b escribió:
Hay un libro fundamental para el Pelleas de Henry Barraud que empieza comentando esa "relación" y la desmonta fundamentálmente con dos diferencias: La anti-expansión vocal del Pelleas (a diferencia de los modos wagnerianos), y la forma de presentación motívica quasi fantasmal de Debussy donde los motivos surgen y desaparecen antes de que uno se dé cuenta y sin que casi se sepan de donde vienen.
En definitiva, algo primordial: Debussy no estira, envuelve.
La primera vez que leí sobre la existencia de
Pelléas la presentaban precisamente con aquello de que era el "antídoto" a
Tristan. A mí, que por aquella época abrazaba fervientemente la causa tristanesca, no se me puedo presentar de una forma más antipática.
Está claro que hay muchos puntos de conexión (la influencia wagneriana es mayor de lo que a Debussy nunca le gustaba reconocer) y muchos paralelismos (principalmente en la historia que narran). Debussy parece no quitarle la vista de encima al drama de Wagner, pero principalmente para guardar las distancias en todo momento. Al final en la relación Tristan/Pelléas es inevitable ver algo de negativo fotográfico: donde una se expande y explica, la otra se retrae y se limita a sugerir; una es un ejemplo de extroversión, la otra de introversión; en una se declaran amor eterno a grito pelado frente al bramido de una orquesta innumerable, en la otra apenas si se atreven a decir "te quiero" en un susurro mientras la orquesta contiene el aliento y guarda silencio...
b escribió:
Yo descubrí el Pelleas viendo a la gran Victoria de los Angeles en lo que fué su última representación de ópera en un escenario.
¡Cuánta envidia! Me encanta la Mélisande de Victoria.