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Qué opinión te merece Giulietta Simionato?
Giulieta.... Giulietta...... Giulietta............... me suena... 3%  3%  [ 1 ]
ah, si, la Simionato... voz de comprimaria.... no debió nunca dejar esos roles... 0%  0%  [ 0 ]
una cantante interesante.... pero no una de mis favoritas 13%  13%  [ 4 ]
uno o dos roles, no más... el resto, no me interesa 0%  0%  [ 0 ]
una cantante magnífica, en todas sus interpretaciones 19%  19%  [ 6 ]
magnífica, maravillosa, soberbia en todo lo que hizo 13%  13%  [ 4 ]
soberbia, magnífica, absoluta, no solo maravillosa, si no también HISTÓRICA 52%  52%  [ 16 ]
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 Asunto: GIULIETTA SIMIONATO - la cantante del mes de febrero '05
NotaPublicado: 14 Feb 2005 19:49 
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Nota Preliminar:
pido disculpas por un lado, por el enorme atraso, pero en realidad, estoy bastante loco (más de lo normal :roll:) ..... y por otro lado, pido disculpas por que por ahí no es todo lo elaborado que me hubiera gustado, pero, bueno, ACÁ TA, finalmente :D :D
sabrán disculpar :wink:

beshos

simon :smoking:


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Giulietta Simionato
n. 12 de Mayo de 1910 -
Imagen

Nuevamente, en el momento de presentar a una gran mezzosoprano, temo no poder ser objetivo del todo, sabrán disculpar :wink:
Se trata de una de las mayores cantantes del siglo XX, que no solo pasa a la historia por sus dotes artísticas, si no por lo que significa para la historia de los cantantes.
Es importante ubicarla temporalmente. Giulietta Simionato es el puente entre Ebe Stignani y Fiorenza Cossotto, en lo que a la corona de mezzosopranos italianas se refiere. Mientras Stignani quemaba sus últimos cartuchos, Simionato estaba comenzando su plenitud, y se retiraba en los años en que Cossotto debutaba. Tuvo 35 años de carrera ininterrumpida, llevados adelante con gran esfuerzo. Fue contratada por la Scala de Milán en 1935 para cantar todo tipo de roles comprimarios, y ser doble sin función (cover) de roles protagónicos, situación que duró durante años. Fue relegada a cantar un sinnúmero de Lolas, Martas (de Mefistófeles), Mammas Lucías y Maddalenas, hasta que finalmente, y gracias a una interpretación de Mignon, (y pese a que ya había cantado muchos roles protagónicos en teatros de provincia e incluso en el exterior), recién La Scala comenzó a considerarla una artista con capacidad para abarcar roles protagónicos y coprotagónicos.
Supo durante toda su carrera utilizar todas las gamas de su voz y de su sensibilidad, pero además, dejó muchos legados enormes a la historia. Simionato es, me atrevo a decir, a las mezzosopranos, lo que Callas a las sopranos. No solo fue la primera en revalorizar un repertorio mozartiano que estaba olvidado, no solo revalorizó personajes y obras de Cimarosa y Donizetti, si no que además, fue la primera en devolver a las mezzosopranos, los roles protagónicos de Rossini, que o bien habían desaparecido del repertorio (como Arsace, de Semirámide), o habían sido tomado por las sopranos (como la Rosina de El Barbero), y todo esto, mientras además abarcaba las partes más dramáticas para mezzosoprano verdiana. Personalizó al mismo tiempo roles como Leonora de La Favorita, Charlotte de Werther, Romeo y Adalgisa, para ser incluso, con casi sesenta años, la Azucena de Karajan. En la Scala, en un mismo año, fue por ejemplo, Valentine en Los Hugonotes (un rol para mezzosoprano falcon), y Arsace (un rol para contralto de coloratura). Recibió en Salzburgo 20 minutos de aplauso luego de su interpretación de Éboli en 1958. Fue una gran diva, o al menos, todo lo gran diva que puede ser una mezzosoprano en la ópera. Restituyó roles a su cuerda, desenterró roles perdidos, y es lo más cercano que podemos conocer a una “mezzosoprano absoluta” en la historia de la ópera.
En la comparación con cualquiera de sus colegas, saltan las evidencias. Hay quien le niega el brío espumoso de una Supervia, pero ella no cantaba Amneris… Hay quien le niega la aspereza de una Barbieri en Laura, pero Barbieri no mantuvo la integridad vocal de Simionato por 35 años. Hay quien prefiere la voz penetrante y acerada de Cosotto, pero esta no ha expresado nunca la sensualidad de la Dalila de Simionato, ni la ternura amorosa de su Charlotte, ni la grandeza de ésta en los roles trasvestidos de Rossini :wink: Hay quien extraña la opulencia de la Stignani, pero ella nunca pudo hacer ni Dido, ni Margarita, ni acercarse demasiado seriamente a Donizetti o Bellini. Hay quien prefiere la lascivia de Bumbry, pero Bumbry nunca se acercó ni a Mozart ni a Rossini. Se reprochó que su Carmen era demasiado lírica, pero ni Ebe Stignani y Fiorenza Cossotto pudieron igualarla, sin embargo. Pocos podrían pensar en compararla con Marilyn Horne, tan diferentes como son de timbre y temperamento, y sobretodo, porque una Simionato nacida en 1929 hubiera sido otra, como lo hubiera sido una Horne nacida en 1910.

