Michael Gielen (1965)
Orquesta y Coros de la Opera de Colonia
Wesener - Zoltan Kélémen
Marie - Edith Graby
Charlotte - Helga Jenckel
Weseners alte Mutter - Maura Moreira
Stolzius - Claudio Nicolai
Stolzius' Mutter - Elisabeth Schärtel
Obrist Graf von Spannheim - Erich Winkelmann
Desportes - Anton de Ridder
Pirzel - Albert Weikenmeier
Eisenhardt - Heiner Horn
Haudy - Gerd Nienstedt
Mary - Camillo Meghor
Gräfin de la Roche - Liane Synek
Der junge Graf - Willi Brokmeier
Un testimonio del estreno de la obra, con los compromisos que Gielen utilizó para facilitar las representaciones.
Aunque el edificio sonoro levantado por Zimmermann es impresionante, la pérdida de la escena en esta ópera tiene una importancia capital. La calidad acústica del registro, tampoco hace justicia a los planos sonoros y la sofisticación de la partitura.
La dirección de Gielen, muy personal, se puede considerar casi lírica, una epifanía de la belleza de Marie mientras desciende a los infiernos. Excelente la interpretación vocal de Edith Gabry, con un timbre perfectamente adaptado a la visión que Gielen tiene del personaje. A destacar el resto del elenco femenino, varios cuerpos por encima del masculino.
Versión sólo reconmendable para los incondicionales de
Die Soldaten.
Bernhard Kontarsky (1989)
Orquesta y Coros de la Opera de Stuttgart
Wesener - Mark Munkittrick
Marie - Nancy Shade
Charlotte - Milagro Vargas
Weseners alte Mutter - Grace Hoffmann
Stolzius - Michael Ebbecke
Stolzius' Mutter - Elsie Maurer
Obrist Graf von Spannheim - Alois Treml
Desportes - William Cochran
Pirzel - Guy Renard
Eisenhardt - Karl-Friedrich Dürr
Haudy - Klaus Hirte
Mary - Raymond Wolansky
Gräfin de la Roche - Ursula Koszut
Der junge Graf - Jerrold van der Schaaf
Teniendo en cuenta las convicciones de Zimmermann, nadie puede dudar que el formato idóneo para su ópera es el DVD. ¡Y qué DVD!. Uno de los mejores ejemplos del género operístico en este soporte.
El trabajo del director escénico, Harry Kupfer, consigue acercarse sin duda al ideal que Zimmermann tenía en mente mientras componía la ópera.
Bernhard Kontarsky trabajó como repetidor en el estreno de la obra, y demuestra más de veinte años después que asimiló con éxito la experiencia. Más fiel a la partitura que Gielen, consigue combinar el virtuosismo con la rigurosidad.
El trabajo en equipo, fundamental en esta ópera, del conjunto de cantantes es de gran calidad. Si tuvieramos que destacar alguno en particular, me inclinaría por la Marie de Nancy Shade, que a pesar de algunos problemas en la zona aguda, transmite un personaje a la vez tierno, encantador, y profundamente desolador.
Una versión para todos los amantes de la Opera, del género que lleva más de cuatrocientos años siendo una de las principales aportaciones artísticas de Occidente.