Acerca del Acto Segundo...
Los Setenta Ancianos, suenan en coro al unisono, con fuerte apoyo de la orquesta, bronces, cuerdas graves, percusiones: Son la autoridad politica del Pueblo, que ven peligrar su posicion debido a la necesidad de respaldar una idea abstracta, que el pueblo no ha terminado de comprender (o que no ha comprendido en absoluto), y de la que no se ven resultados... Imploran a Aron, portavoz de la Idea, el apoyo que les devuelva la autoridad cuestionada.
La "Voz Cantada" de Aron, inicia el Segundo Acto, debilitada... sin la "virtud" del canto que tan fuertemente estaba presente en el primer acto, cuando secundaba la "Voz Hablada" de Moses... Pero va recuperando su lirismo en la medida en que, obedeciendo a su propia inspiracion, y a los ruegos de los Ancianos, entrega al Pueblo Imagenes Concretas a las que adorar, las que, buenamente interpreta como reflejo fiel de la Idea de Moses, que entiende en todo lo viviente una manifestacion de "El Irrepresentable"
Los coros del pueblo, por primera vez, expresan un orden armonico, una espiritualidad manifiesta... Ancianos, Mendigos, Mujeres, cantan alabanzas y disponen ofrendas y sacrificios con un lirismo que contrasta con las expresiones de asombro y desconcierto que mostraban en el acto primero.
La musica que acompaña las orgias de sacrificios humanos, suicidio, destruccion, y apareamiento, curiosamente, lejos de reflejar desorden y desenfreno, tambien expresa esta armonia, esta espiritualidad.
La armonia se rompe, nuevamente, con el grito del hombre que anuncia la llegada de Moses. A una voz de este, la Imagen del Becerro simplemente desaparece, y el pueblo vuelve al desconcierto y al asombro temeroso del primer acto.
Aron, emplazado por Moses, vuelve a aparecer debilitado en su canto... pero va recuperando su expresion musical, que ya es autonoma e independiente del discurso hablado de Moses, en la medida en que le demuestra a este que, efectivamente ha seguido un camino que el ha entendio como correcto, y que las propias palabras de Moses legitiman, para guiar a un pueblo que el ha aprendido a amar, en su primitiva espiritualidad y su devocion inocente.
Moses, desconcertado, no logra resolver el enigma... ¿habra hecho el tambien, una interpretacion antojadiza de La Idea...? ¿Se habra dejado llevar, tambien, por imagenes que solo representan aspectos de ella...?. En definitiva ¿sera La Idea de Dios, realmente aprehensible por la naturaleza humana?
En este enigma se hunde...
Y en este enigma se hunde tambien, en lo musical, el Tercer Acto...
Existente pero Irrepresentable...
Sin embargo, el libreto escrito del Tercer Acto, es, en su brevedad, el mas aclaratorio respecto de los conceptos en torno a los cuales se mueve el nudo argumental de la opera. Tanto que, pienso que este acto deberia representarse asi, sin musica, hablado, como nos lo dejo Schoenberg...
Siguiendo esta premisa, lo dejo, aqui mismo, sin mas comentarios, y, por supuesto, sin musica:
ACTO III Escena l
(Moisés entra, seguido por Arón, que parece prisionero, encadenado; dos guerreros lo arrastran tomándolo por los hombros y los brazos. Detrás de él, Los Setenta Ancianos)
Moisés: ¡Arón, ya es suficiente! Arón: ¿Quieres matarme? Moisés: No es de tu vida de lo que se trata... Arón: La Tierra prometida... Moisés: Una imágen... Arón: Yo debía hablar en imágenes, y tú en conceptos; Yo me dirigía al corazón, tú al cerebro. Moisés: Tú, de quien fluye la palabra, junto con la imagen, quedas atrapado en las mismas imágenes que pretendes crear para el pueblo. Entonces, alejadas de su origen, de La Idea, ni la palabra ni la imagen son aceptables... Arón: (interrumpiéndolo) ¡Tuve que hacer prodigios visibles, allí dónde la palabra y las imágenes verbales eran incomprensibles! Moisés: ¿Entonces te contentaste con los actos y con las acciones? Entonces, hiciste del bastón un guía, del instrumento, la fuerza liberadora, y el agua del Nilo dió crédito de la Omnipotencia... Entonces materialmente, realmente, deseaste pisar una tierra irreal donde fluyen leche y miel; entonces golpeaste la roca, en lugar de hablar, como te fué ordenado, con el fin de que el agua brotara de eso... La palabra era la que debía golpear la roca desnuda y hacer brtotar de ella frescura de vida... Arón: Tu palabra jamás llegó al pueblo sin explicaciones. Con palo, pues hablé a la roca, en su lenguaje, que el es el mismo que el pueblo comprende. Moisés: Explicas esto más mal de lo que lo comprendes, porque sabes que la roca es una imagen, como el desierto y la zarza ardiente - tres imágenes que no dan al cuerpo aquello que el espíritu necesita, ni al alma lo que, con su abnegación, bastaría para la vida eterna. La roca, como toda imágen, está también al servicio de la palabra, y no debe ser más que su manifestación. De este modo, tu has conquistado al pueblo no para el Eterno, sino para tí mismo... Arón: ¡Por su libertad, con el fin de que se llegue a ser un pueblo! Moisés: Servir, servir a La Idea de Dios, es la libertad para la cual este pueblo ha sido elegido. Pero tú, lo sometiste a dioses extraños, lo sometiste al Becerro de Oro y a La Columna de Fuego o de Nubes. Porque tú haces como el pueblo, porque sientes como él, y piensas como él, y el dios que les muestras es una imagen impotente, depende de una ley que está por encima de él; debe cumplir lo que promete, debe hacer lo que se le pide, está atado a su palabra. Debe actuar como lo hacen los hombres, con bondad o con crueldad: castigar su desobediencia, recompensar su virtud. Pero el hombre es independiente y hace lo que le place según su voluntad. Aquí las imágenes se ponen por encima de la idea en lugar de expresarla. Un Ser Todopoderoso – aquello en lo que piensa - no está sometido a nada, no está atado a nada. No está obligado por el acto del impío, ni por la plegaria del justo, ni por la ofrenda del arrepentido. Las imágenes guían y gobiernan este pueblo que liberaste; devociones extrañas son sus dioses y lo devuelven hacia la esclavitud de la impiedad y del goce de los sentidos. Has traicionado a Dios en favor de los dioses, has traicionado La Idea, en favor de las imágenes, has traicionado al Pueblo Elegido, en favor de las naciones, has traicionado lo extraordinario, en favor de lo ordinario... Los Soldados: ¿Lo matamos? Moisés: He aquí, que ustedes se mezclarán a las naciones y que estos talentos que les fueron concedidos, ¡sólo a ustedes, con el fin de combatir en favor de La Idea Divina, ustedes los utilizarán con intenciones vanas y falsas, rivalizando con naciones extrañas para entregarse a sus bajos placeres, cada vez que ustedes dejen atrás la renuncia del desierto y cada vez que sus talentos les conduzcan a las cumbres más altas, cada vez serán precipitados desde lo alto del éxito de sus extravíos, de vuelta al desierto! (A los guerreros) ¡Libérenlo, y si es capaz, que viva! (Arón, liberado, se levanta y cae muerto instantáneamente) Moisés: Pero en el desierto ustedes son invencibles y ustedes lograrán el objetivo último: la unión con Dios.
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