Además, escénicamente, tenía la posibilidad de dar diversa verosimilitud a sus roles, pudiendo ser creíble como rival de Aída o Elisabetta de Valois, como Carmen y como Mignon, y sobretodo, de llevar también el vestuario de los trasvestidos Arsace, Romeo, Cherubino y Orfeo, sin olvidar su furtivo pero notable Zanetto en La Scala.

En los años 40, era Giulietta Simionato, y solo ella, la mezzosoprano capaz de responder al llamado de Mozart, Cimarosa, y sobretodo, de Rossini (cantó Rosina, y Arsace). Creó la vara con la que mediríamos al resto de las mezzosopranos, se convirtió en referente ineludible, abarcando todos los estilos y todos los compositores.

Que lamentar, solo tres cosas:
- la costumbre de los teatros en esa época, de interpretar todas las óperas en italiano, sin importar el idioma original, lo cual han dejado legado de su repertorio francés, pero cantado en italiano…. Lo que hace más ardua, hoy por hoy, la escucha de algunas de sus grandes creaciones, como Carmen, Dalila, Charlotte o Mignon (rol que la lanzó y afianzó en la fama).
- Temporalmente, es posiblemente la generadora del “revival” de rossini que hoy vivimos, en el sentido que fue la primera que hizo un esfuerzo por llevar a Rossini a sus verdaderas fuentes. Por supuesto, el camino después de eso ha sido muy largo, y, analizados en abstracto, la mayoría de sus roles rossinianos pueden parecernos hoy demasiado pesantes, demasiado líricos (con la honrosa exepción de su Isabella en L’Italiana in Algeri), pero hay que entender, sin embargo, que es un camino que estaba iniciando, que inició ella, y que de no ser así, quizás aún no se hubiera iniciado.
- La incomprensible apatía de las casas discográficas en la época, que nos dejaron (por motivos que desconocemos), sin registro comercial de algunos de sus mejores roles. Así, no hay grabaciones comerciales de su Éboli, su Charlotte, su Leonora o su Adalgisa (por nombrar algunos). Afortunadamente, hay gran cantidad de tomas en teatro, que nos permiten escuchar, además de los nombrados, su grandeza escénica en roles como la Princesa de Bouillon, Margarita y tantos otros roles.


