Dos por el precio de una
Según prometí (o amenacé, según) a finales del año pasado, iba a dar razones de por qué considero L'elisir d'amore una obra maestra; y, como mi intención era seguir con Don Pasquale, me encontré haciendo comparaciones entre ambas. Y en eso que he descubierto, no una, sino muchas coincidencias que me parecen tan relevantes como para destacarlas:
Aunque las separan once años (1832 y 1843) no deja de ser significativo que tramas y personajes sean de una similitud y, en algún caso, de una simetría, que llama la atención:
1.-Las sopranos: Adina y Norina son presentadas como mujeres independientes (una por su estatus económico de rica hacendada y la otra por el civil, dada su condición de viuda), inteligentes, cultas y aficionadas a la lectura; en su introducción al público, leen libros de carácter romántico (una, la historia de Tristán; la otra, la de un tal caballero Ricardo; los dos sometidos a una irrefrenable pasión amorosa: el primero por el filtro, el segundo por una mirada) y de los cuales ambas SE RÍEN de forma ostensible. En cuanto a sus caracteres, son risueñas, caprichosas por confesión propia y tienen una idea del amor bastante más terrenal que la de sus pretendientes.
2.-Los tenores: Nemorino y Ernesto son todo lo contrario que sus amadas; ingenuos y dados a la ensoñación, son fieles a sus sentimientos, de los cuales son víctimas hasta sus últimas consecuencias. Pero ambos son tenaces y hasta tercos, incapaces de renunciar a su amor, y por ello sufren indeciblemente. Además, tienen un tío rico del que esperan les resuelva la papeleta; en el caso de Nemorino no aparece en escena, pero está bien presente en la trama y a su muerte le deja una herencia que lo convierte en un partido para las mozas del pueblo; en el de Ernesto, Don Pasquale, un cascarrabias que le ofrece sustento a cambio de que se case con quien él quiere.
3.-Los "falsos" doctores: Dulcamara y Malatesta son doctores, aunque haya clases (no sabemos a ciencia cierta si el primero lo es verdaderamente; el segundo nos consta que sí), cuya principal misión en las óperas no es ejercer la medicina, sino la de embaucar, ya sea al pueblo (con un "específico" milagroso), o a Nemorino (con el licor de marras); ya sea convenciendo a su anciano paciente para que se case con su "hermana" y sepa lo que es bueno.
4.-Los amagos de boda: En las dos óperas se anuncian y se van a celebrar esponsales, pero ninguno se lleva realmente a término; en el caso de L'elisir, por decisiòn de la mudable heroína que lo único que pretende con la ceremonia es mortificar a su amado real; en Don Pasquale, la celebración del matrimonio por un notario de pega es una simple farsa, que además no se "consuma" con el acostumbrado himeneo, dada la revelación del "nuevo" carácter de Norina.
Continuará, si es que les interesa.
_________________ "Per ser feliç, mortal, camina sempre i oblida" Joan Brossa
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