Donostia es una ciudad que, operísticamente, vive acomplejada y muy abandonada. Acomplejada porque por un lado el festival de Bilbao se torna el único festival vasco con solvencia mientras que, por otro lado, ciudades similares o más pequeñas (Pamplona o Irun, por ejemplo) son capaces de hacer propuestas muy diversas y dignas, mientras los donostiarras nos miramos el ombligo, adormecidos con la única ópera de la Quincena.
Los próximos meses tendremos dos títulos antes de La bohéme pucciniana que propondrá en su momento la Quincena Musical, a saber, los dias 8 y 9 de febrero la Armide, de Haydn, con alumnos de Musikene (el Conservatorio Superior de la ciudad) tanto en orquesta como en la parte vocal. Una oportunidad modesta pero interesante de conocer un título muy poco programado de un compositor relativamente interesante en el mundo de la ópera.
El segundo título será la tambien pucciniana Madama Butterfly el 21 de marzo. Se trata del mismo tíulo que habrá escenificado la Asociación Lírica Luis Mariano apenas cinco dias antes en el Teatro Amaia y que, en decisión acertada, van a "pasear" por teatros del entorno, a saber, Donostia, Vitoria-Gasteiz y Arrasate. Me parece que esta es la solución adecuada, es decir, reunir fuerzas entre pequeños para poder hacer cosas más grandes, dentro siempre de la modestia de las posibilidades económicas.
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