BIOGRAFÍA

Nació en Forlì, el 12 de Mayo de 1910, tercera hija de Felice Simionato y Giovanna Maria Traddaiu Barroccu. Sus padres se mudaron a Forlì, cuando todavía su madre estaba embarazada de Giulietta, transferidos por razones laborales del padre, funcionario del gobierno. Por motivos de salud de la madre, regresaron poco después de nacida Giulietta a Cerdeña nalta, esperando que el clima fuera más favorable para la madre.
Giovanna Maria Simionato, poco expresiva por temperamento, era también súmamente severa. Giulietta dice no recordar haber recibido nunca un beso, pero sí recuerda el rigor militar con el cual fue educada junto a sus hermanos, y que dejaron improntas contrastantes en los caracteres de los hijos. Para castigarlos de las travesuras infantiles, la madre no dudaba en empuñar la fusta, una especie de gato de nueve colas, confeccionado personalmente por ella y compuesta por numerosas cuerdas, que usaba sin economía sobre las piernas de sus hijos. Para evitar estos castigos, Regina y Carlos (los hermanos de Giulietta) incitaban a Giulietta a tirar la temida fusta en el poso, sabiendo que la niña, a causa de su corta edad, no sería castigada. La niña aceptaba siemrpe la invitación de los hermanos, y cuando después la madre le preguntaba qué había pasado con la fusta, la niña barría los ojos y no respondía. Sin problema, Giovanna confeccionaba rápidamente otra fusta y volvía a castigar a los pequeños culpables.
Felice Simionato tenía en vez una dulzura extraordinaria, casi incompatible con su profesión, que hubiera requerido quizás de la intransigencia de su mujer. Era el último de 24 hijos y sus padres habían decidido que debía acoger la carrera eclesiástica. Así se unió al Seminario en Venecia, pero, en el momento de tomar los votos, escapó del colegio y huyó a Cerdeña, donde se adaptó a todo tipo de oficios, hasta llegar a ser guarda carcelario. Solo a fuerza de un gran sacrificio, no renunció a estudiar y consiguió un título de jurisprudencia. Seguidamente, vencedor en un concruso, ganó el cargo de director en el mismo instituto carcelario donde había prestado servicio como simple guardia.
Giulietta era una juguetona salvaje, feliz solo fuera de su casa. Cuando volvía a estar entre paredes, tenía la impresión de estar en una jaula. En esos momentos, no encontraba pasatiempo mejor que repetir las canciones entonadas por la hermana Regina, suscitando sin embargo las protestas de ésta, que juzgaba estridente su voz. Pero Giulietta no se daba por vencida y, encerrada en alguna habitación, cerradas puertas y ventanas, continuaba impávida las imitaciones canoras.
En 1918 Felice Simionato fue transferido a Rovigo y llevó consigo a su familia, esperando que la salud de su mujer no se resintiera nuevamente con el cambio, como había sucedido en Forlì. Fue en Rovigo que Giulietta asistió al Instituto Silvestri, de las Hermanas de María Bambina, donde hizo sus primeros estudios y recibió lecciones de bordado, cocina, pintura y piano. Las hermanas advirtieron rápidamente las aptitudes artísticas, sobretodo vocales, de la niña, y le enseñaron a recitar poesía y monólogos. Incluso los primeros rudimentos del canto, Giulietta los recibió en el colegio. Las hermanas la instruyeron para abrir bien la boca, dado que estaba acostumbrada a cantar con los dientes apretados, como acostumbraban los vendimiadores sardos, obligándola a mantener entre las muelas un terrón de azúcar, que por un tiempo le procuró una dolorosa sensación en la mandíbula.
Como el Instituto Silvestre organizaba también conciertos de beneficencia, señalaron a la pequeña Giulietta al maestro Guido M. Cremesini, director del Liceo musical local “Francesco Venezze”, seguras de que esa robusta vocecita habría encajado bien en el coro que el maestro estaba formando para una presentación en la iglesia. Hubicada entre las sopranos segundas, la pequeña se hizo notar por la perfecta entonación de un sol agudo, que ninguna de sus compañeras podía alcanzar. Giulietta, al darse cuenta que estaba sosteniendo la nota sola, enmudeció asustada, y se reusó a volver a darla, pese a la insistencia del maestro, como si se avergonzara.
Cremesini, que era un instructor de coro óptimo, intuyó rápidamente las cualidades vocales de la pequeña, y propuso a la señora Simionato enseñarle a Giulietta canto. Pero Giovanna Maria respondió secamente, en un tono que no permitía réplicas: “antes de convertir a mi hija en una mujer de teatro, la mato con mis propias manos”. Así, mientras vivió la madre, no se habló más de canto.
En 1924 la señora enfermó gravemente de bronquitis. Postrada en la cama durante un año y medio, reusó todo el tiempo cualquier tipo de medicina, curaciones y médicos, hasta que falleció, el 13 de mayo de 1925. Después de la muerte de la madre, el maestro Cremesini, que no había abandonado el proyecto de instruir a Giulietta en el arte del canto, repitió su propuesta al padre de la niña, el cual opuso su absoluta negativa, sosteniendo querer respetar la voluntad de su mujer, apenas desaparecida.
Al inicio de 1927, el Dopolavoro di Rovigo organizaba una pequeña temporada musical. Faltaba una voz que pudiera interpretar el rol protagónico de “Nina non far la stupida” de Arturo Rossato y “Ostrega, che sbrego !” de Arnaldo Fraccaloni. Nuevamente, fue consultado el padre de Giulietta, para que consintiera que su hija asumiera el encargo. Como no se trataba de emprender una carrera de cantante, si no solo tomar parte en estos dos trabajos, no se opuso. Como condición, solo acompañar él mismo a la hija a los ensayos al Teatro Sociale di Rovigo. Fue en uno de esos ensayos que el barítono Albanese, que en esas épocas hacía Rigoletto, escuchando a la joven Giulietta profetizó: “Esta es una voz que, convenientemente educada, un día hará caer los teatros por los aplausos. Hay que tenerla realmente en cuenta”. La crítica la consideró de igualmanera “ La Simionato es una voz graciosa y flexible, y una inteligencia viva. Ha sido una Nina deliciosa”.
Luego de este éxito, primero el maestro Cremesini, y luego el maestro Lucatello (director de la banda local, además de maestro de canto y considerado por Giulietta un genio) insistieron a Felice Simionato para que consintiera que su hija estudiara canto. El al fin cedió, y la confió a Lucatello. Éste buscó educar la voz, pero sin alterar la naturaleza. Un día le dijo : “Recuerda que algunos te dirán que eres soprano, en cambio, aun teniendo una voz muy extensa, eres mezzosoprano. No te dejes engañar.” Giulietta siempre le estuvo agradecida. Sin embargo el maestro también le dio otro consejo: el de suspender los estudios de piano y solfeo, porque según él aprendía con tal velocidad de oído, que no tenía necesidad de nada más. Giulietta consideraría más tarde un grave error haber seguido ese consejo.
Lucatello mientras tanto, la hacía cantar en los pueblos cercanos a Rovigo, para que comenzara a tomar confianza con el público. Cuando luego tuvo un nuevo cargo en Crespazo del Grappa, le confió a su alumna al maestro Guido Palumbo, que vivía en Padova, donde era instructor de coro y maestro de canto. Así, durante un año y medio Giulietta se trasladó de Rovigo a Padova. Después de lo que, por un breve período, estudió sola; para finalmente ir a Venecia para pasar un cierto número de partituras bajo la guía de la señora Tandura. Cuando todavía era alumna de Palumbo, interpretó en 1932, en el Teatro Verdi de Padova, el rol de Magdalena en Rigoletto y en el teatro de Montagnana (ciudad natal de Pértile y Martinelli) el de Lola en la Caballería Rusticana junto a Rosina Sasso (Santuzza).

