Me toca a mí, creo, aunque sobra el decir algo y lo que pueda decir ya se sabe. Ha sido un año extraño, donde no he seguido el foro operísticamente hablando. He entrado constantemente para revisar las tareas administrativas y seguir el trabajo de la moderación. No he tenido tiempo de disfrutar de las óperas del mes, o de los cantantes, y menos aún de las crónicas, pero sí he apreciado el trabajo de la moderación a fondo, he comprobado la dedicación, la entrega, la cautela y la adhesión a las normas, escritas o heredadas, el buen hacer y la buena intención, y he podido constatar sin duda alguna que es un gran equipo hecho de grandes personas que su único objetivo ha sido velar de manera ecuánime por el bienestar del foro. No siempre se logra la imparcialidad, no siempre se es frío y calculador, pero me consta que se ha intentado y se han racionalizado posturas al máximo.
No comparto todas las decisiones tomadas, pero me parecen en su práctica totalidad, salvo algunas excepciones, acertadas. Y eso es lo importante, que la moderación no se haga notar. Para mí es un balance más que positivo, y no entraré a pormenorizar los pocos desacuerdos que tengo en su forma de actuar, porque valoro el resultado global de tres personas que de forma altruista han seguido día a día todos y cada uno de los hilos del foro, y su interés, lo que les ha movido, es nuestro bienestar común como usuarios del mismo.
Por eso, gracias a los tres, al tiempo invertido que no perdido, a la manera democrática de tratar los inconvenientes, a pensar, discutir y analizar antes de tomar decisiones.
Ha sido un año extraño, y este año mi entretenimiento no ha sido el foro que se ve, sino el que no se ve. Y habéis hecho el mejor año de foro invisible para mí, el que he leído y compartido con vosotros.
Es más que un agradecimiento, y os echaré de menos.
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