La insigne Reneé Fleming se presentó el pasado jueves en el Teatro Real después de muchos años. Aunque las expectativas eran muy altas, el teatro no se llenó, a diferencia de años anteriores. No obstante, el concierto ha sido una velada muy agradable.

Fleming no ha sido siempre santa de mi devoción, salvo en algunas cosas como Thais, Strauss o el mundo del lied. Y precisamente lo que vi el pasado jueves fue lo que queda de lo que un día fue. Y de hecho tenía cierta sensación de ir a un bolo. Aun con los defectos que tiene(una pastosidad natural y la pronunciación) aún queda una voz deliciosa. Y de esta voz deliciosa hemos disfrutado.

Fue acompañada del excelente pianista Hartmut Höll.

En la primera parte no estuvo del todo muy en su salsa: tanto el Porgi amor como las arias de Haendel no fueron precisamente el punto fuerte. Ya en los Frauenliebe und -leben de Schumann entró en calor y a partir del cuarto lied empezó a sentirse más suelta, siendo a partir de ahí cada vez más intensa.

La segunda parte fue mejor.

Empezó con el O del mio amato ben que acometió con la sensibilidad requerida. El mejor punto del programa vino con L'altra notte in fondo al mare del Mefistofele de Boito. Fue una interpretación personalísima en el buen sentido debido a la pasión -lo que hacía que enfatizase el registro grave- y la soltura - la coloratura, que ya le falla, no desentonó tanto-.

Luego vinieron las arias C’est Thaïs, l’idole fragile y Adieu notre petite table, de Thais y Manon respectivamente. En ambas se la veía suelta a pesar de sus limitaciones ya con el agudo, pero en cualquier caso las interpretaciones fueron muy válidas, muy especialmente la segunda. El resto del programa lo cantó bien.

Y luego vinieron los bises, que fueron hasta seis. Y hay propinas que valen todo un concierto.

Empezó con un Summertime maravilloso en todo sentido, cantado con mucho estilo y entrega, como ya le había escuchado en grabaciones de esta aria. Realmente emocionante. Continuó luego con un precioso O mio Babbino caro, cantado con ternura. Luego se atrevió a cantar en español, llegando el momento más divertido de la velada: Estrellita, donde exhibió sus agudos (en lo bueno y lo malo) y para la cual pidió opinión sobre su pronunciación. Tras la cual dijo que "han creado ustedes un monstruo", porque se atrevió ni más ni menos con Morena de mi copla. La cantó con desparpajo y gracejo, bailando mientras alzaba su abanico negro y haciendo reir al respetable, que no dejaba de decir "ole" en algún momento. Para entonces ya se había metido al público en el bolsillo. Siguió con una sentida versión de Over The Rainbow y terminó al fin con un Strauss, el bellísimo Morgen que también acometió con sensibilidad.

Aunque hay que reconocer que ya pasó su esplendor vocal lo cierto es que Fleming tiene material para hacer pasar una buena velada musical, al igual que Natalie Dessay hizo hace unos meses en este mismo escenario. Y en lo personal he tenido la suerte de haber visto a dos grandes artistas como Fleming y Dessay en vivo, y poder reconocer algunas de las cualidades que las han hecho pasar a la historia.

Sr. Angelparsifal me conmueve su bondad respecto a lo acontecido el pasado día 14 en el Real. El horripilante ciclo bautizado como VOCES DEL REAL, creo que debería llamarse VOCES A REAL, dado lo que se da en él.

La Sra. Flemming , lista como pocas , sacó adelante un bolo impresentable, con la connivencia del Sr. Matabosch. EL PROGRAMA ORIGINAL DECIA QUE CANTARÍA OBRAS DE ROBERT SCHUMANN , RICHARD STRAUSS, SERGUEI RACHMANINOV Y PATRICIA BARBER.
No sé si algo de esto se cumplió , creo que se canto una cancioncilla de Schumann y como última propina la breve pero maravillosa MORGEN del gran Richard Strauss.