En 1933, Giulietta se entera por el diario che el Teatro Comunal de Firenze tendría un concurso de canto. Consultó con el maestro Palumbo, y escribió una carta también al maestro Lucatello, recibiendo consejos encontrados: el primero de hecho le aconsejó no presentarse, mientras el segundo se declaró seguro de su triunfo. Confiada en esta última opinión, se inscribió junto a otros 385 concursantes, 18 de los cuales eran mezzosopranos, y superó la primera y la segunda eliminatoria. La prueba final consistía en tres conciertos, con la participación de once cantantes, cada uno de los cuales cantaba dos arias. Las mezzosopranos que habían quedado, eran tres, una por concierto; en el último, Giulietta canta primero el aria de Mignon, y luego la de La Favorita. El ilustre jurado, precedido por Umberto Giordano (el compositor de Andrea Chenier), era compuesto por Salomea Krusceniski, Rosina Storchio Alessandro Bonci, Tulio Serafín, Vito Farsi y Amadeo Bassi. Este último, escuchando a la joven concursante, no se privó de darle un frenético aplauso, recibiendo así una observación del maestro Serafín, que le hizo notar que de esa forma había develado su preferencia.
La Simionato ganó el concurso, y obtuvo un diploma y un premio de 5000 liras. Las promesas de una brillante carrera, estaban allí.
Poco después del concurso, el maestro Serafín la invitó a través del maestro Pietro Fabbroni, secretario artístico de La Scala, para una audición. La voz de Giulietta fue considerada inmadura, amarga y le fue aconsejado estudiar y volver a presentarse dos años después.
Mientras tanto, el 17 y 18 de octubre de 1933, el Teatro Toniolo de Mestre ofreció a Simionato, como ganadora del concurso, la participación en dos funciones de La favorita, junto al tenor Malipiero. Pero una molesta traqueítis le impidió cantar, y las dos funciones se suspendieron.
Siempre en Firenze, el 5 de enero de 1934, en el Teatro Della Pergola tuvo el rol de Maddalena, y el 19 de marzo del mismo año, el de Lola, junto a Sara Scuderi, en el Teatro Comunale di Treviso. Su periplo por las provincias fue en ese entonces intenso, y comenzó a interpretar muchos de los roles que luego la consagrarían. El 13 de enero de 1935, en Trípoli y Tunusi, interpretó a Adalgisa en Norma, y poco después el rol de Marina, en Boris, interpretado éste por el bajo Cinino. En esa misma temporada, se presentó, entre otras, en las óperas Un Ballo in Maschera, L’Amico Fritz, Madama Butterfly, Andrea Chénier, Mignon y Adriana Lecouvrer. Sobre este último rol, el crítico de L’unione escribió: “hemos encontrado que la Principesca di Bouillon posee una elegancia formidable, sea desde el punto de vista vocal, o el de la figura. Lo interpretaba Giulietta Simionato, a la que podemos predecirle un futuro radiante, porque tiene una voz fuera de lo común”.
Finalmente, en 1935, luego de haber cantado en varios teatros de provincia, Simionato vuelve a hacer su audición para la Scala. Fue contratada, y tuvo que firmar un contrato que la comprometía para la temporada 1935-36, y que la obligaba a estudiar, sin posibilidad de quejarse, cualquier parte que le fuera confiada, y debía estar pronta a sustuir a una colega, sin aviso previo.
En cartel estaban Suor Angelica y Parsifal. Según ese contrato, debía estar preparada, como doble, para cualquier parte de comprimaria, sin protestar. Debía estar presente también en todos los ensayos, a piano, de sala, de escena, de orquesta y de escenario. Debutó el 29 de enero de 1936, como La Maestra de las Novicias, en Suor Angélica.
El contrato preveía un compromiso de tres meses para el primer año, y de seis para el segundo. La compensación era de 2400 liras al mes, suficiente para vivir, aunque debía juntar en el invierno para el verano, época en la que no habían funciones. La Simionato recuerda: “Podría haber predido adelanto de las quincenas, pero era demasiado orgullosa para hacerlo. Recibía así la quincena vencida, con el resultado de que, algunas veces, ya en el día 12 o 13 me veía obligada a saltar comidas. Cuando después llegaba el día de paga, era una fiesta. Me presentaba calma y alegre a recibir cuanto me correspondía, y apenas recibido y el dinero, corría escaleras abajo y me precipitaba en el bar más cercano para tomar un capuchino y un bollo, evitando así desmayarme del hambre”.
Le quedarían por delante, una gran cantidad de roles comprimarios y poco gratificantes, (la Schiava en Francesca da Rimini, Maddalena, y nuevamente Lola), aunque también su primer Preziosilla. También recibió, en Noviembre de 1938, la invitación de Serafín (al que hacía un tiempo que no veía), para la parte de Puck en Oberon. Poco después recibió el contrato, para su debut el 26 de marzo de 1940.

