Nos lo "pasamos bomba" unos cuantos, estimado Gerardo.
Una nutrida representación del foro (WAM, bayista, Siddharta, Stiffelio, Gouverneur, MarttiT, Carestini, naietta, Yago, parte, dengakuman, Edgar, clara,...) tuvimos ocasión de asistir a las representaciones de Luci mie traditrici.
La función de ayer fue excelente. Empezando por la escena de Rebecca Horn, la artista alemana especializada en instalaciones, que supo capturar la atmósfera de la ópera con una escenografía casi desnuda, y haciendo que los cantantes parecieran atrapados en una extraña danza ritual, en algún lugar entre el sueño y la realidad.
La música de Sciarrino, en general, y esta ópera en particular, entraña una enorme dificultad de ejecución. A los instrumentistas les requiere explorar los límites de sus instrumentos, mientras que mantener la tensión de la partitura no resulta tarea sencilla para el director. Desde luego, Beat Furrer y la Klangforum de Viena superaron con nota estos obstáculos. Nos ofrecieron algo más de una hora de música interpretada con una precisión absoluta, y transmitiendo toda la enorme belleza que encierra la composición. Los efectos obtenidos por los instrumentistas situados fuera del foso, contribuían a esa sensación de realidad alternativa que permeaba toda la función.
El desempeño de los cantantes fue igualmente de primera categoría. Para cantar esta ópera no se necesitan voces grandes; ni siquiera grandes voces. Pero son absolutamente necesarios grandes músicos.
Al terminar la representación, merecidos aplausos y la sensación de haber asistido a la mejor función de toda la temporada madrileña.
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