Trovatore escribió:
No, está claro que las cosas bien hechas deben tener un precio, y por lo demás acierta usted al recordar que la suerte va por barrios y cada escenario debe examinar su propia situación a la hora de establecer políticas de precios. No se trata de que el contribuyente tenga que sufragar sí o sí una muestra de arte que interesa a una minoría, aunque a veces, como usted también ha apuntado, vienen bien las ayudas públicas justamente para apuntalar el interés del público.
Exactamente. Una labor muy importante y a menudo descuidada de las instituciones públicas es la promoción. Al final la gente se apunta a un bombardeo, si el precio es razonable y si se entera.
Hace un par de meses, en Filadelfia hicieron por primera vez un festival para iniciar su (pequeña) temporada de ópera (
por aquí lo comenté). Se trata de una ciudad con escasa tradición operística, a pesar de que la presencia de la fantástica Philadelphia Orchestra debería servir para generar muchos melómanos. No es una ciudad precisamente pequeña y está a unos 150 km de Nueva York, poco más de una hora en tren.
Aún así, han tenido problemas para llenar su teatro. La temporada pasada montaron un interesante
Tancredi, ópera casi imposible de ver en los EE.UU., y no tuvieron mucho público. Sin embargo, este festival O17 parece haber sido exitoso. La diferencia es que los días que duró era imposible moverse por Filadelfia sin enterarse. La ciudad se volcó, no tanto económicamente sino promocionando y ofreciendo espacios. Por ejemplo, un programa doble titulado
War Stories (que combinaba una obra de Monteverdi y un estreno) se representaba en el gran museo de arte de la ciudad, en la escalinata y entre las estatuas. El resultado fue un ambiente muy animado, lleno de gente en absoluto aficionada habitual a la ópera, pero que se había apuntado porque lo habían vendido como una actividad cultural interesante. En particular muchísima gente joven.
Podríamos también mencionar la
Madama Butterfly madrileña del pasado julio que, además de llenar el Real en muchas representaciones, se retransmitió en plazas públicas por todo el país y tuvo una audiencia televisiva nada desdeñable.