Y ahora os rompo a todos con la siguiente audición de Lemeshev.
Lo que hace especial a esta grabación es lo siguiente: a finales de los 50 Lemeshev se encuentra enfermo. El diagnóstico médico es claro. Tiene cáncer. Inmediatamente, es operado y se le extirpa un pulmón.
Por un tiempo se creyó que aquello era el fin de la carrera de nuestro tenor. Pero el bueno de Sergei se esforzó por superar algo tan traumático a nivel físico (y psicológico). Y siguió cantando, aún sin un pulmón y, por tanto, con sus facultades físicas mermadas.
He colgado en mis dominios una canción grabada con posterioridad a este trauma. Se trata de la canción de cuna de Tchaikovsky "Duerme, duerme, mi niño". En ella, un Lemeshev sesentón y con el referido impedimento físico se las arregla para ofrecernos un canto dulce, celestial y a falta de un par de pulmones, le echa un par de otros órganos para lanzarse a un pianissimo sobrecogedor (3:30) que habría hecho quebrar la voz de tantísimos tenores en plenitud pero que él logra mantener, hermoso y tiernísimo, como si acariciase con la voz al niño al que va dirigido la canción.
La letra dice (como siempre, traducción libre):
Duerme, duerme, mi niño
Ten dulces sueños
Tienes como guardianes el viento, el sol y el águila.
El Águila voló a su casa,
el sol se escondió bajo las aguas
Y tres noches más tarde
El viento voló junto a su madre.
La madre del viento le pregunta:
¿Dónde has estado este tiempo?
¿Has estado peleándote con las estrellas?
¿Has estado jugando con las olas?
No, no he estado peleándome con las estrellas
No he estado jugando con las olas.
He estado guardando a un niñito
y meciendo su pequeña cuna.
Duerme, duerme, mi niño
Ten dulces sueños
Tienes como guardianes el viento, el sol y el águila.
Un documento que a mí me pone los pelos de punta y que voy a dedicar al "mudito", para que se emocione conmigo...