Viernes 18/6.
Producción clásica, realista; ya la hemos visto otras veces en esta obra (hay una grabación bastante difundida en DVD con Cantarero, Albelo y JJ Rodríguez con la misma escenografía). Bien ambientada y sin estridencias, esperable en este teatro pero muy de agradacer para los que solemos padecer el dictado del 'konzept'.
Dirección sobria (topicazo donde los haya) de Tébar, un poco intensa en general; quizá la función se hubiese beneficiado de un menor volumen global de la orquesta. Correcto el coro, con alguna voz destacada (demasiado) en los tenores y alguna entrada a destiempo en el tercer acto.
Los cantantes:
Poco que decir sobre Teresa y el Marinero; correctos desde luego. Bella, caudalosa y bien timbrada la voz de David Oller en el poco lucido papel del Capitán Alberto.
El Pascual de Ivo Stanchev fue de más a menos en lo vocal; buen nivel interpretativo, rudo pero no brutal, simple pero no primario; la voz sin embargo se fue resintiendo conforme avanzaba la representación, y ya al final del segundo acto aparecieron serias dificultades para matizar el canto tanto como el intérprete intentaba hacerlo. Se puede deducir que quizá acusase algún tipo de desgaste vocal sobrevenido.
Excelente el Roque de Germán Olvera, que explota sin pudor (y acertadamente) la esencia del personaje, sin tratar de matizarlo. En su sarcasmo se aprecia el dolor en todo momento; así es como el público empatiza con Roque pese a su antipatía y sus exabruptos. Ayuda también una voz estupenda, caudalosa y muy bien apoyada, con un agudo squillante y nada engolado, si bien conforme fue avanzando la representación aparecieron algunos ataques un tanto velados o mal cubiertos en el registro superior. El "pero", que el canto matizado y sutil (cuando se requiere, que no es a menudo) supone un cambio significativo en la emisión, más clara y mate. Me gustó especialmente su intervención en el segundo acto (disculpen la falta de detalle pero escribo de memoria y no conozco bien la ópera en su totalidad).
Mal el Jorge de Eduardo Aladrén. Tiene una voz portentosa, que utiliza como le permite su deficiente técnica. El sobreagudo está resuelto con cierta solvencia; el resto es un festival de sonidos leñosos, engolados y sofocados con algunos golpes de glotis que añaden una sensación permanente de inseguridad en quien lo escucha. El agudo es enorme, pero mate y sin belleza. La interpretación, "de tenor con melena y abrigo largo", como me dijo una vez un artista al que admiro profundamente; hoy parece que no hay más tenor que el héroe y el comediante, y ya sabemos dónde le toca caer al pobre Jorge según ese canon. Mal la entrada (Costa la de Levante), aseado el brindis, mal otra vez el terceto (si Jorge ha de interpretarlo un tenor lírico por una razón, que sea por esta pieza). Su mejor momento, el final del segundo acto.
Fantástica la Marina de Leonor Bonilla. Cantó a otro nivel con respecto al resto del elenco, y el respetable así se lo reconoció. Interpretativamente creíble y desenvuelta, vocalmente intachable, con un festival de pirotecnia y sobreagudos que sin embargo se acompaña de un timbre cálido y una línea de canto expresiva y matizada, no a golpe de recursos puntuales sino de forma intrínseca. La voz no es enorme, pero está muy bien proyectada y fue ganando volumen a lo largo de la representación. La dicción, como pero, es habitualmente mejorable. El abandono extático de su aria del primer acto y el prodigio técnico que desplegó en la escena final sirven como ejemplo de la gran variedad de matices y recursos que supo desplegar.
Una velada, en suma, disfrutable, por momentos (no muchos) memorable, que espero y deseo que alguno de ustedes compartiese.
_________________ D'un poeta non disprezzate il detto
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