En 1938, ocurrió un hecho que quedaría en la memoria de la cantante. En La Scalla se presentaba Mignon y la Simionato tenía la parte de Federico: un rol bastante importante, para ella que todavía estaba en el inicio de su carrera. Giulietta cuenta: “ Para mi era importante sobretodo el segundo acto. Terminada mi parte allí, volví a mi camarín, con una cierta sensación de alivio. Pero aquí cometí un error terrible: en vez de ponerme el vestuario para el tercer acto, me puse mi ropa y volví a mi casa; mientras me sacaba el maquillaje, prendí la radio y escuché la transmisión de Mignon. Ahí me di cuenta con terror que, en el punto en que debía cantar yo, había un vacío. Me sentí morir y, por el miedo, me subió la fiebre. En el tercer acto debía cantar solo dos o tres frases. El día siguiente no tuve el coraje de presentarme en el teatro. Recibí los reproches de todo el mundo, hasta del portero.”
La actividad de la Simionato siguió igual con el transcurso de los años. Flora en La Traviata en Tormo (junio de 1939), Dimitri en Fedora, Maddalena en Rigoletto, Beppe en L’Amico Fritz en el Comunale di Firenze (octubre de 1939). Esta última ópera la vio de regreso al la Scala dos meses después con dirección de Antonio Guarnieri. El episodio es célebre: la titular del rol de Beppe renunció a último momento. Entre las cinco mezzosopranos llamadas para sustituirla, Guarnieri eligió a Giulietta: y fue un suceso.
También en 1939, fue llamada por la Scala para sustituir a Cloe Elmo, que debía cantar Hansel y Gretel en la matinée y Adriana Lecouvreur en la noche. A la dirección del teatro, este doble compromiso le pareció demasiado fatigoso para una intérprete, y por eso le pidió a Giulietta que estudiara la parte de Hansel, lo que hizo en una semana. Luego no se hizo nada, porque la Elmo decidió mantener las dos partes.

