Peter Quint escribió:
Aparte, el tema de la continuidad estética. Creo que lo que hace al canto francés tan "líquido" (no encuentro mejor palabra) es esa mezcla de fonemas propios (vocales estrechas y topo tipo de consonantes "blandas"), una estética tirando a decadente, la sugerencia por encima de la afirmación... que hizo que su metabolización del romanticismo, primero, y del realismo, después, fuese un tanto peculiar. Ahí sí veo la continuidad a la que se refiere Spi y que creo que simplifica mucho el debate.
Gracias por resumir mi postura con tanta claridad.
En efecto mi idea es que se impone una continuidad estética frente a una revolución/evolución de la técnica, que a la postre es secundaria, si tomamos el caso de Thill como punto de llegada de una escuela de canto.
Siddharta escribió:
Si alguien puede explicar por qué la escritura de Arnaud está impregnada de un estilo francés de canto (
), con ejemplos, estaré encantado. El
lirismo evocador no es privativo de la ópera francesa, es más, es la esencia del belcanto.
Lo que quiero entender (y lo digo con verdadero espíritu padawan) es en qué se diferencian Arnoldo y Arturo, y en qué se parecen Arnoldo y Faust ( ). O, siguiendo lo que decía Spinoza, cómo afectan las escrituras para tenor de Boïeldieu, Auber... (incluso Spontini o Cherubini, como decías) en el Arnaud de Rossini. Porque si no, estamos discutiendo sobre la nada. Yo no tengo respuesta. ¿Podríais explicarlo?
No pides tú ni nada... joe... eso es tema para una tesis completa, y probablemente imposible, porque hay una carencia de partida, documental, para establecer cómo cantaban de hecho Nourrit y Duprez. Además, habría que documentarse a fondo y ver qué tenores cantaron el repertorio francés durante todo el siglo, qué técnicas manejaban, qué respuesta obtenían del público y de los propios compositores.
Pero independientemente de que responder a todo eso es imposible aquí y ahora, y compartiendo la idea de que con las audiciones todo se irá aclarando, espero, sí quiero decir claro que yo estoy hablando aquí a partir de intuiciones y partiendo de un determinado bagaje (limitado y quizá insuficiente) de audiciones. No soy doctor en historia de la ópera francesa, pero a partir de esas audiciones, desde Auber, Spontini y Cherubini, hasta Berlioz, Meyerbeer, Gounod y Massenet, sí tendría más o menos claro un conjunto de rasgos que definen esa estética del canto francés y que, por cierto, no coincide sensu strictu con la propia del belcanto, porque en el caso francés no hay como en el italiano una mera búsqueda del sonido bello a través del ornamento, sino que esa búsqueda se conduce específicamente a través de la palabra (proximidad la declamado, un canto más articulado en los labios que en el paladar), y no tanto al servicio de un canto hermoso, luminoso, rutilante, sino más bien al servicio de una entonación melancólica, más próxima a la chansson, algo cariacontecida, apesadumbrada, por cuanto a la línea de canto y al fraseo se refiere (no hablo pues de la pura psicología de los roles, sino de como esta se traduce). Podré estar equivocado de principio a fin, pero creo que no es vano el intento por exponer la idea de que la continuidad estética se impone sobre la revolución/evolución técnica si hablamos de repertorio francés, y que Thill es un ejemplo importante a este respecto.