X.- La forza del destino (Carlos de Vargas)
La que reseñamos, es una "matiné" de la versión del Metropolitan del año 1.984, dirigida por el "incombustible"
J. Levine. Eran unas funciones "para mayor gloria", merecida, de
Leontyne Price; en esta función, debía tener cerca de 58 años y se le nota; sin embargo, dejó constancia que, pese a todo que había sido una de las más grandes sopranos para los personajes "dramáticos" que Verdi había creado para esta cuerda. Quizás abusa un poco de los
portamenti, y su instrumento ya es demasiado grave, pero recrea una
Leonora di Vargas dramática y conmovedora. Por cierto, ésta fue la despedida de Leontyne del Met.
G. Giacomini empieza titubeante, con voz más "pastosa" que de costumbre, y puede que hasta nervioso. Pero logra hacerse con el papel y se entrega al mismo, de una manera apasionada, con unos magnificos agudos, con su característico timbre. A
Leo Nucci, le pasa un poco como con el Posa que comentamos anteriormente:
D. Carlo di Vargas, requeire una voz más "grave" y más dotada en el centro (año 1.984: en esa época Nucci era muy "lírico") para poder afrontar todas las inflexiones que requiere el hermano. Pese a todo, su talento, interpretación y voz están al servicio del "hermano vengador" y logra hacerse con el mismo y rearar un buen personaje, en esta "tragedia de casualidades".
Por cierto, hay un cierto paralelismo entre Don Carlos y el Conde de Luna (los dos buscan la venganza de un modo ciego, y sin buscar o indagar las causas u origen del hecho que origina la vendetta ...)
Os dejo el duetto de Alvaro y Carlos:
"Ivanno Alvaro ti celasti ..."
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=mu7fdFdAltw[/youtube]
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En la escena 2ª, del III acto, está la gran y conocida Aria de Carlos. En ella después de consolar al entonces su "amigo" (D. Álvaro) y ante el cofre que contiene el secreto, entona este aria sobre si debe romper su juramento, abrir el cofre y conocer la verdadera identidad de Álvaro. Tras abrirlo y ver el retrato de su hermana, y descubir a su "rival", entona un canción de regocijo -
" È salvo! Oh gioia!, Egli è salvo! Gioia immensa, Che m'inondi il cor ti sento! ... " - al saber (por el médico) que D. Álvaro se salvara, y que por tanto él podrá matarlo y consumar su venganza. Les dejo una magnífica interpretación en estudio de Nucci de la difícil aria en cuestión. Como siempre y con su elegante fraseo, resuelve sin problema alguno el recitativo inicial
Morir tremenda cosa ... urna fatale... É salvo ...