BORIS GODUNOV:
En 1948, las huestes del Bolshoi grabaron el
Boris Godunov, tanto con Pirogov como con Reizen (los dos contendientes por el título de Boris titular del Bolshoi). Si Pirogov (como vimos) aportaba un fraseo encendido, una visión febril del personaje, Reizen canta el Boris íntimo, el Boris sutil, el mejor Boris (Chaliapin aparte, que éste juega en otra liga).
He aquí su interpretación, desglosada:
PRÓLOGO:
http://www.box.net/shared/0fkj54hqis
El Zar Boris Godunov, recién coronado aparece en escena en una situación anímica confusa. No en vano acaba de ser coronado tras haber mandado asesinar a un niño de 9 años. Esta es la primera aparición del personaje y Mussgorsky nos lo presenta genialmente, mientras que Reizen nos demuestra por qué es uno de los grandes.
Comienza su intervención con un acorde mantenido hasta la obsesión de la trompa, seguido del clarinete y el fagot. Entra Boris con su espeluznante y reveladora primera frase (00:11): Skorbit dusha! (Me duele el corazón!). Atención al timbre de Reizen, hermoso y a como pronuncia esa frase.
Las cuerdas (00:20) inician un canto siniestro, presagio de los remordimientos que Boris va a tener. De hecho, Boris dice justo después: „El miedo de un presagio ominoso encadena mi corazón“ De 00:34 a 00:48 hay una frase musical descendente que Reizen (un fraseador de primera) dice de un modo memorable. Vemos su miedo y su angustia ante el futuro.
Tras un silencio (00:50), Boris comienza la primera de sus plegarias a Dios (a lo largo de la ópera, Dios va a ser el único interlocutor de sus angustias y a él se dirigirá repetidamente) De nuevo, Reizen maneja los reguladores como nadie, siempre a media voz y siempre con la entonación justa. Atención en 1:12 a cómo dice:
Vozzri s nebes na slyozy vernykh slug
Vuelve desde el cielo tu mirada
Con una magnífica y dificilísima (siempre las notas de paso son muy difíciles) nota mantenida en „Vozzri“. Aparecen los clarinetes (1:28 ) que parecen ofrecer algo de consuelo al sufriente zar. Luego al cuerda grave (1:49) retoma la sensación de angustia, mientras Reizen sigue desgranando con una musicalidad y buen gusto admirables su plegaria.
Atención (2:15) a su magnífico grave sobre la palabra „narod“ (pueblo).
En 2:25 la situación cambia...la música parece serenarse. El zar abandona sus amargos pensamientos y se decide a celebrar su coronación, rematando su intervención con dos agudos (2:57) y (3:02) a los que sigue el espectacular final del prólogo (3:09)...campanas, metales, cuerdas, todo se une en un grandioso coro en canon (3:39) al que luego se unen los boyardos (3:53) para la apoteosis final con timbales (4:19) y un estruendoso tutti final (4:31) sobre „slava! Slava!“ (gloria! Gloria!).
MONÓLOGO Acto II:
http://www.box.net/shared/dpett1u8yq
Reizen nos va a dar una lección de contención y fraseo en este monólogo, lejos de las demostraciones de poderío y agudos de un Christoff o un Pirogov (y de la tensión casi física que desata Chaliapin).
Empieza poderoso, para luego recogerse al decir la frase (0:27)
mi espíritu torturado no conoce la paz“
en el que Reizen muestra sus preciosos graves, como de violonchelo.
Todo el monólogo está dicho con una claridad de dicción y una distinción entre las secciones del mismo en las que habla del poder o de „política“ con las partes en las que habla de su alma o de sus hijos magnífica (un juego de tensiones y distensiones).
Por ejemplo, tremenda la frase en la que se refiere a su hija (1:25 hasta 2:03) y al dolor de la muerte de su prometido (2:04, tremenda frase precedida por un acorde nuevamente ominoso, en la que Boris dice: „la muerte como un huracán se llevó a su prometido“ presagio de su propio dolor y muerte.
Nuevamente distensión para refererirse a Dios como juez severo y tensión para referirse al alma culpable (atención al agudo –2:32).
La distensión se acaba con la frase (2:47) „¡Si sólo pudiera atisbar un rayo de consuelo!“ a la que sigue una narración de Boris de sus miedos y temores...con mención especial a las conjuras de los boyardos...al citarlos, Boris se exalta (siempre dentro de la contención de Reizen) (4:02).
Una misma melodía, repetida obstinadamente señala la angustia de Boris...un nuevo agudo (4:47) marca la entrada a la parte final del monólogo, en la que, (5:11) Boris se altera al hacer referencia al niño asesinado hasta caer, postrado, suplicando a Dios en una frase final íntima dicha con mucho talento (y unos relucientes graves) por Reizen (5:44), con un „Moy“ final que se desvanece, con la música
DIÁLOGO CON SHUISKY Y ESCENA DEL RELOJ:
http://www.box.net/shared/8uv3td1k44 (2-1: diálogo, 2-2: reloj)
Entra un boyardo a interrumpir las meditaciones de Boris (ni siquiera tiene descanso para su sufrimiento). Le indica a Boris con una voz chillona que Shuisky le pide audiencia y...que Shuisky puede que le esté traicionando (esto último, curiosamente, con una melodía variación de la del policía del comienzo de la ópera).
