Poco o nada se habla en el foro sobre el compositor ruso
Alexander Scriabin (1872-1915). Algo lógico, si tenemos en cuenta que Scriabin fue un compositor de música puramente instrumental, y aquí estamos en un foro sobre ópera. Hombre, vale: también existe este apartado de "mundos paralelos", pero ya sabemos que tampoco se habla mucho de música instrumental.
Por eso me he animado a abrir este hilo para presentar a este gran músico, relativamente desconocido. Matizo: de nombre, Scriabin es conocido por todos los aficionados. Pero su música suele despertar pasiones opuestas: amor o indiferencia radicales, viscerales. O le consideras el más chalado de los epígonos posrománticos, o te enganchas a su música para siempre. Sin término medio. O no tienes ni un disco suyo (por desconocimiento o simplemente porque no te gusta nada), o acumulas integrales e integrales de sus 10 sonatas para piano.
No voy a hacer un foro-blog, ni un foro dentro del foro, ni voy a acumular pedantemente datos y datos sobre la vida, obra, personalidad e influencias de nuestro artista. Tampoco pienso destripar con "análisis" ninguna obra suya. Sólo quiero marcar unas pistas, a modo de guía, y dejar que la propia música os vaya conduciendo. ¿A dónde? Ya veremos...
Dejémonos llevar...
La llave para entender a Scriabin:
Scriabin es uno de esos compositores que "evolucionan": partiendo de un lenguaje puramente romántico, asimiló la influencia wagneriana para acabar llegando a un estilo final personalísimo, "moderno" (en el mejor y en el peor sentido del término), casi límite.
Lo mejor de la obra de Scriabin está en sus piezas para piano, todas breves o muy breves (incluyendo las sonatas). Me basaré en este repertorio para presentar a
"los tres Scriabin":
El primer Scriabin: el neo-Chopin.
Las primeras obras de Scriabin acusan tan profundamente la influencia de Chopin que hay preludios scriabinianos que podrían pasar perfectamente por obras inéditas del compositor polaco.
Degústese este exquisito nocturno de Scriabin, escrito para la mano izquierda:
<embed src="http://www.youtube.com/v/w8FaPBEN8Uk?fs=1&hl=es_ES" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed>
El segundo Scriabin: un Chopin inflamado:
Como buen hjo de su tiempo, Scriabin se encontró ante el dilema de la seducción wagneriana. Había que elegir, sin medias tintas: o rechazar a Wagner, o abrasarse con él.
Por temperamento y sensibilidad, Scriabin estaba llamado a lo último. Este segundo Scriabin todavía no se ha despojado de la herencia romántica, como a continuación vereis. Continúa siendo un Chopin ruso, pero un Chopin inflamado, extremo, incandescente.
He aquí la maravillosa Fantasía en si menor. Creo que vamos a escuchar una buena versión para acercarse por primera vez a la obra.
Obsérvese cómo el primer tema brota dubitativo (necesita dos exposiciones sguidas para imponerse), para dar paso, tras una breve transición, al inmortal, maravilloso segundo tema (1:40).
El clímax de la obra es la repetición del segundo tema, fantásticamente preparada desde 4:26. Al llegar al climax nos sucede una de dos: o dejas de escuchar, o amas esta obra para siempre:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Hgoxw1QU7Zw[/youtube]
El tercer Scriabin: ¿...?
"Me llama el ruiseñor amoroso,
a lo lejos, entre la niebla del valle.
¡Ya voy! ¡Ya voy!
¿A dónde? ¡Ay! ¿A dónde?"
(Goethe: "Ganímedes")
"Es preciso llevar un caos dentro de sí para dar a luz una estrella fugaz"
(Nietzsche: "Así habló Zaratustra")
Caminando hacia una evolución solitaria y personal del romanticismo "wagneriano", combinando buenas dosis de pseudomisticismo, erotismo y (al final) paranoia, Scriabin alcanzó a expresar en sus obras de madurez una extraña atmósfera onírica que a veces puede hasta meter un poco de miedo...
Un lenguaje sin precedentes, aunque con consecuentes.
Escuchamos una de sus última obras, la brevísima "Vers la flamme", interpretada magníficamente por la pianista (por cierto, de muy buen ver) Xiayin Wang. La música crece poco a poco, desde la brumas iniciales hasta el típicamente scriabiniano orgasmo final.
<embed src="http://www.youtube.com/v/wP-I1sl-YOs?fs=1&hl=es_ES" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed>
Extraña y misteriosa obra, ¿verdad?
Por cierto: el último minuto del video, tras Vers la flamme, es "otra cosa" (una mezcla de Ravel y Scriabin).
Con esto he intentado hacer una síntesis de la evolución de Scriabin, ¡y sin mencionar todavía ninguna sonata para piano, ni siquera su poema sinfónico más famoso!