-Pinkerton no es ningún mequetrefe, ni sinvergüenza. Es un inconsciente. Él quiere divertirse sin pensar en las consecuencias, tampoco imagina que semejante contrato matrimonial desequilibrado consecuencia de la colonización económica y la pobreza de la parte débil tenga como consecuencia un amor tan abnegado, insistente e incondicional. De hecho, cuando regresa a Nagasaki lamenta profundamente ese amor inmenso y generoso que ha perdido y que jamás pensó pudiera producirse.
-Sea mequetrefe, inconsciente o malote, en la ópera y no digamos si es italiana, si se expresa el sentimiento amoroso, si estamos en un dúo de amor, se debe cantar dolce, con
lirismo, describiendo arcos melódicos (fundamentales en el canto italiano) con contrastes dinámicos. Echar una bronca a la soprano con una línea canora fragmentada, sin legato y martilleando los oídos de la destinataria de la declaración amorosa (diseñada poéticamente mediante la música por el compositor, independientemente de que el sujeto en el fuero interno esté pensando en sposarsi con vere nozze a una vera sposa americana) con un constante forte y modos desaliñados y rudos. ¿Es que se deben ladrar frases como "Vieni la sera", "Bimba non piangi", "Bimba dagli occhi pieni di malia ora sei tutta mia" porque según algunos Pinkerton sea un desalmado que lo que quiere es pasarse por la piedra una adolescente de 15 añitos por la que ha comprado un contrato matrimonial?
Los reparos del Pinkerton de Bergonzi -si hemos de buscarlos- no radican en lo sumamente bien que canta y en la inmensa clase de su fraseo, sino en su falta de ardor, passionalità y seducción tímbrica, elementos importantes en Puccini.
-Madama Butterfly no sólo requiere grandes cantantes (como, prácticamente todo el repertoiro romántico deciomónico, especialmente el italiano) sino un gran director de orquesta y una buena agrupación que sepan poner de relieve la genial orquestación Pucciniana. Aunque yo preferiría la programación de otros Puccinis como Manon Lescaut o Fanciulla ausentes hace décadas de Madrid, es una obra perfectamente elegida para terminar temporada y ponerla en pantallas por toda España (no sé si alguno piensa que es más adecuado poner una pantalla en Fuenlabrada y Navalcarnero y emitir Die Soldaten
). Igualmente Bohéme es apropiada es para poner 20 funciones en Diciembre, con las Navidades y poder ir con la familia o llevar a novatos al teatro. Además de cuadrar cuentas que 20 Bohémes llenan el teatro. Además de que las obras maestras de la ópera deben estar siempre presentes. Otra cosa es la situación actual de edad de hojalata del canto (la Jaho y la Hui He cantan Butterflyes en los mejores recintos mundiales) y los repartos realmente lamentables que anuncia el Real para muchas de estas óperas tan de repertorio. El de Carmen es de traca y el de Bohéme, también, quizás con la salvedad de la Hartig.