Entre zuzukis, emilias, lolas, maddalenas, Megs, y demás comprimarios, pasaron los años siguientes también.

En 1945, la soprano Marisa Morel (Merlo, en anagrama), una de las siete vencedoras del concurso de Firenze, y que Giulietta no había visto desde entonces, le hizo una propuesta fundamental para su carrera. La Morel residía en Svizzera, y además de cantar, se dedicaba también a la règie y en 1941 había for+mado una compañía propia. Ofreció a Giulietta dejar la Scala y unirse a su compañía, como Dorabella en el Così Fan Tutte, en cartel en el Teatro de Ginebra, en octubre de 1945. Fue el primer gran suceso de la Simionato. Conmovida por el entuciasmo del público, no se animaba a agradecer a escena abierta, temiendo salir del personaje: solamente la insistencia de la Morel, que cantaba con ella, la convenció para hacer un gesto de cortesía, durante el transcurso de la funcion.
Así en el período de octubre de 1945 hasta los primeros días del 47 encontramos a Giulietta en las ropas de Dorabella y también de Fidalma en El Matrimonio Segreto de Cimarosa, bajo la dirección de Otto Ackermann en Ginebra, Torno, Lione, París, Bologna y Barcelona. En el mismo año, en Ginebra y París, interpretó los personajes de Quickly (Falstaff) y Ulrico (Ballo in Maschera), partes que en un primer momento no quería aceptar, juzgándose poco segura en el registro grave. (En Ginebra, en el 46, tuvo como colega a Mario del Mónaco en Ballo in Maschera, que comenzaba su carrera internacional). Para convencer a Giulietta a cantar Quickly y Ulrica, roles que todavía no tenía en repertorio, la Morel se prodigó de todas maneras y la llenó de consejos, como la regla prudencial de hacerse de una larga siesta la tarde antes de la función, y mantenerse callada lo más posible. Giulietta se mantuvo siempre agradecida a esta colega, que fue la primera en ofrecerle espontáneamente roles imortantes, ayudándola a confiar en sí misma. Formó parte de su troupe hasta el 8 de noviembre de 1950, cantando un matrimonio segreto dirigido por Giannandrea Gavazzeni.

