Vivan las entradas para jóvenes del Real
Para mí lo mejor de la noche fueron
Urmana y Pidò. Ella canta maravillosamente, fue increíble escucharla por primera vez en directo: un fraseo delicado y elegante; un timbre con cuerpo, bello y homogéneo en toda la tesitura (con una utilización mesuradísima
de las resonancias de pecho); una interpretación vocal muy correcta, acompañada de una presencia escénica notable (me encantó su chulería desafiante en el encuentro final con Barnaba). Cada intervención suya (tristemente cortas) era una pequeña lección de canto. En el
Suicidio estuvo maravillosa. Toda una experiencia.
Y la dirección de
Pidò me encantó. Un respeto absoluto a los cantantes, un volumen inmenso en las cuerdas en los momentos de lucimiento orquestal, unos ritmos enérgicos...
Del resto, lo mejor
Atanelli, un descubrimiento para mí. Un timbre interesante, un agudo más liberado de lo esperado en esta era post Macneil
, y una interpretación algo automática y agresiva pero correcta para el personaje.
No comparto el entusiasmo de Masnadieri por
Armiliato, pero reconozco que es un buen tenor, esforzado y solvente. El agudo al principio siempre velado, aunque luego se soltó en los dos últimos actos. Un timbre interesante y un canto ligado aunque poco elegante.
La decepción de la noche fue
Anastassov, que tiene un timbre bonito pero una presencia vocal mínima, unida a una interpretación plana.
El ballet estuvo bien pero soy incapaz de comprender la inmensa ovación que recibió, sobre todo si la comparamos con los tímidos aplausos a Urmana que fue para mí protagonista indiscutible de la noche a mucha distancia de sus colegas. Cosas del público del estreno...