Enrique Gallud Jardiel hizo en Hiperión un acopio muy necesario de las poesías humorísticas (como no) de su abuelo Enrique Jardiel Poncela. Son obras de juventud publicadas en revistas de humor en la época en que Jardiel parecía destinado a ser el Wodehouse español. Dotes tenía, pero la almendra esencialmente seria (no diré amarga, porque obtendríamos ácido prúsico) de su carácter le impidió deshojarse de los aspectos digamos que pretenciosos (sentimentales, pesimistas) de su escritura, como sí consiguió hacerlo Wodehouse tras sus primeros libros. Afortunadamente, Jardiel tenía un don de construcción dramática que le permitió cuajar una gran carrera literaria. Recomiendo leer el largo poema con el que comeinza esta colección, Autorretrato. Es demasiado largo para que me anime a transcribirlo aquí, pero hételo allí:
http://jardielponcela.blogspot.com.es/2 ... trato.htmlSus poemas son, decisivamente, poco poéticos. De hecho, sus prosas son a menudo más poéticas que sus poemas. Pero divertidos lo pueden llegar a ser un buen rato.
Un poema en el que empezamos por temer que a Jardiel le pierde su amor a la expresión aparatosa de los sentimientos, pero al final no.
Llanto sobre el cristalCuando la luna naciente
trueca por su plata el oro
del sol, apoyo la frente
en el cristal transparente
de mi ventanal y lloro.
Lloro lo que te he querido
y lloro lo que aún te quiero;
lloro lo no conseguido,
lo que tuve y he perdido
y lo que esperé y espero.
Y así he de seguir igual
sin que mi alegría estalle;
pero dejo el ventanal,
porque se moja el cristal
y no hay quien vea la calle.
Un poema con otro tono, absurdista o puerilista:
Ante la estatua de Don Fruela II, en un paseo del RetiroDe todas las estatuas que adornan el paseo
ésta es la más absurda, la más inexplicable.
¿Qué cosa hubo en don Fruela gloriosa y admirable?
Yo, puesto a analizar, no le encuentro ni feo.
Lo mismo por la espalda que de frente no veo
en él nada saliente, a excepción de su sable,
pero vivir de un sable es siempre despreciable,
tanto en el siglo XX como en el medioevo.
¿Por qué entonces te hicieron esta estatua, don Fruela?
¿por qué existió un artífice que se dio ese mal rato?
¿Por qué el gobierno hispano se gastó en ti la tela?
Hubo otros ciudadanos más dignos de ese trato...
Por ejemplo: el primero que comió mortadela
e inició luego al hombre en el bicarbonato.
Un poema más gráfico que métrico:
La Pereza (soneto)Es la pereza mi sentir, señores
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Uno de los poemas del libro tiene un título que va a resultar pintiparado en los tiempos radiofónicos y televisivos que nos esperan tras la jornada de ayer domingo:
Las tertulias de expertos no tienen experiencia.
Algunos versos del tal poema:
Porque, sin la experiencia, los expertos ¿qué son...?
¡Nada! Fantasmas. Trasgos. Polizas de seguros.
Luciérnagas. Strómbolis. Cacao. Trepanación.
Geodesia. Berlonia. Súcubos. Extramuros.
Argodelos. Vernáculos. Táuride. Y Epiploon.
Y a lo sumo, "Teocalis". O protervos canguros:
un poquito cansados de vivir en Australia.
o disgustos por celos entre Hércules y Onfalia,
que es tema para Rubens, pero no es solución;