No leereis tanto si pensais que ya ha terminado la presentación, con medio movimiento por presentar
Vamos allá
6.2. Quinto movimiento, segunda parte.
Sehr langsam
Comenzamos con la exposición de la parte que, para mi, hace que esta sinfonía pase a la historia. El viento metal, lentamente, va dando inicio a la resurrección. Pensad en el resto del quinto movimiento como el tunel hacia la luz. Pues bien, comienza a verse poco a poco la luz, cono ese tema tan bonito expuesto en el primer y segundo minuto por el viento madera, secundado por el viento metal. Todo suena a preludio, todo hace ver que algo mejor viene.
De repente una voz. Una voz no, muchas voces, que acompañan al alma a algun sitio. La aparición del coro pone de manifiesto la trascendencia del final de la sinfonía, así como la intervención de la soprano solista. En 03.42 y siguientes encontamos expuesto por el viento, el tema del "sentido de la muerte", que cantará la contralto en breve. Las cuerdas lo desarrollan, hasta 04.45, cuando aparece de nuevo el coro, repitiendo esos versos tan hermosos, los mismos cantados al principio:
Auferstehn, ja auferstehn wirst du,
mein Staub, nach kurzer Ruhn'!
Unsterblich Leben
wird, der dich rief, dir geben!
Wieder aufzublühn wirst du gesät!
Der Herr der Ernte geht
und sammelt Garben
uns ein, die starben!
¡Resucitarás, si resucitarás,
polvo mío, tras breve descanso!
¡Vida inmortal
te dará quien te llamó!
¡Para volver a florecer has sido sembrado!
El dueño de la cosecha va
y recoge las gavillas
¡a nosotros, que morimos!
En el minuto 05.57, la orquesta aborda por primera vez el tema de la resurrección, que será el centro del final del movimiento. Comenzamos a vernos rodeados de luz. Al final, tema de la redención aparece (06.40), como queriéndonos recordar que es el fin de la resurrección.
Etwas bewegter
Y nos hallamos en el Paraíso. Los 7 minutos más intensos de la producción mahleriana los inicia una contralto diciendo algo tan bello como que no hemos muerto en vano, ni lo haremos, palabras que son refrendadas por la soprano. El tema de la resurrección es cada vez más presente:
Alt
O glaube, mein Herz, o glaube:
Es geht dir nichts verloren!
Dein ist, ja dein, was du gesehnt!
Dein, was du geliebt, was du gestritten!
Sopran
O glaube: Du wardst nicht umsonst geboren!
Hast nicht umsonst gelebt, gelitten!
Contralto
Oh créelo, corazón mío, créelo:
¡Nada se pierde de ti!
¡Tuyo es, sí, tuyo, lo que anhelabas!
¡Lo que ha perecido resucitará!
Soprano
Oh créelo: ¡no has nacido en vano!
¡No has sufrido en vano!
(esos versos emocionan al más pintado)
A partir de 01.30 se obra el milagro de esta versión. No es Klemperer, es Dios el que llama a esos coros a manifestarse, a exclamar la gloria de la resurrección, a pedir que nos preparemos A VIVIR.
Chor
Was entstanden ist, das muß vergehen!
Was vergangen, auferstehen!
Chor, Alt
Hör auf zu beben!
Bereite dich zu leben!
Coro
¡Lo nacido debe perecer!
¡Lo que ha perecido, resucitará!
Coro, Contralto
¡Cesa de temblar!
¡Dispónte a vivir!
Atención al minuto 02.53. Se oye la tensión, la furia, la necesidad de liberación de alguien. Se oye gritar a don Otto Klemperer
Poco a poco crece, la intensidad orquestal va creciendo, conforme las intervenciones del coro son más y más próximas. Klemperer evitar el acelerón que hacen otros en este momento antes del climax de 04.14. La muerte no es el final, nos dice el coro. Y por como nos lo dice, nos lo creemos.
Sopran, Alt
O Schmerz! Du Alldurchdringer!
Dir bin ich entrungen!
O Tod! Du allbezeinger!
Nun bist du bezwungen!
Chor
Mit Flügeln, die ich mir errungen,
in heißem Liebesstreben,
werd' ich entschweben
zum Licht, zu dem kein Aug' gedrungen!
Sterben werd' ich, um zu leben!
Chor, Sopran, Alt
Auferstehn, ja auferstehn wirst du,
mein Herz, in einem Nu!
Was du geschlagen,
zu Gott wird es dich tragen!
Soprano, Contralto
¡Oh dolor! ¡Tú, que todo lo colmas!
¡He escapado de ti!
¡Oh muerte! ¡Tú, que todo lo doblegas!
¡Ahora has sido doblegada!
Coro
Con alas que he conquistado,
en ardiente afán de amor,
¡levantaré el vuelo
hacia la luz que no ha alcanzado ningún ojo!
¡Moriré para vivir!
Coro, Soprano, Contralto
¡Resucitarás, sí, resucitarás,
corazón mío, en un instante!
Lo que ha latido,
¡habrá de llevarte a Dios!
Los dos últimos versos son la clave de bóveda del momento, y del concepto de Klemperer. Lo que ha latido, lo que has sufrido, es lo que te ha llevado a Dios.
Las campanas acompañan al tema de la redención, que hace que la orquesta se disuelva en beatífica paz.
Inefable.