<center>GEORGE LONDON Y SCARPIA</center>
<center>
</center>
Scarpia fue, al lado de Don Giovanni, y en menor medida de Amonasro, el papel más importante de London dentro del repertorio italiano. Su retrato es el de un barón sádico, terrorífico y violento, pero barón. Su opulencia vocal huía del susurro y de la variedad de matices de la que entonces eran capaces los Warren o los Taddei; no obstante, lograba imponer con ella una poderosa y oscura autoridad de rasgos no sólo perversos sino totalitarios que en vivo debían de causar una honda impresión.
<center>
George London y Maria Callas en 1956
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=-MTOnk0FFnE[/youtube]
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=iXEvRsrJm7I&feature=related[/youtube]</center>
<center>
George London y Renata Tebaldi en 1961
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=l5FejOn2KiI[/youtube]
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Cq66WpeEcTw&feature=related[/youtube]
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=LQsO6Gh2iug&feature=related[/youtube]
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=h4ZYKsg4EGw&feature=related[/youtube]</center>
George London cantó muchos Scarpias y en muchas salas y durante muchos años. En el anochecer de los cincuenta, o sea, en su atarceder vocal, la Decca lo requirió en los estudios de grabación al lado de Renata Tebaldi y Mario del Monaco. Sin embargo, aquí recuperamos unos
extractos de una
Tosca en vivo recogida en el Metropolitan de Nueva York en 1959. En el foso, Kurt Adler; en el tablado, Eleanor Steber y Carlo Bergonzi, nada menos.
<center>
Un tal baccano in chiesa
Or tutto è chiaro
Tre sbirri, una carrozza
Ed or fra noi parliam da buoni amici
Sciarrone, che dice il Cavalier
Orsu, Tosca parlate!
Salvatelo! ... Io? Voi!
Tosca, finalmente mia!</center>
El
Te Deum era obviamente una página en la que el cantante lucía con mayor prepotencia sus medios. Como muestra del triste declive vocal que sufrió en muy poco tiempo, subimos
esta otra lectura de cinco años después, también en el Metropolitan. La voz suena más cansada, metálica y esforzada, aunque, desde luego, ese fa natural en
Iddio! se escucharía desde la misma cima del Empire State.