Y volviendo de nuevo al tema (con ánimo de polemizar y contrastar): el ejemplo pintiparado y perfecto de cómo ha de proceder una institución cultural frente a su público en una situación como la actual lo representa el CNDM, que ha gestionado la crisis pandémica de manera excepcional, a base de: a) Informar con claridad, exactitud y precisión en todo momento, por medio de diferentes comunicados que iban abordando puntualmente el problema; b) No sacar a la venta los abonos (ante la incertidumbre inevitable), sino ofrecer sólo entradas sueltas de todos sus espectáculos, en función de la adecuación del aforo a las normas; c) mostrar un respeto evidente por todo el mundo y, muy especialmente, por los abonados (que, a la postre, adelantan su dinero), tratándolos como se merecen (de ahí que, hoy mismo, el CNDM nos haya enviado una comunicación en la que se nos indica que, como abonados (en mi caso al ciclo Universo Barroco), seremos clientes prioritarios para renovar el abono en la próxima temporada, si las condiciones sanitarias permiten volver a dicho sistema y así lo deseamos.
Cuán lejos queda este modo de hacer de los chanchullos, improvisaciones y maltrato al público que han desplegado los chapuceros y sinvergüenzas responsables del Teatro Real, creando confusión, promoviéndola con sus medidas arbitrarias e improvisadas, insultando al público cuando éste ha protestado (con razón), y portándose con los abonados como si fueran morralla (no pudiendo, siquiera, asegurarles la continuidad del abono en la próxima temporada si se dieran las condiciones para ello). A mí, de hecho, incluso ya me han dado de baja como usuario abonado en la página web del Teatro. Ya no tengo cuenta (la han eliminado de un plumazo, con toda la información que había en ella). Y todo ello, por supuesto, sin avisarme previamente, ni hacer el menor comentario (como si me perdonaran la vida, no sé si me entienden)...
En fin, Serafín, es lo que hay...
_________________ "Tornate all'antico e sarà un progresso" (Giuseppe Verdi, compositor y genio).
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