Yo asistí a la función del día 13, de manera imprevista, animado por las elogiosas críticas que había leído por aquí. En primer lugar gracias a los foreros que nos animaron a no perdernos estas funciones porque lo pasé fenomenal; fue una estupenda noche de ópera.
Lo primero que pude corroborar es que Benini es un estupendo director de orquesta y que la orquesta sevillana estuvo también a un estupendo nivel. Comparado a Roberto Abbado en la Norma del Real, te das cuenta de que mientras el sobrino te hace creer que el bel canto es algo soporífero, que casi te dan ganas de irte al acabar la obertura, con Benini el bel canto es pura delicia y tienes la sensación de que se está haciendo justicia a una obra maravillosa.
En cuanto a los cantantes, me quería quitar la espinita con Ángela Meade; en I due Foscari la decepción fue tremenda; en Norma, aunque supongo que habría tenido días muy buenos por lo que había leído en el foro, el día que yo asistí, toda la parte del “Sediziose voci” y el “Casta diva”, fueron flojísimos, con la voz que no acababa de salir del escenario, sin brillo ni proyección. Sabía que en Ermione en Coruña había estado fenomenal y había disfrutado con algunos de los youtube que tiene colgados en la red.
Reconozco que me quito el sombrero por su interpretación de Anna Bolena, que creo que vocalmente le queda mejor que Norma, y que es muy meritoria, una interpretación de ese nivel. Pero, aunque es verdad que yo no sé de voces, que soy un aficionado “raso”, y que en este foro hay, sin embargo, gente de mucho nivel, no puedo sino honestamente compartir lo que sentí, aún a riesgo de que lo que diga sea incorrecto para personas que sí tienen un conocimiento sólido. Y mi sensación es que técnicamente la Meade presenta a veces problemas técnicos no bien resueltos, incluso comparándola con ella misma en los vídeos de Youtube. Empezando porque me da la sensación de que se debe dosificar en exceso (quizás eso le pasó en Norma), debe elegir muy bien qué agudos dar (y no hablo porque la compare con una lírico ligera a lo Devia, Gruberova o Sills, que obviamente van a dar más notas agudas por su tipo de voz, y que tampoco es necesario) y además darlos muy tasadamente, como si anduviera escasa de fiato.
En youtube se puede ver un Pace, pace mio Dio, de la Forza, en una Gala (creo que la Gala Tucker 2014) de hace poco, en la que sin embargo hace al final una demostración de fiato, pero claro, una cosa es echar el resto en una o dos intervenciones y otra abordar toda una ópera. Por otra parte, en su dúo con Seymour, me pareció que intentó una regulación dinámica que le quedó fallida. Luego, en el maravilloso “Piangete voi”, al poco de empezar hay un ascenso, creo que a un Do5, y Meade lo atacó en piano (como por otra parte le he escuchado a Gencer en alguna grabación en vivo; Caballé sin embargo, con sus recursos técnicos increíbles, que podía atacarlo como le diera la gana en sus buenos tiempos, se lo he escuchado a plena voz); no tengo ni idea de si esto hay que hacerlo así o no, a mí me encantan los ataques en piano, pero percibí como si se interrumpiera al darlo el caudal de aire, como si por unas décimas de segundo se cortase la voz. Eso mismo le pasó al final de “Al dolce guidami”, cuando poco antes del remate de la pieza, en otro ascenso al agudo percibí otro problema similar. El “Coppia iniqua” tuvo muchos momentos muy bravos y me encantó. Lógicamente una voz como la suya no se iba a ir al final hacia arriba como Devia o Grube (no sé si es un Mib5 lo que dan), pero se puso de espaldas al público cerca de un tabique frontal de la escenografía, para empezar así a emitir una nota en piano y hacerla aumentar en “crescendo”, e irse girando hacia el público; esto que al principio me impresionó, en un segundo momento me pareció que tenía un poco de truco, como algunas sopranos que no pudiendo hacer una messa di voce ortodoxa en el “Pace” de La Forza, recurren a movimientos escénicos para que el efecto del sonido al no ser inicialmente “directo”, te haga creer que es una messa di voce real. Evidentemente pudo ser una exigencia de la escenografía y no una decisión de la señora Meade, yo me refiero al efecto sonoro percibido. Por otra parte, estas notas finales tampoco tuvieron la riqueza y rotundidad que sí tienen en otras interpretaciones de la propia Meade de hace unos años.
Esto en cuanto a lo que a mi modesto entender puede estar en el debe, porque en el haber está una musicalidad exquisita, en ningún momento hay sonidos feos ni chillados, que por desgracia escuchamos tantas veces. El canto legato, magnífico, su voz carnosa y muy adecuada a este repertorio, y la franja grave de su voz también me pareció muy apreciable. Me encantó en definitiva la recreación que hace de Bolena, se ve que el papel lo tiene muy trabajado, y si pudiera volvería mañana.
En cuanto a Ismael Jordi me conmovió la interpretación de Percy; el agudo, ya se sabe, es un poco blanquecino y se echa de menos un poco más de robustez, pero qué musicalidad, qué entrega y qué bien se proyecta su voz en todo el Teatro de la Maestranza, cuya acústica no es nada agradecida. En definitiva me hizo disfrutar mucho.
Simon Orfila como Enrico, empezó con más vibrato del deseable, y quizás una emisión un poco a lo “Vratogna”, pero según fue calentando la voz, fue mejorando muchísimo, la voz fue mostrando más empaque y autoridad, haciendo una interpretación muy creíble. Su voz también estuvo fenomenalmente proyectada en todo el teatro.
La Seymour de Kemoklidze me gustó, a pesar de que después de haber disfrutado en vivo a Garança en este papel en el Liceu, cualquier comparación es odiosa.
Por cierto, a mí el coro sí que me gustó y mucho, aunque he leído opiniones discrepantes.
En definitiva lo pasé en grande; después de la maravillosa Elektra del domingo en el Liceu este contrapunto belcantista tan disfrutable hace que el Real, me resulte muy poco estimulante. Que contraten a Benini ya!!