Alberich el Negro escribió:
Sin embargo, a pesar de las dificultades y de las dudas creo que sí llegó a manifestar alguna vez deseos de establecer dicha periodicidad en su Festival.
Sí, Wagner mandó una carta a Ludwig transmitiéndole sus intenciones de realizar el festival de forma periódica y representar allí sus óperas en la próxima década. Y habían comenzado los preparativos para el festival del 83 para representar Parsifal aunque finalmente se convirtiera en un homenaje por su fallecimiento.
Legalmente luchó por la exclusividad de Parsifal para su festival, lo que aumentaba las posibilidades de la estabilidad económica del festival y de su familia a pesar de que incongruentemente no dejó un testamento formalizado donde dejara claro que el festival lo continuaría dirigiendo su familia, aunque en esa carta a Ludwig hablaba que transcurrida esa década Siegfried ya estaría en edad de poder asumir la dirección. Todo este asunto era muy polémico porque hay que recordar que eran muchas las partes que habían financiado el festival, desde las asociaciones wagnerianas hasta el propio Ludwig, aunque siempre en préstamos, donaciones o como mucho como bonos que daban acceso a las entradas, pero nunca títulos de propiedad.
De todas maneras Wagner a la fuerza tendría que tener sus propias dudas sobre la viabilidad del festival, el anillo fue deficitario y el Parsifal, un gran éxito de taquilla en recaudación 240.000 marcoscon 16 funciones, dejó un beneficio al festival de 135.000 marcos, pero hay que tener en cuenta que Ludwig se había hecho cargo de los salarios de orquesta y coros. Nunca sabría a ciencia cierta si tras su fallecimiento se podrían equilibrar las cuentas o se mantendrían las ayudas. Se pensaba en todo caso que la reposición de la producción de Parsifal sí tendría que ser beneficiosa.
Nada más morir Wagner Cosima siguió con los preparativos del festival del 83, como una directora del festival en la sombra, que no asumió oficialmente hasta después del festival del 84, completados ambos con éxito. Su nombramiento tuvo mucha oposición de las asociaciones wagnerianas que no veían en Cósima suficientemente preparada.
Fue convencida de que era bueno hacer algunos años un descanso para no agotar la demanda de Parsifal y poder preparar nuevas producciones, así el festival del 85 no se celebró y en el 86 además de Parsifal se representó el Tristan, en el 87 nuevo descanso y en el 88 Parsifal y Maestros, para en el 89 ya ofrecer Parsifal, Maestros y Tristan y así se encendió la mecha que con sus crisis internas o de contexto histórico, perdura en nuestros días y reluce todavía como una estrella fulgurante cuando se hacen las cosas medianamente bien, porque cuando en ese teatro, con esa acústica, con esa orquesta y esos coros, los cantante elegidos son dignos y se acierta con la producción, el milagro artístico se produce.