Bogey escribió:
Parece ser que el Real es así con todo el mundo. Es verdad que Cura no se llevó un buen recuerdo... pero del talibanismo. El Teatro trata magníficamente a todos. Miren si no la entrevista que OA hizo a Marcelo Alvarez, que puso a caldo al Liceu y en cambio alabó el trato recibido en el Real. Cuestión de filosofía.
Lo que de verdad no entiendo es qué no les gusta de la Sinfónica. No es de una gran perfección técnica pero está en consonancia con las orquestas peninsulares y por lo general mejor nivel que la gran mayoría. Además, ha tenido tardes de gloria (ejemplos de "La mujer sin sombra" o "La flauta mágica", dónde no envidió nada de los grandes fosos europeos). Ahora bien, si queremos alto nivel, entonces vamos a tener que viajar o esperar a que algún festival o ciclo nos traiga una ópera con orquesta de prestigio incluída (ya ha pasado con Barenboim, Muti y otros que traigan sus huestes).
Luana de Vol en la tetralogía era de pitada, como casi todo el reparto incluida la Jeanne Michele Carnoberas, pero es lo mejor que circula por estos mundos de Dios. Yo soy fácil de conformar, dentro de lo malo lo menos malo, hay cantantes directores y orquestas que a algunos de vosotros no os gustan que a mi me parecen aceptables. Sin ir más lejos la OSM, he asitido a algunos de sus conciertos en el Auditorio y han estado geniales, de verdad. Ese ciclo se ha reducido por las actividades y representaciones del Real. Os puedo asegurar que una sinfonía de Haydn dirigida por Lopez Cobos es una maravilla. Lopez Cobos me parece el mejor y más grande director español de todos los tiempos, superando a Argenta. Es regular en lo que hace a diferencia de Pons que tiene altibajos.
Volviendo al trato, recuerdo ver a Marcelo Álvarez en la época de Luisa Miller de fiesta superamable con Antonio del Moral y el personal. Si os dais cuenta algunas de la mejores y más interesantes voces repiten en el Real. Joyce Didonato en su página personal echa flores a Madrid, el Teatro Real y sobre todo a López Cobos por haberla ayudado personalmente a afrontar el papel del Compositor en el que debutaba, se sentía tan orgullosa de haber aprendido con López Cobos lo que Karl Bohm le había enseñado.