Una simple puntualización, por completar lo expuesto desde el punto de vista literario, que tiene su importancia en el desarrollo y la novedad del melodrama italiano.
Las obras románticas marcan el rumbo por sus contenidos (rebeldía, pasión, mundos exóticos) y formal (mezcla de todos los géneros, ausencia de normas, subjetividad como norte), donde predominó siempre el grupo alemán (Goethe, Schiller, Novalis, Hoffmann, Heine) y el inglés (Keats, Scott, Shelley, Byron).
Si nos vamos a sus producciones, las que menos (cuantitativamente hablando) se destacan se refieren a la monarquía inglesa. Otro hecho, muy importante, es que dichas obras subyuguen y sean mucho más apreciadas.
Un ejemplo (y único): Schiller.
Die Räuber (en el que se encuentra el Hektorlied, La canción de Héctor) (1781), Los bandidos
Die Verschwörung des Fiesco zu Genua (1784)
Kabale und Liebe (1783), Intriga y amor
Dom Karlos, Infant von Spanien (1787/88), Don Carlos
Wallenstein (1799), Wallestein
Die Piccolomini (vuelta al tema Wallenstein)
Maria Stuart (1800), María Stuardo
Die Jungfrau von Orléans (1801), La doncella de Orleans
Die Braut von Messina (1803), La novia de Messina
Wilhelm Tell (1803/04), Guillermo Tell
Turandot (de acuerdo a Carlo Gozzi)
Demetrius (inacabada, 1805)
Ninguno de los anteriormente citados compuso nada más con relación a este mundo (qué raro, han olvidado el que más se repite que es "Don Juan", nada inglés, desde luego).
Es la literatura francesa (y posteriormente la italiana, en sus libretos) quien desea recrear este mundo y ahí tenemos a Victor Hugo o Scribe, por ejemplo; eso sí, recrearon otros muchos más (no olvidemos "Le roi s'amuse" o el germen de la Borgia).
Una pequeña puntualización, nada más al aserto tan completo y brillante, anteriormente expresado.
Es por hablar de literatura, que ya saben que me apasiona.