John Adams (Worcester, MA, 1947) es uno de los compositores más conocidos de la actualidad. Tras terminar sus estudios en Harvard se mudó a California, donde permanece desde entonces, siendo profesor durante muchos años del conservatorio de San Francisco.
En su formación musical, Adams tuvo maestros serialistas (entre ellos, Roger Sessions) que no debieron causar gran impresión en su alumno, pues enseguida rechazó sus postulados y empezó a componer en un lenguaje neotonal.
Parte de ese lenguaje lo encontró en la corriente del
minimalismo. Iniciado en USA, las bases teóricas del movimiento se centran en evitar disonancias y sobre todo en la repetición obsesiva de cortas frases musicales llamadas “células”. Los compositores principales, además del propio Adams, son Steve Reich, Philip Glass, Terry Riley y La Monte Young en América. En Europa, ha influido en músicos como Louis Andriessen o Henryk Gorecki. Adams siempre ha rechazado su inclusión en el grupo de minimalistas (pertenece a una generación posterior a los iniciadores del movimiento), pero su música habla por sí sola a este respecto.
Adams es a la vez un compositor muy prolífico, y muy irregular. Además de
Doctor Atomic, veremos como en su producción operística tiene grandes aciertos y enormes decepciones. También en su faceta instrumental.
El compositor habla de sí mismo y su obra en el siguiente libro:
de notable interés, aunque no existe por el momento edición en castellano.
Para empezar a escuchar su música, vamos a utilizar una composición para orquesta, coro, coro infantil y sonidos pregrabados,
On the Transmigration of Souls, estrenada en el año 2002 y que recibió el premio Pulitzer. Tras los atentados del 11 de Septiembre, el compòsitor recibió la comisión de escribir una pieza en memoria de las víctimas.
En el estilo que podemos identificar como típico de Adams, la obra supuso un gran éxito y la consagración definitiva de su autor a nivel popular como uno de los músicos más prestigiosos del país. Sin embargo, tras escuchar la pieza, queda una sensación de falta de profundidad, de una cierta incapacidad para transmitir la emoción del atentado y su impacto en las víctimas y sus seres queridos; todo envuelto, eso sí, con una impecable profesionalidad.
Adams-On the Transmigration of Souls