Entra Shuisky –00:53- (un impagable Nikhander Kanaev, el Hermann de Pique Dame de la grabación del Bolhoi- voz histérica, pobre, pero vaya artista, cómo sabe sacarle toda la punta a su personaje!) y Boris lo abronca...pero Shuisky (1:37) pasa de la bronca, porque sabe que tiene la sarten por el mango. Atención a la sinuosa frase „ Zar, hay noticias, noticias graves para el reino“, con una melodía serpenteante digna de un Loge de Rheingold, por ejemplo (siempre he visto muchas similitudes entre ambos personajes).
Boris sigue a lo suyo, abroncándolo (atención –1:54 a con qué asco pronuncia „boyardo“). Y Shuisky, a su vez, sigue rindiendo cuentas a Boris...por favor, mucha atención a cómo hace crecer su voz, con la música, en la frase „ El rey, los nobles y el Pontífice le apoyan.“...sobre todo al decir „papa“ (2:07), con unas ínfulas muy apropiadas para la ocasión.
¿Con qué nombre ha pensado armarse
en contra nuestra?
¿Qué nombre ha usurpado el impostor?
¿Cuál?
Algo en la mente de Boris se ha activado...algo terrible que no quiere nombrar. En el fondo, sabe que el fantasma de Dmitri algún día iba a volver.
Shuisky sabe perfectamente controlarle los tiempos a Boris y apacigua la música, saliéndole por la tangente (2:35):
Por supuesto, zar, vuestro poder es grande.
Vuestra clemencia, celo y gran bondad
han hecho vuestro el corazón del pueblo,
entregado en alma y cuerpo al trono
Para luego soltar en una melodía puntuada rítmicamente la bomba:
Aunque es doloroso para mí, majestad,
aunque mi corazón sangra,
no debo ocultaros,
que si ese vagabundo, lleno de temeridad,
llegase a cruzar la frontera lituana,
el nombre resucitado de Dimitri
podría atraer a la chusma a su lado.
(3:26) Con qué cuidado, casi con cariño, nombra Shuisky ese nombre! Boris se altera y expulsa a su hijo de la sala. Da órdenes a diestro y siniestro (3:51) cerrar la frontera con Lituania parece una buena idea, pero...no es eso lo que más preocupa a Boris...tiene otra pregunta que hacerle a Shuisky, precedida de un silencio (4:15) y con una melodía sinuosa
Habéis oído alguna vez
que niños muertos
se alzasen de la tumba
para oponerse a los zares?...
Zares elegidos por su pueblo,
coronados por el Patriarca...
¡Ja, ¡a, ¡a!
¿Es divertido, no?
Pero no, no es divertido...(4:52) Shuisky calla, manteniendo la tensión (le está haciendo luz de gas, prácticamente). Boris tiene una pregunta más terrible (idéntica melodía sinuosa -5:13):
¡Escuchad príncipe!
Cuando se cometió el gran crimen,
cuando al fin el niño murió
¿no era... ese niño muerto... Dimitri?
Atención a la manera en la que Boris/Reizen dice „Dmitri“ (tan distinta a la de Shuisky!).
Shuisky contesta „¡Lo era!“, pero no es suficiente para Boris...quien decide amenazar a Shuisky (5:59) para que le cuente la verdad...y Shuisky, haciéndose el remilgado primero (qué frase más cínica: „no me importa el tormento, sino vuestro disfavor“) le cuenta la verdad. Es la narración de Shuisky (6:40), pieza clave en el rompecabezas de Boris Godunov. La letra dice:
En Uglich, en la catedral, ante el pueblo,
durante más de cinco días,
yo velé el cadáver del niño.
A su alrededor yacían trece cuerpos,
mutilados, ensangrentados, harapientos,
ya se notaba en ellos la putrefacción.
Pero el rostro infantil del zarevich
brillaba puro y claro.
La herida se abría honda y terrible,
pero sobre sus labios inocentes
jugueteaba una sonrisa.
Parecía como si estuviese en su cuna
durmiendo con las manos enlazadas,
y en la derecha asía un juguete con fuerza...
La música es por momentos oscura y por momentos celestial, creciendo poco a poco. Y, más allá de la voz horrenda de Kanaev, yo me descubro ante el intérprete. En dos minutos matiza todo lo matizable:
-Empieza con un tono despreocupado (6:40) para luego seguir contándolo como si fuese un hecho milagroso (7:02), sigue clavando como cuchillos los adjetivos „mutilados, ensangrentados, harapientos“ (7:11) dice con gran dolor (él!!! Que lo ha matado!!! Cuánto cinismo!) „ya se notaba la putrefacción ( 7:19 -y se permite una sfumatura y todo! - 7:27) para luego retomar el aire mágico al comentar que la cara del zarevich estaba intacta (7:36) y terminar haciendo crecer y crecer las frases y, con ellas, la sensación de culpa de Boris (7:49) un tono de confidencia final (7:59) y el desenlace, dicho casi con sadismo (8:22). Boris no puede más.
