jlizarrabengoa escribió:
espero que el te os gustara ,aunque pienso que terminarias con croquetas
Pues al final el té fue un poco un desbarajuste. Pero vuelvo al hilo porque no resisto las ganas de contaros una anécdota que nos tuvo muy entretenidos la hora anterior al concierto.
Cuando llegué a las siete y poco miré desde fuera en Manolo y no me pareció ver a nadie del foro, así que me fui a la entrada del teatro para coger algún folleto que leer mientras hacía tiempo. Y me encontré a Sid y a Parte que estaban esperando que alguien se acercara por la taquilla a comprar una entrada (agotadas para entonces) y tratar de venderle una que le sobraba a Parte.
Al cabo de media hora aparecieron un par de señoras que querían dos. El genio mercadotécnico que Parte lleva dentro se precipitó a ofrecer la suya y la de otra señora que andaba por allí en las mismas… Pero las elegantes damas querían estar juntas y en patio de butacas, lo que verdaderamente resultaba un poco limitador en un teatro lleno.
Era ya menos cuarto y el hall se animaba… A esas alturas estaban ya Pucciniana, su hermana, Fledermaus, Suther… pero seguía sin aparecer nadie que quisiera una entrada… Hasta que aparece un chico, se acerca a la taquilla y se vuelve diciendo “¿Cómo, todo agotado?”. Parte se lanza en plancha, le bloquea las rodillas con una bien conocida jugada de rugby y le coloca la suya. Asunto concluido en un pispás, el chico se mete en el teatro, nosotros empezamos a decidir si todavía nos quedaba tiempo para una cocacola rápida, decidimos que ya en diez minutos no compensaba y yo propongo ir entrando. Me convencen de que era mejor esperar a Bayi que iba a llegar más justo.
Y en esto vuelve a salir el chico que ya se había metido con la entrada de Parte, se le acerca y le dice: “Pero esta entrada ¿no era para Nacho Duato?”
Total, la integridad comercial de Parte decide que el cliente siempre tiene razón y se impone un “full refund”
(aunque algún forero sugirió que usara la tan castiza respuesta de “¡Ah, se siente!”). No sin tratar de convencer al comprador con gran entusiasmo de que Bostridge era muuucho mejor que Duato y que habría hecho un gran negocio quedándosela, cuando el cliente insiste le devuelve el dinero. Y a cinco minutos del principio del recital volvemos (era ya una cuestión solidaria) al “da capo”.
Afortunadamente, esta vez alguien buscaba entrada y se dio cuenta de la movida y se la quedó. Y pudimos entrar y disfrutar un estupendo recital. Pero eso va en otro sitio.
Luego a la salida, Parte huyó hacia su Alsa y los demás nos fuimos a una breve copa, donde lo pasé fenomenal. Me encantó conocer a Pucci (sí, luego pensé que tenías razón: yo te conocía… de la quedada de avatares) y a su hermana. Y a la entusiasta Fledermaus. Y volver a ver a Parte y mis dos + 1 gurus. Que se repita.