E) CHALIAPIN EN CANCIÓN POPULAR Y LIED
Señala Charles H. Oppenheim lo siguiente:
"Cuando [Chaliapin] aprendió a interpretar las canciones que ofrecía en un recital, por ejemplo, ya no le hacía falta vestuario ni maquillaje: sus inflexiones, sus gestos, su cuerpo entero se convertía en el personaje que estaba entonando las palabras de la canción. Y eso volvía loco al público.
Y también porque sus recitales eran poco convencionales. Nunca preparaba un programa específico. En su lugar, el público debía adquirir un librito, disponible a la entrada de la sala, que contenía las traducciones de un repertorio del que él escogería, a su entera discreción y según su estado de ánimo y condición vocal, las canciones que interpretaría, anunciándolas por número conforme evolucionaba el recital.
“A Chaliapin le gustaban las canciones de carácter —dice Pleasants—, y tal era su arte de la inflexión en la cúspide de su carrera, que sobrevivió la gloria de su voz”… y se convirtió en ejemplo a seguir para las generaciones subsecuentes de cantantes de recitales.
Cuenta el gran acompañante de recitalistas Gerald Moore —quien tocó con Chaliapin en varias ocasiones cuando era un joven pianista— que el ruso hacía su mejor labor cuando cantaba en su idioma natal, donde sus distorsiones intencionales procedían de una afinidad innata con el estilo, el texto y el lenguaje rusos. Cuando cantaba en alemán, sin embargo, el pianista debía estar siempre alerta “para lo inesperado, lo improbable y lo impropio”. Pero Moore concede que hasta el admirador más ferviente de Schubert o Schumann se dejaba llevar por el arte dramático de Chaliapin y su poder persuasivo de sugestión".
(Gerald Moore, sufridor de Chaliapin)
En efecto, Gerald Moore señala en sus memorias ("Am I too loud?") que tocar con Chaliapin le producía una gran angustia, porque éste le había pedido que preparase 200 (!) canciones distintas para una serie de recitales y nunca sabía a priori cuáles iba a interpretar...
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De todos modos, indica Moore, "al final terminé acostumbrándome y, además, solía cantarmás o menos las mismas, y siempre, pasase lo que pasase, la canción de los bateleros del Volga".
Esta canción popular (la de los bateleros) se convirtió en un hito en su carrera, popularizándola al extremo en Rusia y en otras partes de Europa. Con ella comenzaremos estas audiciones, que incluirán Lied y canciones de todo tipo.
Antes de empezar con las audiciones, no me resisto a dejaros la receta del cóctel "los bateleros del Volga", para que amenicéis las escuchas...
Ingredientes:
- 3/4 de onza de vodka
- 3/4 de onza de brandy o de galeano
- 3/4 de onza de jugo de naranja
- 1/4 de onza de granadina o jugo de cereza
- Hielo
Preparación:
Mezcle los ingredientes en coctelera con hielo y sirva en copa de coctel previamente enfriada. Puede decorar con una rodaja de ciruela o con cereza verde.
Imaginaos que estáis en uno de aquellos aleatorios recitales de Chaliapin, con éste diciendo de repente (como relata Moore): "número 45...señores...número 45"...
Säpphische Ode de Brahms
Sapphische-ode
Canción de la pulga de Mussorgsky
Pulga
In questa tomba oscura de Beethoven
Beethoven
Dos interpretaciones anti-liederísticas de dos Lieder de Schubert:
Der Doppelgänger (con una orquestación de lo más siniestra y una interpretación muy operística, como si cantase la Mujer sin sombra o algo así)
Doppelganger
Der Tod und das Mädchen (idem)
Tod
Y dos canciones populares:
-"Volga abajo" (con impresionante pianissimo final)
Volga-abajo
-...y, por supuesto, "los bateleros del Volga"
Bateleros
Siguiente (y último) capítulo de este serial: "Chaliapin en vivo". A ver si lo publico antes de que se acabe esta semana y dedico el resto del mes al resto de ruskis (Kozlovsky, Reizen, Ivanov, Pirogov, Lemeshev revisitado etc).