Otra de niños abandonados y madres encontradas! Y también con su puntito picante. Si en Le Nozze hay un velado elogio de la masturbación (Cherubino: parlo d'amor con me), aquí se canta sin disimulo a esa formación, clásica aunque inestable, que es el trío (Tous les trois réunis).
Estuve en el segundo reparto y salí satisfecho moderadamente. No fue una cena exquisita, pero sí nutritiva. En Donizetti, el listón del plaisir que me proporciona una representación está para mí más alto que en Mozart, y en el caso de La Fille, aún más. Porque el libretto es pésimo, porque viene lastrada con diálogos para besugos y porque lo musical -siempre sabroso en el de Bergamo, pero no tan profundo como en el de Salzburg- descansa en ella sobre todo en lo malabar.
Dirigió Tingaud con brío, pero con gusto.
Siragusa no es Pavarotti. La voz es un poco ligera, un poco sosaina, un poco tenorino. Pero ahí está el hombre, cantando bien su Tonio. No se sale en ninguna curva, las salva todas y da sus dos de pecho (cuál es el plural de do? dos? does? es invariable?) con toda tranquilidad. Quizás alguno fuera si sostenido, no digo que no, pero a mí me sonaron todos bien. No pude contarlos porque me distraje abroncando a la vieja de los caramelitos que volvió a ponerse a mi lado. Se le ve (a Siragusa, no a la vieja) que tiene el truco perfectamente estudiado, hasta parece que se relaja al darlos, que descansa en ellos. Bastante bien excepto por esa parquedad en su instrumento (a la voz me refiero).
La Rancatore no es la Sutherland. Aquí hay muchos más tropiezos. Pero tira 'palante'. Pisa la gravilla de la cuneta muchas veces, las altas dificultades pueden con ella pero yo la aprobaría. La voz es, para mí gusto, algo más bonita que la de su antagonista, en la línea carina. Da la sensación de honesta modestia o de modesta honestidad y si no hace bien todas las acrobacias algunas las hace muy bien. No escurre el bulto. Al publicó le convenció mayormente y fue braveada en dos o tres ocasiones.
De Pont Davies podría competir tranquilamente con Marty Feldman en ojos salidos. No logra empujar un papel al que no es fácil sacarle brillo. Cansino tampoco se lo saca a su sargento. Ni Galán a su Hortensius. Pero ninguno chirría y logran componer, aunque sea discretamente, sus papeles. (por cierto, es Marty Feldman pariente de Morton Feldman? No serán hermanos? No tienen un aire?)
Quizás eso se deba a que en un montaje sin gilipolleces uno aprecia más el esfuerzo de los intérpretes, se ve mejor la seriedad y la dificultad del oficio de cantar. Pero que no haya gabardinas es condición necesaria para un buen montaje, no suficiente. Al final, queda grisáceo como un Sagi, le falta pulso.
Lo de Ángela Molina ... No es fácil encontrar le mot juste. Dejémoslo en que es ... una curiosidad!
El coro flojea en las mujeres y no brilla en los hombres. El mantra ese de que San Gerard de Gante dejó los cuerpos estables a un envidiable nivel creo que puede reclasificarse sin más al cajón de las ocurrencias sin fundamento repetidas hasta la saciedad.
En definitiva, una Fille digna pero mate, con el foso y Tonio elevándose por encima del resto, y Marie desigual. Veremos el primer reparto. En todo caso, no es lo mismo hacer desigual la Marie que la Susanna (lo que no quita para que seguramente es más difícil hacer perfecta la Susanna que la Marie).
El público no fue tan tiquismiquis como yo y quedó encantado. Demasiado, quizás. Se reían los diálogos (pero, al fin y al cabo, también se ríe a José Mota) y se interrumpió la representación con aplausos ocho o diez veces.
El texto del programa, de Jaume Radigales, está lleno de sentido común, esa rara avis. Se agradece leer que la ópera es posible 'sin intentar encontrar metafísicas estériles'. Tampoco él parece proclive a esa tendencia tan mayoritaria en el siglo y se limita a aportar los facts más relevantes en torno a la obra sin incorporar ni una gota de psicoanálisis. A Heliogábalo no le dirá nada. Subraya la imprevisibilidad de Donizetti. Está bien eso: a veces, frívolamente, se tiende a ver en estas obras fórmulas rutinarias, igual que hay gente que cree que son repetitivas las 200 cantatas de Bach o las 100 sinfonías de Haydn. La mente sencilla tiende a confundir la abundancia con la repetición.
Este montaje, no es el que se dio en el Liceo? Juraría haber leído en algún sitio que era producción propia del coliseo de las Ramblas. Aquí se dice que es coproducción de London, Wien y New York.
_________________ Et O ces voix d'enfants, chantant dans la coupole!
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