Mengíbar escribió:
Solistas: Ángeles Blancas (Tosca), Jorge de León (Mario), Alberto Mastromarino (Scarpia), Alberto Feria (Angelotti), Enric Martínez-Castignani (Sacristán), Leonor Bonilla (pastorcillo) y José Canales (Spoletta). Escenografía e iluminación: Daniel Bianco. Vestuario: Jesús Ruiz. Dirección de escena: Giancarlo del Monaco. Coro del Teatro Villamarta. Escolanía Los Trovadores. Orquesta Filarmónica de Málaga. Dirección musical: Carlos Aragón. Lugar: Teatro Villamarta. Fecha: Sábado, 14 de febrero
De poco hubiese servido el trabajo del regista italiano si no hubiese tenido la colaboración de cantantes que fuesen también grandes actores. Ángeles Blancas se ha definido a sí misma en estos días jerezanos como una actriz que canta. Como actriz es un verdadero animal escénico que hace del teatro su lugar natural y del personaje su otro yo. Pero como cantante es ya otra cosa: la voz es una auténtica ruina sin brillo y sin homogeneidad. La zona media y grave está engolada hasta el máximo y suena a hueca y el paso al agudo, chillón, desafinado y metálico, se realiza mediante abruptos golpes de glotis. Menos mal que domina el fraseo y a veces hace olvidar con su interpretación sinuosa el calamitoso estado de su voz. A quien no se le puede poner ningún pero es a un Jorge de León en posesión de una voz poderosa y con de agudos de impacto, pero que sabe dominar el caudal para plegarse a bellas regulaciones. A ello se le añade el alarde técnico de cantar todo el tercer acto, con el famosos “Adiós a la vida” incluído, tirado en el suelo. El triángulo fatal se completó con otro gran artista. No es la de Mastromarino una voz bella por su timbre y por una emisión muy nasal, pero sí sobresale en la intensidad dramática de su fraseo y en sus dotes actorales, que aportaron al personaje aún mayor contenido de perversión, desde su espectacular entrada en el primer acto hasta la manera sibilina de susurrar la frase “A donna bella non mi vendo a prezzo di moneta”. Estupendos igualmente Castignani, Feria y Bonilla. Y en buena senda de recuperación el coro gracias a su reciente nuevo director, el prestigioso Joan Cabero.
A pesar de no poder disponer de toda la orquesta que esta ópera exige, Carlos Aragón aportó con su dirección todo el dramatismo de la partitura. Acompañó con mimo a las voces y no dejó caer la tensión en ningún momento, haciendo del foso (sobre todo en un espléndido segundo acto) un personaje más del drama.
Señor Moreno Mengíbar, gracias por su reseña, pero he asistido a las 2 funciones de Tosca en el Villamarta, y he visto Toscas por todo el mundo y las apreciaciones que hace usted sobre la vocalidad o estado vocal de la Señora Blancas son del todo INCORRECTAS a parte de completamente FALSAS. Diga que a usted no le gusta, pero decir que la Sra. Blancas es una ruina vocal, a parte de atrevido y desafortunado, es totalmente erroneo y muy poco elegante. Qué sabrá usted de golpes de glotis y de como se aborda vocalmente una Tosca. Ha cantado acaso alguna vez en su vida delante de 1200 personas, o ha leído alguna vez sus críticas en el escenario y en público delante de esas 1200 que compartieron con usted la represetación en lugar de escribirlas en la intimidad resguardada y parapetada de su habitación?
Hay pocas cantantes que sean capaces de hacer como la Ángeles Blancas una Tosca de este nivel. Basta ya de desacreditar a artistas como la copa de un pino y encima jactarse y hacer mofa de ello. El día que usted sea capaz de hacer un 1% de lo que hacen esos artistas a los que destroza, quizás podrá hablar con más propiedad, de momento limítese a decir que lo que escribe es su gusto particular y personal y con respecto por el artista, al cual ha sido INVITADO a verle en lugar de pagar su entrada, recordémoslo.