TOSCA
Nos acercamos a la primera gran cumbre de esta aventura que es el recuento de la fulgurante carrera de María Callas.
Tosca fue el primer rol operístico que Callas, entonces con 18 años, abordó como cantante profesional (si descartamos su participación en la opereta Boccaccio, de Franz von Suppé, en 1941). Su debut como Tosca tuvo lugar en Atenas, el 28 de agosto de 1942. Aparentemente, esta primera función de Tosca se cantó en griego, aunque hubo otras en ese mismo mes y en septiembre que se interpretaron en italiano.
El papel de Tosca es uno de los más famosos de María Callas, y para muchos su mejor creación. Yo no comparto este punto de vista. Pienso, sí, que Callas está entre las mejores Toscas de las que tengamos noticia (puede ser que hasta la mejor), pero he de confesar una herejía: cuando pienso en la voz apropiada para Floria Tosca, la voz que suena en mi cabeza es la de Renata Tebaldi. Aunque el Acto II de Tosca es insuperable en las manos de Callas, echo de menos en el Acto I y en ciertos pasajes del Acto III un timbre más carnoso y mórbido, capaz de expresar cierta sensualidad que era ajena al instrumento un tanto árido de la soprano greco-norteamericana (por otra parte, Tebaldi, con todo su esplendor tímbrico, se quedaba corta dramáticamente en los pasajes más álgidos del Acto II). De manera tal que, para este servidor, las Toscas de las dos grandes rivales son realmente complementarias, y no me gustaría vivir sin alguna de las dos.
A Callas ni siquiera le gustaba mucho el papel de Tosca, como llegó a reconocerlo en entrevistas. A pesar de que hizo alrededor de 53 funciones del papel, la mayoría están concentradas en su carrera inicial en Grecia y en los años finales, 1964 y 1965. En su época de auténtica gloria, una vez que se convirtió en una superestrella, lo cantó tan sólo en el MET, en 1956 y 1958. Nunca lo interpretó en La Scala, a pesar de que entre 1952 y 1958 el teatro milanés estaba a los pies de Callas y hacían, con todo y la relación difícil con Ghiringhelli (el administrador del teatro), literalmente lo que ella pidiera. El verismo no era, como ya lo he dicho al hablar de Santuzza, el repertorio más afín al arte de Callas, quien una vez asentada su carrera, decidió que lo suyo era el belcanto y algunas heroínas de Verdi, fundamentalmente.
La primera Tosca que Callas canta una vez iniciada su carrera internacional se escenificó en Ciudad de México, en junio de1950, en el curso de la primera de las tres temporadas que cantaría en la nación azteca. Sus compañeros fueron Mario Fillipeschi (Cavaradossi) y el barítono norteamericano Robert Weede (Scarpia), bajo la dirección de Umberto Mugnai.
Una de las funciones se conserva grabada (en México se grabaron las tres temporadas, y son documentos que resultan interesantísimos, aunque el sonido es malo y a veces la concertación orquesta, cantantes y coro deja mucho que desear). Aquí les dejo un youtube con un fragmento del Acto II, el “Vissi d`arte” y el final:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=DHdcdAEIkmg[/youtube]
Como pueden apreciarlo, en esta Tosca Callas exhibe una voz ancha, para la que las dificultades del papel no ofrecen ningún escollo (si comparamos este fragmento del Acto II con el que se ofrece más debajo de la Gala de París en 1958, la diferencia en cuanto al volumen y anchura de la voz es notable). La interpretación se refinaría con el tiempo (si la comparamos con la que se ofrecería en la misma plaza 2 años después, con di Stefano, los cambios se aprecian), pero el instrumento era arrollador. El Scarpia de Weede me luce insuficiente ante la voz de Callas: no parece capaz de dominarla. Los agudos de la soprano son firmes y rotundos, y sólo hay un detalle que molesta a veces (que mejoraría con los años, aunque aparecerían otros problemas): las notas de transición entre el registro medio y el grave tienden a sonar un poco veladas. El “Vissi d´arte” es curioso, porque hay un detalle de fraseo que luego desaparecería: en “…con man furtiva, quante miserie conobbi aiutai”, la palabra “aiutai” està separada del resto. El agudo no ofrece ningún problema, y el final ofrece un sorprendente despliegue de control del fiato.
Sobre esta primera Tosca mexicana Callas escribió a Meneghini el 8 de junio de 1950: “Representamos Tosca y fue un gran éxito. El público se mostró frío durante el primer acto, y apenas aplaudió, pero me ofrecieron una ovación en el segundo acto. Enloquecieron después de ´Vissi d´arte´. Un aplauso de cinco minutos. La recepción fue aún más entusiasta que en el caso de las restantes óperas. Un consuelo es que Dios siempre me ayuda”. Es interesante comparar esta opinión de la propia Callas con la crítica que copio más abajo sobre su primera Tosca neoyorquina, en la que se corrobora que en el Acto I Callas solía decepcionar, mientras que en el Acto II se crecía hasta alcanzar una estatura mitológica.
Apenas regreso a Italia de esta primera temporada mexicana, Callas canta Tosca en Salsomaggiore (con un tenor llamado Rinaldo Pelizzori –¿será que nuestro Rinaldo no es un jovenzuelo, sino un viejo tenor que cantaba óperas italianas en teatros de provincia y luego se convirtió al wagnerismo en su senectud?- y el barítono Giovanni Inghilleri), Bologna (Roberto Turrini y Rodolfo Azzolini son sus compañeros de reparto) y Pisa (Galliano Masini y Afro Poli son Cavaradossi y Scarpia, respectivamente).
La siguiente Tosca de Callas fue en Río de Janeiro, el 24 de septiembre de 1950, dirigida por Antonino Votto, con Gianni Poggi (Cavaradossi) y Paolo Silveri (Scarpia), más el Angelotti de nada menos que Giulio Neri. De esta velada se conservan unas selecciones, de las cuales les pongo aquí varias, porque se trata de una grabación no muy conocida (yo al menos no supe de ella sino hasta hace relativamente poco):
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=i2mrbRgSx2A&feature=PlayList&p=46E2F336D4C8553B&index=0[/youtube]
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=_XjWrZ7iI4E&feature=PlayList&p=46E2F336D4C8553B&index=1[/youtube]
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=qS0bQ517VtE&feature=PlayList&p=46E2F336D4C8553B&index=2[/youtube]
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=8ZEEUMrxDfM&feature=PlayList&p=46E2F336D4C8553B&index=3[/youtube]
Esta Tosca se produjo en el curso de la temporada en la cual, según cuentan, surgió la famosa rivalidad entre María Callas y Renata Tebaldi. Los cantantes que participaban en la temporada ofrecieron un concierto y aparentemente habían acordado que ninguna ofrecería un encore, pero supuestamente Tebaldi violó el convenio, lo que enfureció a Callas.
Para empeorar las cosas, esta Tosca de Río de Janeiro aparentemente fue protestada por una parte del público y el administrador de la ópera, un señor llamado Barreto Pinto, sustituyó a Callas por Tebaldi en la segunda función. Cuando Callas fue a pedir explicaciones, Barreto Pinto le dijo que la había reemplazado porque su Tosca había estado muy mal. Según cuenta Meneghini, Callas estuvo a punto de golpear a Barreto Pinto en la cabeza con un tintero de bronce, y finalmente le propinó un golpe en el estómago con su rodilla. El resto del contrato fue cancelado (aunque Callas recibió sus honorarios) y los Meneghini volvieron a Italia, no sin antes pasar por Nueva York para firmar el contrato discográfico de Callas con la casa CETRA.
(continuará)