Poco después de las Dorabellas y las Fidalmas, con la troupe de Morel, se realizó un nuevo cambio en la carerra de Simionato, más trascendental aún. En la Scala, había sido nombrado director artístico Tulio Serafín, que en 1940, durante los ensayos de Oberon, le había aconsejado repetidamente a Giulietta estudiar Cenerentola. Cuando luego del suceso de Génova, Giulietta vio que en la cartelera de la Scala se presentaba Così fan Tutte, Hansel y Gretel y Cenerentola, recordò lo que el maestro le había dicho años antes, y pensó que quizás le habría confiando las funciones de esa última ópera. Pero cuando fue a saludarlo a la Scala, se enteró que en el Hansel y Gretel, y en Cenerentola, habían contratado a Fedora Barbieri. Así que debió contentarse con Così fan Tutte, que cantó en La Scalla, en 1947, junto a Tatiana Menotti y Suzanne Danco.
Después de la primera función de la obra maestra mozartiana, el maestro Serafín fue a su camarín y le dijo: “Ud. no ha hecho progresos solamente, ud. ha hecho saltos mortales. Detrás de esta Dorabella veo grandes posibilidades” Y le ofreció cantar Carmen, lo que Simionato reusó, porque todavía no se sentía lista y madura para ese rol. Estaba conciente de no haber encontrado el camino justo para el registro grave, del cual no había profundizado la técnica.
Finalmente, llegó en el mismo 1947, el verdadero triunfo en La Scala, donde había sufrido tanto. No es exagerado decir que su Mignon en la Scala, el 2 de octubre de 1947, ha sido histórica.

A partir de ahí, el triunfo le sonrió siempre, y la llevó por todo el mundo, desde América a toda Europa, junto a los mayores intérpretes de su generación, en los mas variados roles del repertorio.


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NotaPublicado: 14 Feb 2005 20:53 
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Theatrum Psychotechnicum
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vote por la 5.

Me parece una magnifica mezzo, tengo ademas la oportunidad de verla a menudo por aqui, sea en master clases que por conciertos. Es de las pocas cantantes que sabe hablar de canto y de opera.

En su dia las mejores interpretaciones de belcanto, para mi gusto, se las lleva ella. Meto el repertorio frances tambien.

Simon una biografia muy buena pusiste, enhorabuena!! :wink:

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NotaPublicado: 15 Feb 2005 3:06 
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Pala de Granjero
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"magnífica, maravillosa, soberbia en todo lo que hizo"

Mi voto para esa opción.


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NotaPublicado: 15 Feb 2005 12:11 
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Neno
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Andrea escribió:
"magnífica, maravillosa, soberbia en todo lo que hizo"

Mi voto para esa opción.


Idem :D


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NotaPublicado: 15 Feb 2005 12:35 
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Que buena la presentación, Simón!!!

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Cleo


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No puedo votar porque le he escuchado poco. En todo caso, nunca pensé que tuviera un repertorio tan amplio.
Fue Arsace? Y su Semiramide quién era? La Tebaldi?


