¡¡Wotan (que es como decir :"mi enemigo") me libre de criticar o condenar el que se ponga patas arriba un teatro por causa de una actuación electrizante (y Nucci es capaz de conseguirlo)!! Con las pocas cosas que eso ocurre hoy día, bienvenidas sean las que se dan... De hecho, yo he confesado ya en el foro que también me vi arrastrado por la emoción del momento en su Rigoletto madrileño, donde bisó por vez primera (o casi) la vendetta. Pero también les confieso (...) que también era consciente de lo que, en todo momento, estaba ocurriendo sobre la escena: cómo se creaba el ambiente apropiado (Nucci, en efecto, tiene muchas tablas), lo poco que se hizo querer, en fin... Conste que a mí me parece perfecto todo eso... Pero eso, creo, no convierte al barítono boloñés en un Varesi, un Stracciari o un Danise. Ni siquiera en un Titta Ruffo... Las cosas como son.

pues yo no sé ustedes, pero yo me quedo con Nucci antes que con Zancanaro, Milnes o Panerai.
Macneil es muy anterior, ya que piense que es de los 50 mientras que Nucci debutó en los 70, si no me falla la memoria.
Bruson en Verdi no me entusiasma demasiado, la verdad. exceso de terciopelo. para belcanto, siempre notable.
Cappuccilli, que usté cita entre los más destacados, tampoco es del gusto del purismo porque tropezaba también con ese "feo vicio" que es el circo de los bises y los sobreagudos donde no venían a cuento.
Taddei fue grande, grande, pero es muy anterior también.

es que nos olvidamos que en los 80 y 90 estaban los Masurok, Rawnsley, Chernov, Brendel, Servile, Frontali, Bordoni o Coni, que deben ser de la misma edad de Nucci o incluso más jóvenes, y para encontrarlos hay que ir al hogar del pensionista o hurgar en los teatros de provincias. y al boloñés ahí lo tienen, cantándose Verdi sin dar vergüenza ajena y merendándose a los que ahora están en sus cuarenta y cincuenta.

pues yo no sé ustedes, pero yo me quedo con Nucci antes que con Zancanaro, Milnes o Panerai.
Macneil es muy anterior, ya que piense que es de los 50 mientras que Nucci debutó en los 70, si no me falla la memoria.
Bruson en Verdi no me entusiasma demasiado, la verdad. exceso de terciopelo. para belcanto, siempre notable.
Cappuccilli, que usté cita entre los más destacados, tampoco es del gusto del purismo porque tropezaba también con ese "feo vicio" que es el circo de los bises y los sobreagudos donde no venían a cuento.
Taddei fue grande, grande, pero es muy anterior también.

es que nos olvidamos que en los 80 y 90 estaban los Masurok, Rawnsley, Chernov, Brendel, Servile, Frontali, Bordoni o Coni, que deben ser de la misma edad de Nucci o incluso más jóvenes, y para encontrarlos hay que ir al hogar del pensionista o hurgar en los teatros de provincias. y al boloñés ahí lo tienen, cantándose Verdi sin dar vergüenza ajena y merendándose a los que ahora están en sus cuarenta y cincuenta.

No veo qué hay de malo en caldear el ambiente y en hacer (y conseguir) que el público se deje arrastrar, conscientemente. Ocurre en un concierto de pop, ocurre en un concierto de rock, ocurre cada fin de semana que el público abarrota La Llamada en el Teatro Lara... ¿Por qué no puede ocurrir en la ópera? ¿Qué tiene de malo? ¿No es la ópera un espectáculo? ¿No se supone que vamos a pasarlo bien?
Nucci no es un Stracciari, ni un Varesi, ni un Ruffo... Pero es de lo mejorcito dentro de la oferta que hay hoy. Porque Tézier o Keenlyside nada, aún siendo buenos cantantes, nada tienen que hacer cantando el Germont. Y luego les puedo dar toda una lista de enjendros vocales que, bajo el nombre de supuestos barítonos, también lo ladran perdón, quiero decir lo cantan en los primeros teatros. Todos ellos peor que Nucci, por supuesto.

el debut real de Nucci se produce en 1973. así que vaya descontando algunos nombres de esos que cita, que de coetáneos no tienen casi nada.
leñe, en los años dorados de Nucci (en su cuarentena), los Taddei, Milnes o Macneil estaban al borde de la jubilación.

.../... (con las excepciones ya consabidas de repertorio que ahora disfruta de una verdadera reinassance: vgr. el barroco

Querrá decir renaissance, supongo. ¿O hay maldad en su reflexión?

Cuatro certezas:

d) La producción con telones pintados y el vestuario del Gattopardo es una belleza. La dirección de escena es mejorable.

La producción parece de los años setenta

no puedes hacer una nueva producción así en 2014.

La dirección de escena es inexistente. Los cantantes andaban perdidos por el escenario sin saber que tenían que hacer.

Es cierto


Amosandaaaaaa. Claro que puedes. Y a muchos, nos gusta. Nos encanta.


Absolutamente FALSO. Yo que estoy harto de ver a los cantantes defender su parte corriendo por cuestas, encaramados en aterradoras escaleras, o desnudos y boca abajo, agradezco sobremanera cuando veo una producción como esta, donde va uno a ver Traviata y le parece estar viendo Traviata.

Que sepan en general los Amigos de la Ópera de A Coruña, y en particular Mario Pontiggia, Giorgia y Raffaele Guerra, Mónica Bernardi e Izzo Roma, que a muchos NOS ENCANTÓ la producción.

Lo que es tremendo que el Alfredo de turno se lleve la "bienvenida" del papá por duplicado; espero dejaran una butaca cómoda para el tenor.
Me lo veo sentado, con la mano en la mejilla,diciendo:"que sí, que sí...Que ya me he enterado ¿No me lo acabas de decir ahora mismo?"
Hay bises y bises; ya no por Nucci o por Álvarez (quien bisó la "vendetta" en la Arena de Verona).