Veo que tenemos abierto un hilo para el género conocido como el musical que entiendo se puede usar tanto para consultas, exponer temas, discutir alguna cosa o bien, por supuesto, glosar en una crónica las experiencias de cada cual al respecto. Pues allá voy con esto último.
El pasado 17 – nov estuve en la produccion de “El Rey León” que ha llegado al “Lope de Vega” de Madrid donde permanecerá creo que hasta marzo, y entiendo que será susceptible de ser prorrogado. La factoría Disney está especialmente implicada en esta espectáculo, dejándose notar su huella tanto en el aspecto musical, con un estupendo cast de cantantes, coralistas, y bailarines, y en un despliegue de color y medios técnicos que conforman un grandioso espectáculo musical y teatral… infantil?. Pues yo diría que no tanto. La historia está ahí, basada integra en el film de Disney, incluyendo las músicas contenidas en el mismo cortesía de Elton John y Tim Rice, ahí tendremos a Mufasa, a Simba, a Scar, a Timon y Pumbaa, pero a todo ello se le añadirán unos números corales y de danza basados en ritmos afro, de impresionante impacto visual y de escucha a ritmo de tambores afros emitidos por dos fabulosos percusionistas situados a ambos lados del escenario, visibles para el público en lo que sería una especie de palco de proscenio (no exactamente es así, pero para hacerse idea). El personaje de “Rafiki”, el primate brujo que aparece en la peli, interpretado por una sensacional cantante sudafricana, es el usado para combinar la historia de todos conocida y dichos números más basados en la danza y ritmos afro. La duración del show por tanto es mayor que el propio film, y el hecho de este incluir una de las escenas mas duras de asumir para los niños como es la tremenda muerte de “Mufasa” (mucho mas dura y fuerte que la de la mamá de “Bambi”) y ese extra de ritmos y bailes afros, puede traducirse en un show más duro para los niños, sobre todo los mas pequeñitos, que otros shows musicales específicamente infantiles que duran menos y les entran más directo. Lo que es indudable es que ahí vamos a tener esa magnífica historia, y van a aparecer todos sus personajes favoritos de la película (que por cierto, es mi segunda favorita de toda las de Disney, tras la “Sirenita”, que es mi dilecta), y eso lo van a disfrutar seguro pero visto el enfoque del show está mucho más claro que más es un “para todos los públicos” que uno “infantil” puro. El lema de autoexigirse calidad excepcional de Disney se nota en toda la produccion, desde el casting hasta el último elemento de atrezzo o iluminación. Es política de dicha empresa aplicarlo en todos sus productos, y así obtiene una imagen especial, inigualable en todas sus ofertas audiovisuales, teatrales o en sus alucinantes parques temáticos, y así hacernos a todos con sus productos soñar y disfrutar como nunca lo hacemos. Esta produccion no es una excepción y ahí tenemos un cast especialmente cuidada su selección para que todos sean elementos óptimos de la misma. Los papeles adultos son encarnados por cantantes nacionales, “Scar” (sorprende el enfoque gay de la interpretación), “Zazu” (buen cómico) o la terna de hienas (genial terceto de intérpretes) o bien por experimentados interpretes de estos papeles llegados de Panamá (Mufasa, un guaperas cachas y buen cantante), Mexico (Simba adulto, algo más frío pero no menos cachas que su padre) o Brasil (Nala adulta, preciosísima voz), a los que se les nota el acento de sus tierras sobre todo en las partes habladas, pero hasta de eso sacan jugo los intérpretes locales de “Pumbaa” y “Timon” que añaden salero andaluz a sus personajes llevando consigo la carga más cómica de la producción, algo que hacen con mucha soltura y efecto. Donde mas se nota la impronta Disney es en el cast infantil, para los papeles de “Simba” y “Nala” cachorros, y donde prevén 6 ó 7 chicos para cada role, como es lo permitido y permisible ya que de otra manera sería sinónimo de obligarles a dejar sus estudios. Son dos fueras de serie ambos, cantando tela, afinando a la perfeccion, algo que no es nada facil para niños de entre 10-11 años, no mas, con todo el gusto del mundo, saltando a base de bien, bailando, y desenvolviéndose en escena como si fueran el actor mas experimentado. Geniales y excepcionales ambos. Lástima que el público no pueda en los aplausos finales entregarles el debido agradecimiento ya que ellos terminan su labor en el bloque primero, que llega hasta el exilio de “Simba” y su encuentro con “Timon” y “Pumbaa” con los que se hace mayor: vamos, en definitiva y para entendernos, hasta “¡Hakuna Matata!”. Lógicamente, los niños se van a casa cuanto antes y no aguantan todo el segundo bloque ya que hay cole al día siguiente (como es lógico), algo que se podría solventar haciéndoles saludar en el telon del descanso, pero esto es mas bien costumbre en la lírica más que en el musical donde solo van al final. Otro tema del que advertir, y que desconozco si se relajará con el tiempo, es lo apabullantemente y prohibitivo de los precios de las entradas. Tuvimos la suerte de ir invitados, pero viendo los precios, creo que el dia que repitamos ya con los niños, vamos a tener que pedir ampliar la hipoteca. Por otro lado el espectáculo es una grandilocuencia, de un colorido y despliegue de medios técnicos, impresionantes números corales y danzas, que merece la pena una buena localidad para disfrutarlo, lo que lo encarece aun más. 55 millones de espectadores, trece años en Broadway, innumerable premios vienen acompañando al musical de “El Rey Leon” desde su estreno. Ha tardado y ha sido costoso su aterrizaje en Madrid, pero si tal lentitud justifica el tener montada la que hay estos días en el “Lope de Vega”, bienvenida haya sido: creo que estamos hablando del musical mas espectacular, emotivo, y mejor hecho que hemos tenido la oportunidad de ver en Madrid, donde el género domina las carteleras de varios teatros desde hace bastantes años en que tuvo su nuevo boom. ¡No se lo pierdan!.
_________________ Harmoniously, NICO
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