Carl Tunner escribió:
Cubre un período parecido al de las últimas 80 temporadas de La Scala (y de la Staatsoper de Viena y del MET etc...). Para ultravanguardista ya tenemos el Real.
Hay que tener en cuenta que la situación actual no es la más adecuada para riesgos (mire la programación del Festival de Salzburgo este año y es centroeuropa...) y lo certifica la escasez de títulos anunciados para la próxima stagione.
En Milán les está constando un triunfo vender el Ocaso y los dos ciclos de la tetralogía previstos esta temporada, cómo para poner Die Soldaten. No llenan ni medio teatro.
Personalmente y como ya ví Les Troyens en Londres, mi prioridad es la Elektra y luego Le Comte Ory. Supongo que la distribución de los repartos se anunciará en su momento. Todavía queda mucho, no sean agoreros.
Y anda que no lleva tiempo Villazón ladrando Mozart en Centroeuropa (está claro que se ha creído que es el repertorio adecuado para un tenor acabado), para que ahora se rasguen las vestiduras porque se anuncie en La Scala como Ferrando. Al fin y al cabo es una estrella (para mí, siempre ha sido "estrellado" y ahora, acabado), depauperada, pero estrella. Nos guste o no.
Domingo tiene un status en que canta lo que quiere y donde quiere. Es muy listo y sabe que en La Scala sólo le permitirán una "travesura" o concesión baritonal verdiana excepcional, la que todos creímos que iba a ser especial y única y no una "segunda carrera" en esa cuerda.
Si aplicáramos hoy día el "cuidado del apartado vocal" stricto sensu, sólo podríamos hacer temporadas con "The perfect American", "Ainadamar", "Marina Ibrahimovic", "El Bombero torero con el Platanito" y "El show de Joe Rigoli"
Vamos por partes, Sr. Tunner:
-Si se pide y se valora como necesario un equilibrio en la programación de un teatro, también tendrá que hacerse cuando la programación se escora a lo bestia, como es el caso, en la dirección que por ejemplo a usted puede más gustarle. Si no, las críticas a los teatros "ultravanguardistas" pierden toda su aparente coherencia y se revelan como lo que creo que son, la expresión de una insatisfacción por no ajustarse a los gustos propios de quienes las expresan.
-La crisis evidentemente juega un papel determinante, que se lo digan a Valencia por ejemplo o a muchos otros teatros. Pero con dinero y sin dinero, se pueden hacer cosas interesantes. Sin salir de Italia, una programación como la de Roma este año o como la de Venecia para el próximo me parecen muchísimo más interesantes.
-El Anillo les está costando venderlo entre otras cosas porque la producción es bien flojita. Y porque no está Stemme. Y porque Siegmund no lo canta Kaufmann sino O´Neill. Y porque la orquesta de La Scala no es la de Berlín. Y porque por la cuarta parte del precio al menos, se ve el mismo Anillo en Berlín con mismo reparto y mejor orquesta.
-Lo de Pereira en Salzburgo no es un buen ejemplo. Se está decantando por una programación ostentosa, de lujo absurdo, de costes disparatados. ¿Gala Rossini con Baltsa, Caballé, Berganza, Carreras et alia? Por ejemplo. El interés artístico es inferior al de los años inmediatamente precedentes. Y que lo de Pereira no es un éxito lo certifican los problemas que está teniendo para que el Kuratorium le apruebe las temporadas, y que ya le han puesto la fecha de salida.
-Efectivamente espero que los repartos se anuncien al menos con una antelación razonable. En la etapa Lissner se había comenzado a crear la buena costumbre de anunciarlos desde el primer día, este año volvemos a las andadas. De cara a planificar un posible viaje, no estando Abbado (Claudio), Chailly o Muti en el podio, no me da lo mismo el reparto A que el B. Es así.
-Lo de Villazón creo que lo ha entendido como para que intente explicárselo. No me dirá que su presencia en ese Così casa con esa imagen con que a menudo La Scala se presenta a sí misma como el sancta sanctorum de las esencias vocales. De todos modos, hay muchos meses por delante para cancelaciones y cambios de reparto.
-Lo de Domingo es otro tanto. ¿Domingo en un rol baritonal? ¿En La Scala? Ya oigo aullar al fantasma de Toscanini.
Y termino con una aclaración y una valoración.
La aclaración. Para mí, a un nivel irracional, que es el que cuenta en estos casos, La Scala ES la ópera. Es un teatro que amo profundamente, y es por eso que me permito criticar la temporada en un tono tan poco amable.
La valoración. Para mí, La Scala lleva desde la marcha de Muti sumida en una crisis artística morrocotuda. Ha habido algunos éxitos aislados (el Lohengrin de este año, por ejemplo), pero en general veo al teatro sin rumbo, absorto en las batallas internas de siempre, entregado a una fácil autocompasión ante la crisis económica, la crisis de voces, las tempestades de todo género. Hacían falta esos Soldaten en lugar de otro Simon con Domingo. Hace falta también que el público empiece a salir de su letargo, de su autocomplacencia, que empiece a pedir más Soldaten y menos Simon con Domingo. Quien dice Soldaten, dice muchísimas otras cosas y no necesariamente del novecento. Hace falta cambiarlo todo para que todo vuelva a ser como fue.