En el Diario La Vanguardia, de esta mañana ( lunes, 5/8/13 )
Piotr Beczala: "Programar sólo puestas en escena muy modernas es aburrido"
El tenor ofrece un recital en Peralada: "No haré Mozart en Peralada: el tenor que canta Mozart no canta Puccini, y al revés" | "Los teatros no deben matar la ópera con producciones estúpidas"
JUSTO BARRANCO
Barcelona
El tenor polaco cantará hoy en la iglesia del Carme a las 21 horas
El tenor Piotr Beczala (Czechowice-Dziedzice, sur de Polonia, 1966) es una de las voces más solicitadas por los grandes teatros de ópera en la actualidad, convirtiéndose repetidamente en estrella del Metropolitan de Nueva York, donde abrirá temporada con Eugene Oneguin junto a Anna Netrebko. Esta noche actúa en la Iglesia del Carme de Peralada, donde se quedará tres días más porque a su esposa le gusta mucho -"debe haber sido española en otra vida"- y acaba de publicar Heart's delight: the songs of Richard Tauber, homenaje a uno de sus tenores favoritos.
¿No descansa antes de Nueva York?
Cada verano desde hace años he sacrificado mis vacaciones para preparar alguna ópera en algún festival, sobre todo en Salzburgo. Este verano es especial porque tengo que realizar la apertura de temporada en el Met y no tengo una producción operística durante el verano, sólo algunos conciertos en Verbier y Peralada.
¿Cómo afronta la apertura del Met con Eugene Oneguin?
Será mi última producción de esta ópera. He cantado en 12 producciones. Fue mi diploma en la escuela y supondrá cerrar un círculo con mis comienzos. La puedo hacer en cualquier momento, pero es tiempo de cambiar, de dejarla a algún joven talento prometedor.
¿Cómo es su relación con el Metropolitan?
Es uno de mis lugares favoritos, el Olimpo de la ópera. Y además combina el pasado, el espíritu del Metropolitan abierto en 1890, en el que hay dos cantantes polacos, con la modernidad, porque su nueva casa es muy especial. Mi debut en el año 2006 con Rigoletto fue maravilloso. Y tenemos grandes proyectos para el futuro. Oneguin o Rusalka con Renée Fleming; Iolanta con Anna Netrebko en la siguiente temporada. Luego Un ballo in maschera, Rigoletto, un Idomeneo para el 2017. Es una relación muy íntima, cercana.
¿Programa su carrera?
En los dos próximos años quiero hacer repertorio lírico, Fausto, Bohème, no haré grandes cambios. Pero para la temporada 2017-8 ya habrá algunos. Haré Don Carlo, Aída, obras en el repertorio dramático. No es realmente compatible con mi repertorio lírico.
Entonces los cambios serán importantes.
Serán cambios muy lentos, muy pacientes, me tomaré mucho tiempo para llevarlos a cabo, sé cómo es de peligroso. No se puede cambiar en una temporada de Mozart a Verdi. Estamos trabajando con un cuerpo humano. El plan es ir cambiando de manera inteligente, imaginando lo que va sucediendo con la voz del cantante. Iré adquiriendo nuevos papeles progresivamente, explicándolo. Mi primer Hoffman será la próxima temporada y eso no se puede combinar con un Lohengrin, no es bueno para la voz.
Es usted paciente.
Construyo mi carrera muy lentamente. Tras 21 años de carrera en el escenario realmente puedo realizar mis elecciones. Entre tantos mánagers, agentes, directores, he de intentar crear mi calendario, mi programación, de la manera más inteligente posible para un cantante adulto. No lo puedes controlar todo, pero debes intentarlo.
Pero acepta consejos como el de su profesora Sena Jurinac: le dijo que se olvidara de Puccini y se centrara en Mozart.
Comencé cantando un repertorio locamente adulto, a menos que tengas una voz como la de Corelli, lo que no sucede con frecuencia. Cantaba arias de Cavaradossi. Es la presión de la gente por los tonos altos. Salvó mi carrera como tenor.
¿Por qué el disco de homenaje a Richard Tauber?
Estuve muy cerca de la opereta en mis inicios en la ópera de Linz. Pero de hecho ya antes me fascinaba su voz, no había muchas grabaciones en la Polonia de los años ochenta y cuando empecé a cantar opereta volví a sus grabaciones. Muchos tenores han cantado ese repertorio, pero él es fascinante, el prototipo de tenor para este tipo de música. Así que mi tributo a la opereta ha sido un tributo a Richard Tauber.
¿Qué cantará en Peralada?
He modificado el repertorio de mis conciertos en los últimos meses. Hay piezas muy diferentes. Primero, una parte romántica comenzando por Adelaide de Beethoven, por Schumann, combinado con Karlowicz, un postromántico, un compositor de canciones maravilloso. Luego tres de las pocas composiciones de Strauss para tenor, él prefería a las cantantes. Y en la segunda parte ópera, que es lo que la gente espera de mí. Ballo in maschera, el Cavaradossi de la Tosca de Puccini, pequeños ejemplos de música eslava, un tributo a Tauber... Mozart no, no encaja en el programa. Lo pensé, pero vocalmente no va bien. Tienes que mantener el estilo como tenor, y ahí el programa está bien combinado entre la primera parte romántica y la segunda con arias que no son del mismo estilo musical pero sí vocal. El tenor que canta a Mozart no canta a Puccini, y al revés. O Tamino o Cavaradossi.
¿Qué música prefiere cantar?
Sobre todo los compositores franceses como Gounod, Massenet, por la suavidad de la línea, Fausto, Romeo, que encajan con la voz, que sientan muy bien a la voz desde la primera vez, no tienes que adaptarla a ellos, es muy confortable. Sería muy fácil para mí ser un tenor eslavo, hablo ruso, polaco, checo, pero nunca he preferido el camino fácil. Es mucho más sano nadar contra la corriente. Tampoco hay mucho repertorio eslavo para mi voz, Rusalka, Iolanta, algunas más. Planeo el Krol Roger de Szymanovsky para 2018. Y para el futuro, claro, querría cantar Otelo, pero ahora no está a mi alcance, quizá en 10, 15 años.
¿Cómo ve la situación de la ópera hoy?
No es fácil, hay crisis en todas partes. Pero por supuesto la ópera tiene que ser parte de la cultura global. Eso sí, los teatros de ópera deben ayudar a luchar contra los problemas y no matar la ópera con producciones estúpidas, con modernidades alocadas. El asunto es que antes los teatros realizaban más producciones y aunque hubiera una o dos muy modernas, enloquecidas, el balance era bueno, porque programar sólo puestas en escena muy modernas es aburrido. Pero ahora, con muchas menos producciones al año, hacer que cuatro de las seis que se programan sean ultramodernas no da elección al espectador. No es que no me gusten las nuevas maneras de mirar una ópera, lo que no me gusta es que cambien la ópera, el contenido de la que se está realizando. Si me piden en un Rigoletto o un Fausto que haga otra ópera, me niego.
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