Boris alucina...el aire le sofoca...Reizen de nuevo nos evita histrionismos tipo Christoff y nos canta en todo momento con gran línea, incluso cuando la visión de un reloj comienza a atormentarle (00:48). La letra, terrible:
Si en el alma una sola mancha... una sola,
por casualidad, cae, el alma se quemará,
el corazón se inundará de veneno,
y se hará tan opresivo,
tan insoportablemente doloroso,
como si un martillo golpease en los oídos
con reproches y maldiciones.
Mi garganta está seca... me sofoco...
me ahogo... la cabeza me da vueltas...
¡Ante mis ojos veo al niño... ensangrentado!
Allí... allí... ¿Qué es eso? ¡Allí en la esquina!
Se balancea, crece se acerca tiembla y gime
¡No, no! ¡No fui yo!...
¡Yo no soy tu asesino!
¡Detente, detente, niño!
¡No fui yo, no, yo no, no!
¡La voluntad del pueblo!...
¡Detente, niño!...
¡Fuera!...
¡No! ¡Vete!
¡Señor, Tú no deseas la muerte del pecador!
¡Ten piedad del alma del zar Boris!
La interpretación, muy meritoria...sin caer en efectismos baratos, nos lleva desde el canto más puro al susurro, a la alucinación (1:51), a la desesperación y a la resolución final, en la que Boris, una vez más se encomienda a Dios (2:39), con una expresión tan patética por parte de Reizen que casi clama a compasión. Y el acto acaba con la aniquilación musical más absoluta, que sigue al prácticamente inerte „Boris“ pronunciado por éste (magnífico Reizen), ya a las puertas de la demencia.
MUERTE DE BORIS:
http://www.box.net/shared/40ld607lio
He aquí una de las dos o tres mejores despedidas, plegaria y muerte de Boris Godunov que yo conozca. Reizen nos da una lección de canto y de intensidad emocional incontestable.
Atentos a la primera frase: “Adios, hijo mío, me muero!” y a cómo inmediatamente adopta un tono más terrible (00:39) para decirle a su hijo: “no preguntes cómo obtuve el trono”. En 00:47 Boris recupera fuerzas para comentarle a su hijo que él será el próximo Zar (legítimo orgullo paterno), para caer en la disonancia más terrible (1:07) e inculcarle a su hijo las normas de reinado más básicas (empezando por no confiar en los boyardos –1:21).
El lamento de Boris llega a un momento cumbre cuando le pide a su hijo que cuide de su hermana (2:33- maravilloso Reizen, en pianissimo, lleno de emoción e intensidad sin perder ni un milímetro la línea de canto), esa inocente paloma que él tanto ama (3:03-espeluznante pianissimo de Reizen)momento en el que se derrumba, suplicando a Dios en estos sus últimos momentos (3:17).
Reizen inicia su súplica con un lamento terrorífico (3:19), diciendo la palabra “Señor” (Gospodi) casi con terror, como si temiese encontrárselo allí mismo (nuevo pianissimo en 3:47). Pero no pide por él, sino por su hijo, con unas frases maravillosas:
Desde las alturas inalcanzables
derrama tu luz bendita
sobre mi inocente hijo...
tierno y puro...
¡Fuerzas celestiales,
guardianes del trono eterno,
preservadlo con vuestras brillantes alas
de la desgracia y el mal y de la tentación!
Aquí os recomendaria que os fijáseis sólo en la letra, en cómo Reizen, con una dicción insuperable va desgranando cada palabra, cada sílaba, con qué amor, con qué devoción...un momento de magia, hasta esa palabra final “tentación” -5:22- dicha con un hilo de voz.
Las campanas suenan, como cuando fue coronado, pero ahora suenan a muerto (espectaculares graves en 5:50). EL coro suena fuera de escena. Boris sabe que va a morir, lamentándose crudamente de todo lo que ha hecho para llegar a esta situación. Fiodor, su hijo, suplica (6:49), pero la escena es completamente patética: campanas, nobles observando cómo muere, un hijo pequeño que quedará ahora en manos de los boyardos, el fantasma de un niño muerto...terrible muerte para una persona. Con razón (7:32) clama Boris:
Ah, muerte cruel!
¡Cuán fieramente me atormentas!
Para luego, como un león herido (7:48) gritar (espectacular agudo de Reizen) “aún soy zar!!” en un último aliento de orgullo, que enseguida se apaga en sus últimas palabras (8:14) “Perdonadme, perdonadme”, inertes, terribles (impresionante Reizen, un pianissmo tremendo).
La escena acaba con la orquesta realizando una coda que no puedo describir con palabras, tal es la intensidad emocional que hay...sólo hay que oirlo para comprenderlo.
Y ahora, de regalo, una grabación videográfica del monólogo!
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=JfTTj3nGLXM&feature=related[/youtube]