La guerra que todo lo ensucia
A finales de Mayo de 1938 emprende una gira por Australia, durante la cual se siente agotada. En Agosto, sin embargo, se reconcilia con su hija lo cual le devuelve nuevas energías. Da conciertos en Hollywood, Oslo, Estocolmo y Paris. A su vuelta a Nueva York, celebra sus
25 años de carrera cantando la
Brünnhilde de Götterdamerung en el Met e invitando despues a una fiesta en un restaurante a absolutamente todo el personal del teatro.
1939 comienza con el mismo ritmo agotador. Sin embargo sus planes para los próximos años ya muestran su intención de pisar el freno, primero dejando de cantar en Estados Unidos progresivamente y después retirándose. Conciertos de caridad, el programa del Met, vacaciones en Noruega, mas conciertos, varias apariciones en la ópera de San Francisco, con su compañero
Lauritz Melchior....
El 1 de Septiembre es declarada la
Segunda Guerra Mundial. Noruega se declara neutral lo que no le vale de mucho: el 9 de Abril de 1940 es invadida por las fuerzas de ocupación alemanas, lo cual frustra los planes de Kirsten de volver a su casa con su marido, que si se encuentra allí.
Comienza a encontrar protestas al principio tímidas por la orientación sobre todo wagneriana de sus conciertos. Durante un concierto de caridad para el Hospital Noruego de Brooklyn cambia el final del programa para ofrecer solo canciones noruegas.
Recibe un telegrama de su marido exhortándole a permanecer en Estados Unidos, y se embarca en un tour de "conciertos escandinavos" en Nueva York, Washingon, Chicago, Minnesota, Wisconsin...Pero la mayor parte de la gente aún quiere escuchar su Wagner.
En Septiembre graba
Haugtussa de Grieg, y despues un disco de duetos de Parsifal y Lohengrin con Melchior. En Noviembre, en un concierto en el Constitucion Hall, en Washington, canta temas de Beethoven, Strauss y Wagner. En la sala se halla el embajador noruego que se ofende gravemente por la elección del programa. Además, en el palco contiguo hay un alto cargo alemán que el embajador interpreta equivocadamente que se encuentra allí por invitación de Kirsten.
El olor a podrido aumenta....
Henry Johansen, su marido, le pide ahora que vuelva a Noruega con el. Kirsten pide a su manager,
Marks Levine, que anule todos sus compromisos para poder viajar lo antes posible. Este le advierte de que hacerlo así podría dar lugar a elucubraciones sobre las ganas que tenía Flagstad de volver a una Noruega nazi. Cambia de opinión: volverá, si, pero después del último compromiso firmado, en Abril de 1941.
En Febrero de 1941 canta
Leonora en en el Metropolitan bajo la batuta de Bruno Walter, con clamoroso éxito. Tres días después, canta su centésima Isolda. En Abril canta por última vez con Lauritz Melchior, y después toma un avión que le deja en Lisboa, y desde el que vuela a Oslo donde le espera su marido.
Henry Johansen, empresario práctico, se había hecho miembro del
Frente Nacional en 1934. Su familia y su mujer le obligan a abandonarlo en 1941, aunque sigue haciendo negocios con las fuerzas de ocupación. Estas ofrecen a Kirsten participara en un programa de radio diseñado para animar a los marinos noruegos a que regresen a su patria. Se niega:
"Por un lado, no estoy en venta, y por otro, no he vuelto a casa para hacer propaganda de nada en absoluto"
Esta foto no la esperabais, eh?
Durante este tiempo entrena diariamente su voz, pero no cantará en Noruega. Viaja en Mayo a Zurich a debutar
Rezia en
Oberon (Weber); además canta
Fidelio y
Götterdamerung. De camino a Zurich da un concierto en Estocolmo y allí se sorprende de las sospechas que la prensa está volcando sobre ella y sus motivaciones para volver a Noruega, así como las distorsiones sobre sus ingenuas declaraciones (cuando se le preguntó sobre qué pensaba de Suiza respondió: "Oh, es bellísimo, bellísimo, bellísimo!"). Decide guardar silencio a partir de entonces.
En Junio de 1943 vuelve a Zurich para debutar
Alceste[img] de Gluck, además de cantar
Isolde, con
Max Lorenz como Tristán, y Brünnhilde en Götterdamerung. Parte de la prensa estadounidense publica que estas actuaciones han tenido lugar en Alemania. Los lobos aullan. Kirsten decide hacer oídos sordos, puesto que para ella su primer deber es estar en su tierra natal y con su marido, dejando en segundo lugar lo que se espera de ella como figura pública.
Kirsten Flagstad no vuelve a ser la misma. Perdida la inocencia, la ingenuidad, bajo su estoicismo siempre estará agazapada la desconfianza. En Junio de 1944 se le deniega el permiso para viajar a Zurich para el festival de Junio.
En Febrero de 1945
Henry Johansen es detenido por la
Gestapo durante ocho días. A su liberación promete a su esposa contarle los motivos cuando termine la guerra, cosa que presume sucederá enseguida.
El 9 de mayo se anuncia el final de la guerra. Cuatro días mas tarde Henry es detenido por miembros de la
Resistencia y llevado a prisión, bajo cargos relacionados con la colaboración de su empresa con los nazis. Será el último día que se vean.
La prensa involucra a Kirsten en el asunto. Sus bienes están confiscados, su pasaporte retenido. Aunque no hay cargos contra ella, debe permanecer en Noruega para que se investiguen sus intereses. En estas circunstancias cumple 50 años en Amalienborg, sola.
El 16 de Julio empieza el juicio contra Henry. Se alarga indeciblemente y Kirsten no puede arrojar mucha luz sobre sus asuntos económicos. En Febrero de 1946 Kirsten se entera de que su marido está muy enfermo. Muere el 23 de Junio de cancer de pulmón.
Algunos de sus amigos de América, entre los que se encuentra
Lauritz Melchior, le dan la espalda en estos momentos.
Edwin McArthur, su acompañante en todos los conciertos, viene a Noruega para agilizar la investigación que retiene a Kirsten sin pasaporte. Por fin, en Noviembre, lo recupera.
Sin demora Kirsten viaja a Estocolmo y después a Zurich a pasar la Navidad.