Hombre, eso es muy duro. Seguro que es un tipo estupendo y cultísimo.
Pero todo su argumento se derriba con la cita de esas ridículas frasecillas de Dylan que introduce en el artículo (de verdad, si leyéramos esas ditties en el libro de alguien que no fuera Dylan, con su mito a cuestas, ¿seguiríamos leyendo o dejaríamos el libro en un banco del metro, para que lo coja el siguiente incauto?) y la mención de dos palabras: Nicanor Parra. Poeta. De verdad.
Lo curioso es que el bueno de Parra no recordaba del todo los versecillos Dylonianos, él creía que decían esto:
" "My father is in the factory and he has no shoes/ my mother is in the alley looking for food/ and I'm in the kitchen with the thumb stone blues"
cuando, en realidad, dicen esto: "Mama’s in the fact’ry - She ain’t got no shoes - Daddy’s in the alley - He’s lookin’ for the fuse - I’m in the streets
- With the tombstone blues". Me gustaría decir que esas frases, transformadas por Parra, son mejores que las de Dylan, pero tampoco*.
Yo entiendo que los que tengan simpatía por Dylan, el cantautor, estén emocionados. Pero que no insistan en que compartamos el espejismo. Todo para ellos, y que lo disfruten.
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por otra parte, el trasfondo irónico del matemático Parra es brutal: "Con esos tres versos (Dylan) se hace acreedor a todo", subrayó, aunque admitió que aún no había leído el libro de Dylan "Tarántula", pero insistió que si había sido capaz de crear esos tres versos, "también podrá escribir un cuarto y seguramente un quinto". "