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NotaPublicado: 19 Feb 2005 11:26 
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Magnifica presentación ¡¡¡ :aplauso:

Voté por la última opción: no tengo duda de que es una cantante que pasa a la historia como una de las mejores mezzos del siglo XX (de las 5 mejores).

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Sans parler du positif, je suis vieux, mais je suis vif.


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Tras mucho pensar, y teniendo en cuenta que lo mio es más una cuestión de gusto más que de conocimientos técnicos, he votado por la tercera opción.

Il Frate


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NotaPublicado: 02 Mar 2005 21:07 
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He votado por "una cantante magnífica, en todas sus interpretaciones"

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El tiempo es algo singular: Mientras pasa sin más la vida, no es nada en absoluto. De pronto, solo le sentimos a él, a nuestro alrededor y en nuestro interior, fluyendo una y otra vez por nosotros, por nuestros rostros, como un silencioso reloj de arena.


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 Asunto: No me animo a votar
NotaPublicado: 26 Sep 2005 22:11 
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No me animo a votar porque conozco muy poco de ella, solo la he escuchado en algunas grabaciones, tengo un CD con una versión Adriana Lecouvreur de la Orquesta y Coro de la Accademia de Santa Cecilia de Roma dirigida por Franco Capuana con Renata Tebaldi, Mario del Mónaco, y Guilio Fioravanti grabada en 1961, en la cual ella canta el rol de la Princesa de Bouillon que me gusta mucho, también la tengo en Cavalleria Rusticana como Santuzza con Mario del Monaco, como Cenerentola en La Cenerentola, como Azucena en Il Trovatore con Renata Tebaldi y Mario del Monaco, como Ulrica en Un Ballo in Maschera con Carlo Bergonzi y Birgit Nilsson, y como Maddalena en Rigoletto con Mario del Monaco, Hilda Gueden y Aldo Protti, pero eso es todo lo que conozco de ella, no es mucho, a mi parecer,no podria opinar demasiado. Interesante todo lo que leí, por hoy no voto.
Jalu


Última edición por Jalu el 27 Sep 2005 2:38, editado 1 vez en total

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NotaPublicado: 27 Sep 2005 0:28 
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Voto la 7ª .ImagenImagen Por cierto, fue Simionato la que dijo (ma o meno)la perfeccion no existe,pero lo que más se le parece es Alfredo Kraus.Imagen


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NotaPublicado: 27 Sep 2005 0:48 
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Pala de Granjero
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Dijo que había dejado de creer en la perfección hasta que escuchó a Kraus creo que haciendo Fausto.


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Registrado: 24 Mar 2004 2:15
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Jalu:

si vas a gmail (la página de e-mails), entrando con el nombre de usuario "elcantantedelmes" y con la contraseña de "operaactual", vas a encontrar:


Rossini - Il Barbiere di Siviglia - aria y dúo con el barítono
Rossini - La Italiana in Algeri - aria y dúo con el barítono (taddeo) (en tres partes el dúo)
Donizetti - Anna Bolena - Dúo con la soprano (en dos partes)
Cilea: Adriana Lecouvrer - aria de la principessa de bouillon
Ponchielli - La Gioconda - Aria y dúo con la soprano
Verdi - Il Trovatore - Aria y escena con el tenor
Verdi - Un Ballo in Maschera - Aria de Ulrica
Verdi - Rigoletto - Terceto de la tormenta
Verdi - Aída - Escena con el tenor (en dos partes)
Bizet - Carmen - Habanera y Aria de las Cartas
Thomas - Mignon - Aria

para que puedas conocerla :nw: y votar :D

beshos

simon :smoking:


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NotaPublicado: 05 Oct 2005 5:48 
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Registrado: 10 Sep 2005 1:10
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Gracias Simon, l :D lo voy a hacer
Jalu


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NotaPublicado: 05 Oct 2005 15:02 
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dominios Boccanegra!! :wink:

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