hacia la Gloria final es mucho más clara en otros discos, en especial con John Holloway y el ensemble Tragicomedia (Virgin), que precisamente por ello necesitan una segunda audición (al menos en mi caso) para extraer todo el sentido a las primeras diez sonatas, algo morosas y pudorosas en ataques y dinámicas.
Finalmente, habría que advertir que la mayoría de las grabaciones disponibles son relativamente recientes, lo que garantiza un cierto respeto a los criterios históricamente informados. Si uno quiere hacerse una idea de cómo sonaba el asunto antes de la revolución HIP, puede hacerlo con la nada desdeñable versión de Susanne Lautenbacher (Voxbox), que ya tiene medio siglo de antigüedad. Sin ser un talibán en estas cuestiones, me parece que en este repertorio el tiempo ha pasado para mejor. ¿Cómo no distanciarse de lecturas que ponían al intérprete al servicio de unos modos doscientos años posteriores a la composición, que pretendían fidelidad a una partitura escrita en tabulatura y que pasaban por alto la muy diferente afinación de los instrumentos de la época? (la scordatura es un recurso imprescindible para captar algunos efectos en pasajes fundamentales de la obra).
Eso sí, para decidir entre los distintos caminos musicológicos que recorren estas sonatas, paso palabra a algún forero con más conocimiento de causa.