Luego una vez más, Don Joan se ríe de los abonados del Real. Esta señora todavía puede cantar muy bien Strauss , vi un magnífico CAPRICCIO dirigido por Thielemann en Dresde hace poco más de un año y este año va a cantar DIE ROSENKAVALIER en Nueva York y Londres, ahora bien en Madrid canta emulando a Los Morancos o quizás a Doña Croqueta " Julio Romero de Torres, etc..... ", como me acordé de Manolo Escobar que lo bordaba. Ahora bien el respetable se reía mucho con este espectáculo patético, cuando los que realmente se carcajeaban era Doña René y Don Joan viendo como se tragaban semejante esperpento. El año que viene repetimos con Cecilia Bartoli y su última boutade.

Creo que cualquier teatro serio le hubiera obligado a un programa más exigente y si no hubiera cancelado contrato. Hubiera estado muy bien que hubiera cantado las 4 últimas canciones de Strauss, por ejemplo.

Todo esto ocurre en el " bodriobicentenario " , creo que las cosas empiezan a pasar de castaño oscuro, se debe reconducir este horroroso ciclo, que lo único que sirve es para engañar al personal con las grandísimas voces que trae Matabosch y que Mortier nos birlaba, ja, ja, ja.

Traiga Ud. a los cantantes a cantar ópera, sino escenificada al menos en concierto y si no un programa digno al menos de una sala de conciertos decente, que diferencia con lo que programa la OCNE, en junio un magnífico Réquiem Alemán con unas decentes voces, antes una Canción de la Tierra con Meier, vamos no nos siga engañando Sr. Matabosch.

MATABOSCH DIMISIÓN.

Vaya, vaya Sr. Tunner que blandito está Ud. desde CODALARIO, debe ser aquello de " que a caballo regalado no le mires el diente ", .....

La verdad es que está mejor el ciclo de recitales del Teatro de la Zarzuela, por ejemplo.

Yo fui a verla porque me enamoré de su Alcina, la que se representó en Chicago y en París hace ya 17 años. No soy muy aficionada a los compositores que entraron en la segunda parte del concierto, pero me pareció mejor que la primera. Será que por mi juventud, o la ignorancia a la que me resigno muchas veces, me impidieron ver los puntos negativos que nombráis más arriba, pero ese toque personal que le da a las arias me encanta. Es verdad que algunos se quejaban del "bodrio" que estaba representándose, pero aun así me pareció un concierto mil veces mejor que el que dio la Dessay, por lo menos la Fleming nos entretuvo con el numerito del abanico jajaja. Bajo mi punto de vista, lo mejor fue Over the rainbow y Summertime. Veremos el viernes con Andreas Scholl...

Pasaré por encima de su poco elegante comentario. Sólo reflejar que en estos días he recibido algunos reproches por mi "dureza" con Renèe Fleming, una soprano, por otro lado, con indudable marchamo de diva, pero que nunca ha sido de mi especial predilección. Cuando unos me acusan de "blando"y otros de "duro" es clara muestra de que he acertado. La misma sensación tenía cuando terminaba de arbitrar un partido duro e igualado y me protestaban ambos equipos.

Podrá usted escuchar a la Fleming (si es que la logramos oir en un recinto como el Auditorio Nacional) cantando Strauss el año que viene en Ibermúsica con Thielemann y la Staatskapelle Dresden.

¿Matabosch qué cantaba?

Don Alfonso, el Sr. Matabosch no cantaba , simplemente como siempre dio el cante con su cambio de programación, vamos lo habitual.

Sr. Tunner siento mucho que mi comentario no le parezca elegante, pero es que lo" habitual" en la crítica madrileña es que sea cual sea el medio en que la ejerzan pasen por taquilla , no a pagar, si no a recoger la invitación correspondiente. Si en su caso no es así, sería el único, entiendo que se moleste.

De todas formas que lejos están los tiempos del teatro de Manolita Chen, Ud. sabe perfectamente que lo de la Flemming del otro día no pasa de taquillera del citado teatro.

Lo siento pero no me gusta su nueva" actitud contempladora" con el Real.

Esto es muy poco respetuoso y muy fuera de lugar. Pague o no pague el sr. Tunner, no tiene por qué tener relación con la imparcialidad e independencia de sus comentarios. Debería disculparse por esta acusación sin fundamentos.

Pues miren que he sido muy de la Fleming, pero si lo mejor de la noche fue Over the Rainbow...

No solo esa, no solo esa... Pero sorprende más porque fue un bis y no se esperaba. También es que fui bastante verde del resto del repertorio...